Cap. 18: Isa y su amor

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Volver a casa con mis papás al lado y haciéndome preguntas muy entusiasmados fue un poco agotador, lo sé admitir. Pero dejando todo eso atrás, ¡me dí un beso con Matías! Un beso que fue de los primeros en los que sentí algo. Los otros besos que me dí en el pasado seguramente sean por el juego de la botella o por "verdad o reto" (nunca debí escojer "reto")

—¿Pueden bajar el tono de su voz? —Les ruego a mis papás —Estamos en medio de un colectivo.

—Está bien, pero respondé a mis preguntas —responde mi mamá

—Uff que pesados, está bien —Me rindo

Le respondí las preguntas que no paraban de hacerme. Tengo que decir que yo estaba más entusiasmada que ellos, y por eso los entiendo, pero que entrometidos, ahora sé de dónde lo saqué.

10 de Septiembre

Me levanto, desayuno y me voy, una rutina que ya no me molesta, más bien me acostumbré y me siento feliz al respecto. Y sobretodo ahora que las cosas subieron de nivel con Matías. Mi pregunta ahora es, ¿cómo nos vamos a saludar? ¿Se supone que con un beso? ¿Eso sería raro? O mejor con una sonrisa y listo, no sé, no tengo idea, eso sería como si fuéramos amigos, pero es que ya no sé que somos ¿novios? Nah, no creo, tal vez lo preguntemos más adelante.

Todo listo, solo falta tomar el colectivo. Sonrío, me gusta encontrarme con Matías en colectivo, ahí fue donde todo empezó.

Se puede decir que mi vida está tomando orden.

Entro al colectivo y espero impaciente la siguiente parada, dónde voy a verlo.

Al verlo mi corazón acelera y por más que yo quiera mi cara no deja de sonreír. Mis cachetes arden y él lo nota y yo noto más felicidad en su cara, me alegra, me alegra el día. Se sienta a mi lado.

—Hola —digo sonriente y sin dejar que él me responda yo lo beso.

Es un beso, un beso al que nunca me voy a aburrir. Es intenso, aunque lo ví ayer, lo extrañé.

—Ni me dejaste responderte —sonrie al terminar el beso. —me gusta, hagámoslo todos los días —sonrie pícaro.

—Bueno...a decir verdad te extrañé y ¿vos a mi?

—Mmm... -bromea -Si. Y punto. —sonrie

—Me alegra. —lo miro —¿Qué tenés hoy en el colegio?

Examen. De literatura y soy pésimo, pero no tanto para ser el peor de la clase.

—¿Vos? ¿Malo en literatura? Es lo más fácil, además de ser divertido. —le respondo, cómo voy a estar enamorada de alguien que no es bueno en literatura.

—Aja, lamento desilucionarte —bromea -no soy el chico perfecto al qué esperabas. —se burla y eso se puede solucionar.

—Eso tiene solución. Te ayudaré, aunque el examen sea hoy. Y después, sí serás un chico perfecto

—Vamos a ver. Acepto tu propuesta, pero...¿dónde nos vamos a juntar?

—Se supone que en una de nuestras casas

—Ok, quien se ofrece

—Yo no —repongo

—Ni yo.

—¿Ta te ti? —decimos al insomnio.

—Dale, yo digo. -dice él -Ta te ti chocolate con maní.... -estoy rezando para que no sea yo, si viene a mi casa no podremos estudiar porque mi familia le estará haciendo preguntas sin parar hasta dejarlo sin aliento. -Ti, te toco a vos, Fa.

El Chico del ColectivoWhere stories live. Discover now