Cap. 15: A retomar quien soy

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7 de Septiembre

Ya era tarde, y estaba en el recreo. A la mañana, en el colectivo no había hablado con Matías, los dos seguíamos distantes, no sé que ocurrió. Yo seguía enojada con él, pero acerca de Matías no sé el porqué lo hace.

Estoy sentada en un banco con Caro, las demás están comprando en el kiosco.

Veo como hay gente que puede expresarse tal y cómo es sin ningún riesgo...y otras que sufren las consecuencias. Yo soy el tipo de persona que no se muestra tal y como es a cualquier persona que se me cruce, tengo miedo que me juzgue o...que le muestre quien soy y después se aleje, tal y como lo hizo Matías. ¿Se habrá suspendido la cita por ello? Tal vez será lo mejor y aprenderé las consecuencias de haberme mostrado cómo soy. No, retiro lo dicho, todavía no sé cómo soy, si me preguntarán cómo me describiría a mí misma, no sabría qué contestar. No me encontré... todavía, quizá es porque no me esforcé en hacerlo, pero lo haré y espero que ese plan no sea suspendido por cualquier otra persona o...por mi.

Estoy en clase de matemáticas, y la profesora explica muy mal, se nota que está de mal humor. Me dedico a mirar a Joaquín que se sienta al lado mío, siento que estoy lo ayudando más a él que yo a mi. A él si le gusta matemáticas y está prestando atención total, yo quiero, pero es tan aburrido. Mis padres me mandaron a clases particulares para entender mejor, pero apenas me ayuda y están empezando a preocuparse. Trato de mirar a la profesora con interés pero es más entretenido mirar a la ventana y ver cómo está el cielo de azul que verla a ella explicando una ecuación, fácil para los demás, complicado para mí.

Hora de hacer la tarea, miro mi hoja y no sé que hacer, lo intento y no puedo, es complicado entender y prestar atención, ¿acaso estudiar no me sirve de nada? Estoy entrando en pánico, otra tarea incompleta y ya es algo preocupante.

-Joaco -Le susurro a mi compañero de banco.

-Qué pasa -Me susurra él.

-Me explicas el punto A -Ojala que diga que si, de verdad lo necesito está vez.

Sin quejas ni gruñidos, Joaco me explica y lo hace bien, para el futuro, si no sabe que hacer, le recomendaré que sea profe de matemática, capaz me ayude a mi.

-¿Entendés? -Me pregunta -Si es qué si, te explico la B, que te conozco y sé que no has podido prestar atención.

-Te agradezco -Sonreí complacida -y sí, si entendí.

-Okey, total yo ya terminé, tengo tiempo. -Dijo, y lo quiero tanto, es mi mejor amigo además de las chicas.

Me explicó cada punto con tanta atención y hasta lo hacía parecer fácil. Pero a la hora de resolver se me complicó y él me ayudó ante cada insoportable duda mía.

Salimos de la clase los dos juntos charlando de lo fácil que se me complican las matemáticas y lo fácil que le resultan a él.

Salí de casa dispuesta a reencontrarme, al pasar por el colectivo hacía capital me cruzo con el Obelisco y los recuerdos regresan a mi cabeza: La carta, él, nuestra primera cita y la distancia entre los dos ahora, pasó tan rápido que no puede disfrutar casi nada. No lo puedo creer. Yo lo necesito, ¿pero si llegara a intentarlo una vez más, lo logro y se rompe devuelta? Pierdo si lo intento y me llevará tiempo volver a la normalidad al ya estar acostumbrada a estar con él. No valdría la pena. Pero no estoy segura.

Bajé y mi destino estaba adelante. El parque de la flor en recoleta, no sé cómo sé llama en realidad, lo qué sé es que tiene una flor plateada muy linda. Puse mi bolsa en el piso, saqué mi lona y me senté arriba de ella. Cerré los ojos para pensar en quien soy y quién quiero ser, hice una lista en mi mente:

1. Soy una persona chismosa y que piensa en los demás, una persona que se preocupa y se encarga de los demás antes que a ella. Alguien que es frágil.

2. Quiero ser alguien independiente, alguien que se pone primero a ella sin pensarlo, alguien chismosa y que se preocupa por todos y sobretodo por ella.

3. Y cuándo sea mayor desearía ser psicóloga, ayudar a los demás me hace feliz.

Esas eran las tres oraciones que debo plantearme todos los días, y que me costarán cumplir la 2 y la 3. Abrí mis ojos y me dediqué a mirar el cielo. Habían nubes de todas las formas posibles, con distintos tamaños y nadie juzgaba al otro por su forma, sé que las nubes no hablan pero si fueran humanos... Wow. Las admiro demasiado.

Saqué mi lona del suelo y me levanté y me dispuse a irme a mi próximo destino. El Centro Cultural De Recoleta. Un hermoso lugar para ir a buscarte a ti mismo.

Caminé hasta llegar al lugar, estaba bastante cerca de aquel lugar que había estado recién.

Caminando en el lugar, viendo el arte que había dentro y las atracciones de ahí.

Pasé un muy lindo día, cómo para preocuparme por mis problemas con Matías, pero por supuesto que a mí cabeza se le ocurrió no hacerme caso.

Después de salir del museo, volví al lugar que había estado antes, y comí unos sandwiches de jamón y queso, y ví cómo las palomas vuelan, siempre admiré aquellas cosas que volaban, porque yo siempre quise hacerlo, hasta pedía para Navidad volar y en vez de eso me daban jueguetes, que decepcionante.

Esté día era un paso hacía delante para mí.

El Chico del ColectivoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin