Capítulo 3

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THERINE

Me meto en el jacuzzi y la sensación es tan única que desearía quedarme aquí para siempre.

Es la primera vez que disfruto de algo sin preocupaciones. Aunque cada parte de mi cuerpo se comienza a sentir tan raro que todos mis movimientos me resultan pesados.

Creo que olvidé calcular el hecho de que estar embarazada tiene sus contradicciones respecto a lo que experimenta mi cuerpo. Todo lo que siento me deja débil y sin fuerzas. Y no solo eso, comer es una travesía, porque no sé si mi estómago estará de humor para probar lo que sea que tenga enfrente.

Y apenas ha pasado un día desde que llegué aquí. Afortunadamente estoy sola, que ese Agustín Margo se haya ido desde en la mañana a buscar otro lugar dónde quedarse, porque aseguró que no le parecía justo y cómodo para ninguno de los dos compartir, me tranquiliza un poco, me podré concentrar en todo lo que tengo que planear a mi regreso y a mí también me resulta abrumador que él esté aquí. La ambientación en esta habitación me hace tener muchos incómodos pensamientos.

Este tipo debe ser de los que coge sin remordimientos y no quiero ser la que presencie eso o algo parecido.

Paso la tarde acomodando todo mi desastre. En la mañana noté que Agustín ordenó mis cosas y me dio la pena suficiente como para permitir que me vuelva a pasar con nadie. No hoy desordenada, solo distraída.

Me siento en el sofá cuando termino y decido llamar a mis padres para ver cómo están.

Mamá es la que toma el teléfono.

—Eh, ¿no deberías estar divirtiéndote?

Sonrío al notar la felicidad de escucharme en su voz. Con mamá siempre es así, me saluda y trata como si lleváramos años sin vernos y me extrañara demasiado. Y eso que prácticamente me la llevo más en su casa que en la mía.

—Recién llego, fui a la orilla del mar —Miento, haciendo un puchero, no soy de ocultarle cosas, pero por el momento tengo que apañármelas de eso. No puedo salir porque el sol me molesta y me mareo—. ¿Qué hacen?

—Tu padre y yo iremos a la fiesta de compromiso de tu prima Mara, ¿puedes creer que ella tiene dos años menos que tú y ya Esteban le ha pedido matrimonio?

—No entiendo que tiene que ver eso, ma, pero bien por ella, ¿no? —Me muerdo los labios, no suelo responder así, pero de repente siento que me está atacando de nuevo con el hecho de tener veintiocho años y estar más sola que un perro.

—Espero que conozcas a alguien por allá. —Decide ignorar mi queja. Pongo los ojos en blanco y me vuelvo a morder los labios, no quiero pelear.

—¿Le diste ya de comer a mis sobrinos?

—Sí, Montse vino por ellos justo después de comer. —A pesar de todo, suspira para aceptar el cambio de tema.

Hablamos por una media hora. Me cuenta que mis fotos aparecieron esta mañana en el periódico y les restregó en la cara a mis tías que estaba disfrutando mi viaje. Todos nuestros conocidos dijeron estar felices por mí y que verme sonriente era algo que extrañaban de mí.

Supongo que yo también lo hacía.

Cuando el sol baja, ni siquiera tengo ganas de salir. Mi estómago está tan revuelto que hasta ganas de llorar me dan cuando no puedo probar la comida que me traen. Me voy a la habitación para dormir y me cubro hasta la cabeza con las sábanas para no mirarme en el espejo.

Inseminación exitosa, ¿eh? Estos nueve meses van a ser largos.

***

—Oh, sí, bésame aquí, papacito. —Un extraño gemido me hace abrir los ojos—. Lleguemos ya a la habitación, no aguanto.

Un hotel para escapar contigo© [Todo contigo #3] PRÓXIMAMENTE EN PAPELحيث تعيش القصص. اكتشف الآن