Capítulo 46: Al borde del Abismo.

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¡Aquí me presento otra vez con un nuevo capítulo!

Tuve unas largas vacaciones de casi un mes en donde me distendí de todo. Ahora vengo con ganas renovadas para continuar actualizando. Lo más seguro es que los próximos capítulos se vean pronto.

Sin mucho más que agregar, solo puedo esperar que les guste este capítulo.

¡Disfruta!

El gran cráter que se alzaba en donde antes existió la Ciudad de Nueva York ahora residían los restos sobrevivientes del Olimpo.

Al borde de este enorme cráter, se encontraban varios clones de Hermes y el mismo Dios quienes se encargaban de controlar los avances de los mortales que tuvieran la intención de meter sus narices.

En las pocas estructuras sobrevivientes del Olimpo, estaba el aposento de cierto Dios del Sol, quien se encontraba ayudando a los Dioses afectados por la batalla anterior. Había 5 Dioses que se encontraban en las camillas, solo uno de ellos estaba consciente.

Todos se encontraban alrededor de aquel Dios, quien parecía estar bastante relajado, a pesar de que mostraba una condición bastante pálida y desecha.

"Lo importante es que las bajas fueron casi nulas..." Comentó Artemisa, mientras miraba a su padre con gran preocupación. "Le daremos a Dionisio el reconocimiento que se merece cuando acabemos con esto."

"Al final, creo que mi tonto hijo por fin había encontrado una verdadera razón por la que luchar, quitando a las fiestas y el alcohol." Zeus se rio, solo para toser poco después.

Aunque esa tos no era para nada normal, y todos se veían preocupados por él. En especial Apollo y Hera.

El Dios del Sol solo se dignaba a observar como Hera reconfortaba a su esposo acariciándole la mejilla. Por su mirada, él parecía entender algo que los demás no.

"Deja de hablar." Declaró Bell con cierta preocupación. "Estás en una condición bastante mala para eso."

"Bell tiene razón." Comentó Afrodita, quien lucia bastante aturdida por lo que había ocurrido. De hecho, estaba completamente desalineada por la batalla reciente, algo que ella nunca dejaría que suceda.

"¿Cómo se encuentran los demás?" Preguntó Zoe, viendo a los demás Dioses inconscientes que estaban en camilla.

"Hefesto gastó demasiada energía, solo necesita reposar unas horas." Aclaró Apollo, para luego fijar su mirada en Poseidón. "Mi tío es otra historia. No solo consumió mucha energía, sino que también recibió heridas bastante graves. Pero supongo que estará bien en un par de días. Hades se fue a reclutar el ejército del Inframundo y el de los Mares por obvias razones. Tardará un tiempo en volver." Apollo se detuvo, algo que llamó la atención de todos.

Después de todo, aun faltaba que hablara de la condición de Zeus, Ares y Atenea.

"Bell, tenemos que hablar en privado." Comentaría el Rey de los Dioses, logrando que Hera se molestara.

"¿Acaso no escuchaste lo que dijeron? ¡Nada de hablar!" El reproche de la Reina fue apaciguado al instante cuando Zeus la tomó de su cabeza y la enterró sobre su pecho.

"Estaré bien." Aclararía el Dios con calma, dándole un pequeño beso en la frente que la ruborizó levemente.

Hera se alejó a regañadientes.

"Vengan conmigo." Apollo haría un pequeño gesto con su cabeza, haciendo que todos le siguieran, a excepción de Bell que se quedó junto a su autoproclamado padre.

Bell Cranel y los Olímpicos: La Profecía del Oráculo.Where stories live. Discover now