Un simple error

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- Si a los 17 tienen su propio negocio, ganan dinero y se pueden mantener solos, lo considerare.

Cosa que aceptaron en seguida y con mucha alegría, puesto que ambos ya tenían pensado en todo eso, sabían que no sería fácil, pero ya tenían muchas ideas y muchos planes y planes que respaldaban esos planes. Ellos no eran como sus hermanos, habían aprendido del mejor y sabían trabajar con astucia y perseverancia, además de que eran sumamente ambiciosos.

Así que a pesar de los deseos de sus padres, cuando fueron seleccionados, ambos dieron en Slytherin en vez de Gryffindor. Su madre les envió un aullador, pero los pelirrojos también recibieron cartas de los Malfoy, los Lestrange y los Prince, felicitándolos, por lo que no se sintieron mal.

Por esos mismos días Lily falleció, había durado bastante, pero con su magia escapando como agua entre los dedos, no pudo sobrevivir más tiempo.

Harry no pudo despedirse de ella, porque James se lo impidió, tampoco fué invitado al funeral ni al entierro. Pero como Lily había escrito su testamento antes de firmar el contrato vinculante, si fué invitado a la lectura de este. Lily dividió equitativamente todo su dinero entre sus tres hijos, pero sus álbumes de fotos y sus pertenencias personales se las dejó a Harry, entre esas cosas estaban sus libros, su varita y su baúl del colegio. A cada uno les dejó dos cartas, una que se podía abrir en ese momento y la otra que solo se podría abrir cuando cada uno cumpliera los 17 años.

El pequeño de ojos verdes se tomó muy mal la muerte de su madre, especialmente porque no se había podido despedir, a pesar de saber que se estaba muriendo. Odió a James por eso, pero igual que siempre, no pudo llegar a odiar a sus hermanos. Él sabía que ellos solo seguían lo que se les había enseñado e incluso, cuando iba los fines de semana seguían tratándolo bien.

Por supuesto, siempre intentando meterle en la cabeza que era un niño malo y que debía dejarse entrenar para ser un niño bueno, pero eso ya no tenía peso para Harry, ahora tenía un padre que lo quería tal como era, varios amigos que no les importaba que hablara con serpientes y un esposo cariñoso en Draco, aún no entendía la profundidad de la palabra esposo o matrimonio, pero sabía que estaría junto a Draco toda su vida y no podía estar más contento con eso.

Los dos años restantes para entrar a Hogwarts pasaron volando, todos tenían preferencia por la casa verde y plata, pero fueron enseñados para estar abiertos a cualquier posibilidad.

El año del cumpleaños número 11 de los niños, llegó con la sorpresa de una invitación para ser docente de pociones a Severus Prince, quien decidió aceptar para poder vigilar de cerca a Dumbledore y que no pusiera en peligro a ninguno de los niños, además que en esa posición, puesto que también se le pedía reemplazar a Horace Slughorn, como cabeza de Slytherin, podía tratar de encontrar a Belladonna de una vez por todas.

Así fué como Severus se tuvo que mudar a Hogwarts, dejando a su hijo en casa de los Malfoy, para poderse acomodar en sus nuevos deberes como profesor y jefe de la casa de verde.

Muy pronto llegó el primero de Septiembre, el día comenzó mal, porque Mirella sintió un fuerte dolor y una sensación de desgarro en su magia. Severus ya les había advertido de esto, el golem hecho a semejanza de la niña desaparecería ese mismo día, por lo que sentiría su pérdida y su falta. Aún así, la de rizos salvajes no pudo evitar sentir la anticipación y alegría de su hermana, cosa que la hizo sentir rápidamente mejor.

Todos juntos se aparecieron en el andén media hora antes de la hora de partida, para que los niños encontraran un buen sitio. Solo que se encontraron el lugar infestado por periodistas y fotógrafos, a las justas pudieron subir sus baúles en el tren cuando los Potter llegaron.