Capítulo 47.

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Capítulo 47

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Capítulo 47.

—¿¡Cómo que nos están siguiendo!? —no lo podía creer—. ¿¡Cómo estás tan seguro de eso!?

—No lo sé, intuición —su mandíbula se tensó—. Más bien, lógica —negó con la cabeza y continuó conduciendo a toda velocidad—. Si un vehículo está haciendo lo mismo que yo en este momento y logra no perdernos de vista, entonces, supongo que estamos en problemas —se encogió de hombros.

—¿¡Y cómo es que lo dices tan tranquilo mientras yo estoy aquí muriéndome de los nervios con la forma en que manejas en la carretera!? —grité al ver que continuaba desplazando el vehículo entre los demás que se habían quedado detenido en un semáforo.

—Porque, evidentemente, no permitiré que te pase nada malo —me dijo con seguridad y cambió de dirección con rapidez—. Más bien, no permitiré que les pase nada malo.

—Nere, ¿el doctor Andy perdió el sentido? Yo estoy en el otro lado del mundo.

—Bu-Bueno, es que...

—Aly, agárrate fuerte —Adrián giró el volante y desplazó el vehículo por una dirección diferente a la del hotel donde nos alojábamos.

—¡Wayne! —choqué contra la puerta del copiloto y el teléfono se me cayó de las manos.

—Lo siento, pero hasta que no perdamos de vista a los que nos están siguiendo, debo seguir manejando así —me dijo muy decidido al continuar desplazando el vehículo por lugares que jamás en mi vida hubiese imaginado estar.

—¡Primero, un atentado terrorista! —grité cuando Adrián volvió a girar el volante de manera repentina—. ¡Luego casi nos morimos al infectarnos con el virus! —aceleró con más decisión—. ¡Y ahora estamos en medio de una persecución!

—¿Por qué mejor no regresan a casa? —la pregunta sarcástica de Jimmy resonó a través de mi teléfono.

—En serio, quiero regresar a casa —puntualicé.

—Queremos —reiteró Adrián.

Cuando él volvió a girar el volante y logramos perder de vista a quien sea que nos seguía, logró desplazar el carro hasta otro estacionamiento con techo lleno de vehículos. Soltó un suspiro lleno de alivio y apoyó sus manos y su frente sobre el volante. Podía percibir como intentaba calmar su respiración al ver su tenso cuerpo.

—Mierda, Wayne —me quejé por lo bajo y coloqué una mano sobre mi vientre—. ¿Lo logramos? —tragué saliva cuando sus ojos verdes me examinaron por completo—. ¿Logramos pasar desapercibidos?

MCP | La Cura ©️ (¡Completa!) ✓Where stories live. Discover now