Capítulo 20.

10K 1.2K 133
                                    

Capítulo 20

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 20.

(Adrián).

—¿Qué harás? —me preguntó por lo bajo cuando notó las lágrimas en mi rostro.

—Prepararé un baño para ti.

—Entonces, ¿por qué lloras? —frunció el ceño y tosió un par de veces.

—Porque me preocupaba, me estresa y me pone nervioso verte sufrir. Cargarte hasta el baño será una odisea para ti y sufro con tu dolor.

—Wayne, no seas dramático —puso los ojos en blanco y me sonrió—. Realmente, anhelo tomar un buen baño y más si es a tu lado.

No pude evitar poner los ojos en blanco de igual forma. A pesar de que Alysha podía estar entre la vida y la muerte, continuaba con su sentido del humor intacto. Suponía que lo hacía para mantenerme lo más calmado posible.

—Cuando salgamos de esto —presioné su mano con calidez—, te prometo que podrás tomar todos los baños que tú quieras junto a mí. Podremos usar el cuarto de juegos sexuales en mi departamento y dormir todo el día mientras te lo dejo adentro. Podremos irnos de viaje a muchos lugares del mundo cuando el virus termine de erradicarse por completo y hacerlo una y otra vez, pero necesito que seas fuerte en estos momentos, ¿sí?

Asintió lentamente, presionando sus labios resecos.

—Tengo que hacer todo lo posible para mantenerte estable, así que debes obedecerme en todo momento —carraspeé—. Como la paciente mía que eres —sonreí vagamente al intentar enjugar las lágrimas que continuaban escapando de mis ojos—. Tengo que ser honesto, Alysha. Sabes perfectamente que en esta habitación no estamos preparados médicamente para lidiar con esto, así que haremos esto a lo antiguo —presioné los labios y me puse en pie al recobrar la compostura—. Iré a preparar la tina —le avisé—. Ya regreso.

Nunca había estado tan preocupado en mi vida. Es decir, cuando te acostumbrabas a ser un médico profesional en todos los aspectos, las acciones con los pacientes solían ser automáticas y los sentimientos de empatía, aunque siempre estaban en mí, pasaban desapercibidos. No obstante, también era humano. Como cualquier persona, también me afectaba que un ser querido estuviese sufriendo por algún padecimiento o enfermedad. Más aún cuando se trataba de la mujer que amaba y que me había salvado la vida ya en dos ocasiones.

Cuando me dirigí hacia el baño, preparé la tina estilo jacuzzi y abrí el grifo hasta que terminó de llenarse de agua tibia. Era muy probable que una ducha no le quitara la fiebre, pero al menos le ayudaría a reducir la temperatura de golpe, aunque no fuese de manera permanente.

—Bien, aquí voy —le avisé cuando fui a la habitación para cargarla hasta el baño—. Lo siento mucho —le dije cuando empezó a quejarse de dolor.

Todo su cuerpo parecía entumecido y adolorido. Moverla estaba siendo un reto para ambos, puesto que uno de los síntomas del virus era experimentar dolor en las articulaciones.

MCP | La Cura ©️ (¡Completa!) ✓Where stories live. Discover now