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Me quede helado, al sentir la mano mi primer impulso es correr, pero no tengo salida, me doy la vuelta el agente me acompaña hasta la salida. Y solo pienso en lo que me hará, el castigo no se ha aplicado en el distrito en unos diez años, la última vez fue a una mujer, que trato de golpear a un agente que se llevaba a su hijo por robar comida, igualmente el castigo que le aplicaron fue permanecer en retención por unas pocas horas, el agente me saca del edificio y me lleva a un lado, se saca el casco que le cubre la cara, es mi tío.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto un poco confundido - ¿No deberías estar en las minas?

- Ese no es el problema ahora - me dice un poco enojado - ¿Qué creías que estabas haciendo ahí dentro?

- Nada, me dio curiosidad.

- Ya vete a las minas, ya deben empezar en poco.

- No quiero, iré a casa - digo empezando a caminar.

- ¿Qué tu mamá no te dijo?- dice molesto - Participarás.

Me quedo confundido y molesto, como que voy a participar en eso, me apresuró a refutar.

-¿QUÉ?

-Sí.- Y apresúrate, no quiero que me pregunten la razón por la cual estas saliendo del Edificio de Justicia.

- ¿Y si me niego a ir?

-No lo harás, y ya es hora de que te vayas.- me empuja hasta la calle haciéndome callar hasta que desaparece por la puerta del edificio y no me da tiempo de decirle nada.

Bueno, ahora que haré, pienso en irme a mi casa, pero eso me haría quedar mal frente a todo el distrito, ya que el presentador siempre molesta a los ausentes y los tilda de gallinas y debiluchos.

Nunca he visto las calles del distrito tan vacías, las tiendas están cerradas y todo está en silencio, sería un día perfecto para no hacer nada tumbado en mi cama, pero tengo que ir a las minas, a medida que voy saliendo de la ciudad y voy entrando a la zona de campo, las condiciones de vida empiezan a cambiar, las casas son hechas solo con madera y parece que se pueden caer en cualquier momento, están iluminadas por unas cuantas luces y en su interior se ve a gente, principalmente familias de mineros. Es muy diferente a las casas modernas de la ciudad, mi abuelo, que fue agente de la paz en el dice me ha dicho que estas casas son un lujo comparadas con las de ese distrito.

A medida que avanzo, ya puedo oír a la multitud que se aglomera en las minas, las luces provenientes de las montañas iluminan el cielo a medida que voy avanzando, paso un pequeño bosque guiado por el sendero que está marcado en el suelo.

Cuando llego veo que aún no empieza así que tengo tiempo para prepararme, me dirijo hacia las tarimas que se encuentran a un lado del escenario, en el que se encuentran la esposa del alcalde, mis abuelos, que son los generales de los agentes de la paz que están a cargo del control de los distritos interiores y gente que no conozco.

Me encuentro con Alisson en la entrada, ella ya está lista para participar.

-¿Qué haces aquí?- me mira confundida - Pensé que te quedarías en tu casa.

- Yo también lo creí, pero mí familia me inscribió al evento de las minas. Igual mis tíos no irán, están en el cuartel de los agentes

- ¿De qué sirve ser alto mando en Los Agentes si no te puedes tomar unos cuantos días?

- No creo que sea posible hacer nada, eran órdenes del Capitolio. - Ni los más altos puestos pueden desobedecer una orden del capitolio, a menos que quieras que te maten.

-Los concursantes acercarse a la salida.- una voz interrumpe nuestra conversación.

Ambos nos dirigimos hacia la salida, la competencia consta de tres pruebas, la primera es una carrera de obstáculos, en los cuales se deben pasar por lodo, barras, e incluso cables afilados, así los ocho primeros en llegar pasaran a la segunda prueba que en grupos de ocho deberán escalar a un árbol y el grupo ganador pasara a la última prueba, luchar contra uno de tus compañeros y si ganas, lucharás contra el otro que ganó, así es como se se obtiene la victoria, mi familia ha ganado esto varias veces, cuatro veces mis tíos, una mi madre y mi tía y mi abuelo, en sus mejores épocas ganó seis veces.

Tomamos posiciones, estamos veinticuatro personas, a mi lado izquierdo esta Cato y al derecho una chica pelirroja llamada Tesha, espero a que suene la campana que dará inicio a esta competencia, me pongo en posición y corro, lo primero es pasar por un túnel muy estrecho, soy el primero en llegar, seguido de Allison y Cato, apresuro mi paso hasta que tengo que saltar unas barras, esto no es lo mío, tropiezo un par de veces y bajo cuatro posiciones, el terreno empieza a desaparecer y lo remplaza un lodo muy espeso, bajo la cabeza para poder pasar bajo unos troncos a lo largo de diez metros, logro llegar al segundo lugar, termina el lodo y me lanzo hacia la piscina, nado la más rápido que puedo hasta llegar a la meta, lo logre, llegue en segundo lugar, detrás de Cato.

Ya pasaron diez minutos y Alisson no puede conseguir su bandera, esto es bueno para nosotros ya que nuestro equipo estaba en desventaja, ni Cato ni yo pudimos subir al árbol ya que éramos muy pesados y lo único que hacíamos era romper ramas. En cinco minutos más Tesha logra darnos la victoria ante el equipo de Alisson y Max.

El público lo único que hace es apoyar al equipo en el que se encuentren sus allegados.

-Por favor, Cato y Martha acercarse a la primera arena.- Dice el presentador, claro, ya es el último evento y el más esperado de la noche las batallas, todos los que logramos clasificar al segundo desafío fuimos jóvenes entre quince y dieciocho años, los adultos que participaron se quedaron muy atrás.

-Por favor Jay y Tesha tomen sus posiciones.- Listos... ¡Ya!

Tesha es rápida, pero no tanto, logro esquivar su golpe con facilidad y la empujo a unos tres metros, espero a que se reincorpore, alzo la cabeza y siento la mirada de mi familia presionándome para ganar y como Martha tiene en el suelo a Cato, ese descuido me hace llevarme un golpe en la nuca, lo que me hace caer y Tesha enseguida se coloca sobre mi golpeándome con varias veces, pero, sin mucha fuerza. ¡Que sucio! Yo espere a que ella se levantara, ya no jugaré limpio, me sacudo y logro que tambaleé y caiga, me levanto la tomo del cuello y la empiezo a golpear en la sien para que se desmaye, lo logro.

Gane, fue fácil pero no tanto, Tesha logro hinchar mi ojo y romperme el labio, ahora me toca luchar con...

¡¿Cato?!

Pensé que Martha ganaría, pero bueno ya estoy en el escenario, toda la gente esta echando vítores, veo la cara de emoción de mi abuelo, me pongo frente a Cato hasta que suena la campana, no espero a que el comience, le atino un fuerte golpe en la mandíbula pero él no retrocede, me golpea en el ojo hinchado, logro hacerle una llave pero él se libera y me la aplica a mí, esto está reñido, golpe contra golpe, nuestras caras llenas de sangre por los golpes, mi labio chorrea sangre como si fuera un grifo al igual que la nariz de Cato, el escenario tiembla con cada golpe, pero ninguno retrocede, hasta que suena la campana.

Es empate, esto quedara a votación de los jueces, la esposa del alcalde, Brutus y Rouge, el sub general de los agentes de la Paz.

-Y el ganador, por una decisión de dos a uno es...- El presentador hace una pausa para dar más tensión al asunto.-... ¡Jay!

Empiezan los aplausos y lo único que puedo hacer es agradecer y reírme al ver como Cato y Kent se alejan furiosos.

Mientras me voy a lavar la cara vienen las felicitaciones de todos.

-Si este año, tu nombre sale, creo que no habrá voluntarios, eres muy bueno.- me dice el alcalde por el micrófono y lo aplaude la multitud

Mierda - es lo único que pienso.

72 Juegos del HambreWhere stories live. Discover now