XI

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Esa noche observaba al techo, envió a dormir a Trunks adulto ya que al parecer el vino le hizo efecto, aunque aún tenía en su cabeza la sorpresa de este al darse cuenta del porqué de su nombre

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Esa noche observaba al techo, envió a dormir a Trunks adulto ya que al parecer el vino le hizo efecto, aunque aún tenía en su cabeza la sorpresa de este al darse cuenta del porqué de su nombre. Después de un rato llego su mujer, con él pequeño en sus brazos ya dormido profundamente en los brazos de ella. Con cuidado lo dejo en su cuna, para luego acostarse junto a él, abrazándolo con fuerza.

Siempre penso no merecer nada, y ahora, tenía a una mujer identica a la definición de lealtad en su planeta, hermosa e inteligente, una mujer que le dio un hijo fuerte, tan valiente como para viajar en el tiempo y arreglarlo todo. Observaba de reojo la cuna, casi era imposible pensar que ese bebé que ahora dormía, seria un gran guerrero.

La noche fue tranquilidad, al otro día ya Trunks adulto volvería a su tiempo, para también salvar su hogar. Ambos estaban listos, mientras Bulma le daba una ultima revisión a la maquina, él pelila y Vegeta hablaban un poco alejados de esa zona. — mi madre estará emocionada de saber que todo funciono.

Él pelinegro asintió, — por supuesto que sirvio, ahora debes derrotar a los androides y arregla la tierra. — prácticamente ordeno.

— Espero que mi yo de bebé pueda disfrutar a un padre como tú, sé que es ridículo lo que digo, pero en parte siento envidia, — sonrió nostálgico observando a su yo de bebé que jugaba en una manta cerca de la maquina del tiempo, — podrás entrenarlo y contarle todas tus historias, hubiera querido oír más de ellas. — admitió, algo avergonzado.

Él saiyajin poso su mano en su hombro. — eres libre de volver cuando quieras, mocoso.

Sintió su pecho golpear con fuerza, como extrañaría ese lugar, amaba a su madre, de eso no había duda pero a ella siempre la tuvo, a su padre no y eso le dolía, esos momentos que disfruto con él siempre los tendría presentes. Le regalo una sonrisa al pelinegro, — no dejaré de entrenar, prometo cuidar a mamá. — aseguro sonriente.

— Así debe ser, eres un saiyajin, nosotros nunca dejamos de entrenar.

— Voy a extrañarte, padre. Ya veo porqué madre insistía en lo de ese mito, no tenia idea de eso.

Este lo solto, — todos creen qué tu madre lo escogió, así esta mejor. — dejo salir un gruñido.

— Pero ahora sé la verdad, y te lo agradezco. Cuida mucho a nuestra familia, mi yo pequeño va a necesitarte mucho. — Él lo sabia, ya que cuando estaba creciendo también lo necesito demasiado.

Vegeta lo comprendio, al momento que le regalo una sonrisa. — Adiós, hijo.

Paternidad. || V.B || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora