Siempre pensó que estaría solo, conquistaría al universo, asesinaría a Freezer, por fin cobraría venganza, pero, las cosas cambiaron. En un gran juego del destino, Vegeta llegó a la tierra y conocío a Bulma y sin darse cuenta, estaba completamente e...
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Cuando Bulma dio a luz, lo hizo de manera prematura, justamente a los siete meses ya que el bebé se había desarrollado por completo. Todos estaban sorprendidos de que hubiera nacido con una cola, pero eso no importaba. Tuvo que venir de emergencia, justamente estaba hablando con Vegeta por una transmisión desde la nave donde entrenaba cuando rompio fuente.
Al guerrero solo le faltaban seis horas para llegar. Ambos creyeron que duraría más el embrazo, pero no fue así. La peliazul fue llevada al hospital por sus padres en donde dio a luz, recibiendo a un varón que lloraba fuertemente, totalmente digno de un saiyajin. Habían pasado horas, ella dormia abrazada a un bulto pequeño, fue en ese momento donde la ventana se abrio, dando paso a un guerrero.
Los pasos la despertaron, pero curiosamente sabia que era él, aún adormilada habló; — llegaste... Creí que faltaba una semana de viaje. — comento cansada.
Vegeta sonrió, dejando ver su traje roto y un poco sucio, — me faltaban seis horas de viaje nada más, pero al parecer se adelantaron los hechos. — Llego a su lado, observando a su mujer.
Bulma abrio sus ojos, se sentía muy feliz de verlo, — ven a conocer a nuestro hijo. — con cuidado descubrió el rostro del bebé ante la mirada del saiyajin.
Analizo al bebé que estaba ahí, un leve mechón de cabello violeta, una cola envuelta al brazo de su madre, supo que las características eran por su madre, en ese momento él bebé abrio los ojos de golpe, cruzando miradas, ambos arrugaron el ceño. Vegeta no podía explicar que era ese calor en su pecho, era demasiado familiar, — Trunks... — murmuro sin quitar su vista de esos ojos azules, idénticos a los de su madre.
Ladeó su rostro curiosa. — ¿Trunks?
Sin moverse prácticamente respondió, — Hay una leyenda... Una de las pocas cosas que recuerdo de mi planeta. Se dice que había un Dios que guió a los saiyajin al planeta Plant, dándoles la victoria y mostrándoles el poder de la batalla, se llamaba Trunks, el guerrero saiyajin. Dios de las batallas y la justicia. — su voz era baja.
Bulma lo supo, la sensación que sintió era de familiaridad, lo sintió con tan solo ver a su hijo. No pudo sentirse más feliz que en ese momento. — me gusta el nombre de Trunks.
— Entonces así será... — en ese momento Trunks se movio, estirando sus manitos hacia su padre, quería que lo cargara, pero él hombre sintió pánico, se veía demasiado pequeño.
La joven lo supo, así que lo acerco hacia su pecho para calmarlo. — puedes cambiarte, haz de estar cansado.
— ¿Hay un baño aquí?
— Si, ¿por qué?
— Me cambiare aquí, traje ropa en unas cápsulas, no quiero preguntas, Bulma. — Y sin decir una palabra, se dirigio al baño, dejándola sorprendida.
