Siempre pensó que estaría solo, conquistaría al universo, asesinaría a Freezer, por fin cobraría venganza, pero, las cosas cambiaron. En un gran juego del destino, Vegeta llegó a la tierra y conocío a Bulma y sin darse cuenta, estaba completamente e...
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Había pasado una semana desde el nacimiento de Trunks, su cuna estaba en la habitación de sus padres, lloraba con fuerza pero se calmaba apenas comía, para Vegeta eso era digno de un saiyajin. Esta vez se encontraba abrazando el brazo de su madre con su cola, un poco fuerte para ella, mientras lo mecía suavemente. Él pelinegro observaba la escena desde la cama, notando el gesto de su mujer contraído, — aún no sabe controlar su fuerza. — Comento, llamando la atención de la joven.
— ¿A qué te refieres? — cuestiono confundida.
— Te esta lastimando, con su cola. — señalo, al segundo que se levanto de la cama, mientras se acercaba hacia ella.
Mordió su labio, — la verdad si, es un poco fuerte, pero no creí que quisieras que cortaran su cola. — admitió.
Le resto importancia al segundo que quedaba frente a ella, — eso impedirá que sea más fuerte, vamos, sostenlo. — Abrio sus ojos confundida.
— ¿Qué vas hacer?
— Cortarle la cola, y antes de que me preguntes, no, no le va a doler. — la observo serio, con esos ojos negros inexpresivos para los demás, excepto para ella. Vegeta estaba seguro, lo sabia.
Suspiro y asintió, cargándolo de manera que libero su brazo. Cerro sus ojos temerosa, hasta que escucho un gimoteo junto a una risa de bebé, observo la escena, él pelinegro sostenía la cola y por su parte Trunks nada más reía mientras lo veía, tocando la mano de su padre. Él solamente lo observaba. Sonrió. — te dije que iba adorarte, mira como se pone cuando te acercas a él.
Él guerrero sonrió, — ya, cállate. — pero lo que dijo no tenia nada que ver con su expresión, miraba a su hijo analizándolo más de cerca.
Ambos se miraban fijamente mientras Trunks tocaba la mano de su padre, sujetando su dedo y apretando levemente, ese toque logro sentirlo, no dudaba que él niño seria en extremo fuerte, — apenas tenga la edad lo entrenare... — comento más para él mismo.
— ¿A qué edad entrenaban los saiyajin? — Pregunto curiosa, sin dejar de ver a sus dos hombres interactuar.
— Cuatro años, los saiyajin se forman más rápido que los terrícolas, creo que Trunks es igual.
— Creo que ya tiene fuerza, me imagino cuando crezca.
Lo siguiente que vio la hizo sentirse más feliz de lo que estaba. Vegeta toco con un dedo la mejilla regordeta de su hijo, sacándole una risa escandalosa. En ese momento Bulma supo que a pesar de ser un guerrero despiadado con un pasado terrible, tenía sentimientos por su hijo y por ella, pues esos ojos, se lo demostraban, — no se ríe tanto cuando yo lo hago, creo que tiene un favorito, que envidia. — hizo un berrinche en broma.
