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Aamon Paxley no se había despertado de buen humor aquel día

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Aamon Paxley no se había despertado de buen humor aquel día. El día anterior los ancianos lo habían citado a una reunión importante. Apretando dientes, había tenido que dejar a medias la carta que estaba escribiendo a Morgan. Cuando entró a la sala de reuniones, notó de inmediato los susurros que llenaban la sala. Ignorándolos completamente, se había dirigido al trono y, cruzando piernas, se había sentado en él. Los cuchicheos habían cesado hacía un segundo y un anciano se había levantado y se encontraba en el centro de la sala. Siendo fulminado por el albino. Contrario a lo que otros sentirían, el sabio había empezado a hablar con calma.

-...recibimos un notificado de los Barroca. Os casareis con su hija mayor, Morgana Barroca.-Aamon había fruncido el ceño, descruzando las piernas y, rápido como una sombra, se había movido hasta el anciano con una cuchilla de maná en su cuello. Notó a éste temblar levemente y tragar duramente.

-No.

-Joven Lord...-dijo uno a su derecha.

-He dicho que no. - su susurro fue siseante con un tono peligroso.

-No podéis negar un matrimonio ya pactado. Al menos deberíais conocerla mejor antes de anularlo. -intervino otro. El chico lo fulminó con la mirada. Después de que el silencio reinase, habló de nuevo encaminándose hacia la salida tras hacer desaparecer la cuchilla.

-Una. Le brindaré a Morgana UNA sola oportunidad. Ayer ya dejé claro mi rechazo ante el matrimonio.-con eso, salió de la reunión apretando la mandíbula. A su alrededor, los sirvientes se apartaban rápidamente ante la fría aura que el albino estaba desprendiendo. Aamon estaba más enfadado que otra cosa. Hacía dos noches, el lunes, justo cuando había llegado, el noble que había estado al cargo (un pariente lejano, un primo segundo de su padre) lo había retado por el mandato de la casa. Aquella propuesta había sido cobarde. El aristócrata acababa de llegar y estaba cansado y su oponente creía que podría ganar (igual que muchos otros antes que él), pero la realidad había sido diferente, obviamente. Aamon había fruncido el ceño y había asentido con la cabeza secamente. Con una cínica sonrisa, el noble le había mostrado todas sus cartas lanzando cuatro hechizos simultáneos de explosión tras uno de ceguera. Confiado, se había burlado del más joven. Mas no contó que cuando el humo se disipara no hubiese ni rastro del patriarca. A su alrededor, vio a los sabios apretar dientes y a los tres hermanos del Paxley mirarlo con burla.

-Sois demasiado tonto si creéis que esa sarta de hechizos me habrían derrotado. -el susurro en su cuello le hizo estremecer. Aquella voz no parecía natural, era profunda y tenía un tono que helaría al mismísimo infierno. Fue en ese momento que Bran Mazzen Paxley entendió porqué nadie se oponía al actual patriarca a pesar de ser tan joven. -Y no me encuentro de humor hoy, Bran. -el hombre vió con miedo los ojos negros del albino brillar con magia antes de sentir como algo le era arrancado de su brazo. Con gran dolor, vio como la piel de aquella extremidad le era arrancada. Bran ni siquiera pudo gritar al segundo estirón, ni al tercero. Finalmente, tras quince minutos de agonía, Aamon le había matado con una de sus cuchillas.

𝕯𝖆𝖓𝖟𝖆 𝖉𝖊 𝖈𝖚𝖈𝖍𝖎𝖑𝖑𝖆𝖘 [MLBB] ᵃᵃᵐᵒⁿ ᵖᵃˣˡᵉʸWhere stories live. Discover now