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-Antes viste el poder de mis cuchillas, ¿estás segura de que no me temes? 

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-Antes viste el poder de mis cuchillas, ¿estás segura de que no me temes? 

-¿Debo recordarte tu derrota del callejón?

Morgana frunció el ceño y estuvo a puntod e fulminarlo con al mirada. El sol ya estaba gobernando el cielo y se habían detenido para desayunar. Al notar el semblkante decaído de su acompañante, su mano se detuvo a medio camino. Con un suspiro, bajó la mano con el trozo de pan que iba a comerse. 

-No entiendo tu preocupación. Antes no lo estabas.

Cassian suspiró. Moragana podía apostar que su semblante decaído se debía a algún mal recuerdo con su magia o sus cuchillas. No tuvo que pensar demasiado para llegar a aquella conclusión. Ella misma había experimentado el miedo de dañar a sus seres queridos o conocidos. 

-Mira, si tan preocupado estás, después de comer nos batiremos en un duelo. En él, te aplastaré como un insecto y nunca volverás a insinuar esta sarta de estupideces como "dañarme" o "temerte", ¿entendido?

-No se yo... -su semblante se notó más animado pero aún estaba algo deprimido.

-El primer día te advertí que si mencionabas que era débil te daría una paliza.

-¡Yo no he mencionado nada de eso!

-Sí, y yo soy una diosa. 

-Pero...

-Sin peros. Te daré una buena tunda luego, punto.

Cassian se echó a reír cuando Morgana hinchó sus mofletes. Segundos después, al joven se unía a sus risas.

-Eres tan tierna... -susurró el muchacho para si mismo. La chica, al escucharlo accidentalmente, enrojeció. -¡Lo siento! -Cassian también se sonrojó. 

-No, está bien. Es un gran cumplido.

-...


Un pequeño silencio se instaló entre ellos. Silencio que Morgana rompió cuando se llevó el último trozo de queso a su estómago. 

-Estoy lista para darte una paliza. ¿Vamos?  -el joven sonrió y asintió levantándose. También había acabado de comer y estaba listo para pelear.

Con eso, se alejaron un buen trecho hasta encontrar un claro lo suficientemente grande para tener un combate. Por los cálculos de Morgana, debían de estar en el medio del bosque y no había rutas cercanas allí.

-Una pregunta, Cassian. -al ver que el mencionado tenía su atención, la Barroca siguió. -¿Tienes el título o la licencia de mago? -un certificado mágico que expresaba que aquella persona había pasado por una academia de magia y que tenía experiencia en la hechicería.

-¿Midiendo mi poder? -preguntó el muchacho jocosamente.

-Para nada. Solo tengo curiosidad. Solo te he visto pelear con cuchillas de maná y volverte invisible. Pero nunca te he visto lanzar un solo hechizo. Y mi instinto me dice que tienes bastante poder para poder ejecutarlos. -habló calmada observando los árboles.

-Tu instinto no falla. Poseo el título pero casi nunca lanzo hechizos. No me hacen falta. -Morgana frunció el ceño. -Para ser soldado del palacio Paxley se necesita el título. Es uno de los mínimos requisitos.

-Ya veo... 

Finalmente llegaron al claro. Al ver la posición del sol, la muchacha supo que era aún mañana y aún quedaban unas horas para el mediodía. La joven dejó su báculo apoyado en el tronco de un árbol y se dirigió al centro del claro, lugar en donde Cassian la esperaba. 

-¿No utilizarás tu magia? 

-Tendré más libertad si mi mano izquierda está libre. -respondió sacando su espada de su funda.

-Pero mis cuchillas poseen magia. Cortarían el filo de tu espada sin problema. Y no quiero tener que ajustar cuentas luego...

-No habrá nada que ajustar. Mi espada no se rompió en nuestro primer encuentro, no lo hará ahora. -al ver la cara llena de dudas de su compañero, suspiró y aclaró. -Tranquilo, está encantada para recibir hechizos o magia.

Con aquella aclaración, Cassain asintió. 

-Entonces hagamos esto. El primero que ponga su filo en el cuello contrario gana.

-Perfecto. 

Los dos se alejaron diez pasos cada uno. Morgana balanceó su arma mientras Cassian invocaba sus cuchillas. Tras observarse y agacharse los 90º que el protocolo exigía, atacaron.

Cassian lanzó tres cuchillas de maná que Morgana cortó sin problemas. Sonriendo, la joven se movió rápidamente intentando acercarse sin éxito ya que aquella tormenta de cuchillas se lo impedía. La Barroca apretó labios, semejante cantidad de cuchillas solo comportaba una gran cantidad de maná. Ocupada en esquivar y cortar los filos, notó que su oponente había desparecido. Suponiendo que aparecería detrás suyo para atacarla por sorpresa, la joven dio un gran tajo que redireccionó las cuchillas haciendo que se clavaran en los troncos de los árboles cercanos y se giró a la velocidad de la luz para darle una patada y un codazo que rozaron a Cassian. El muchacho se hizo visible saltando hacia atrás y volvió a desaparecer en el aire. Morgana sonrió cuando las cuchillas no volvieron a atacarla como un torbellino y pudo concentrase para agudizar sus sentidos. Cerró los ojos alzando su espada escuchando cada sonido del bosque. Sin tener ni un solo respiro, los silbidos de algo cortando el aire hicieron que se moviera. Sin borrar su sonrisa, la hechicera fue esquivando cada ataque de su compañero. 

Tras diez minutos sin avanzar, Morgana empezaba a sentir su cuerpo pesado. Había mantenido sus sentidos al máximo, su cuerpo había hecho muchos movimientos que habían requerido mucha velocidad y agilidad y su mente debía dividirse en esquivar los ataques de su compañero y en invocar su magia. Llenando sus pulmones de aire, abrió finalmente sus ojos. Sin borrar su sonrisa, decidió que era hora de acabar con eso y utilizar su magia. La joven dejó ir la magia que había estado acumulando y la Niebla se hizo presente rápidamente. 

Era cierto que sin su báculo era más lenta a la hora de canalizar su maná y así lanzar hechizos pero la potencia de éstos aumentaba considerablemente. Su talento mágico no variaba con o sin báculo. También era cierto que una vez había calentado, era imparable. La potencia de sus hechizos era imparable y la velocidad con los que lanzaba, era casi como la de una gacela. 

Segundos después, la Niebla cubría el lugar y Morgana era consciente de todos los movimientos de Cassian. 

-Debo admitir que sin la Niebla no podría derrotarte. -dijo la Barroca esquivando otra cuchilla cortándola por la mitad y mirando hacia su izquierda. Sonriendo como un gato, la joven se movió a la velocidad del rayo girando 45º a la derecha y con su espada cortando el aire hasta llegar a la base del cuello de su oponente. -Derrota. -declaró orgullosa haciendo que la Niebla se retirase.

-Eso es trampa. -respondió Cassian mientras su capa desaparecía.

-Utilizar magia no es trampa. Es un as bajo la manga. Tú también podrías haberla utilizado. Que no lo hicieras no es mi culpa. -puntualizó ella sin borrar su sonrisa. Él bufó a la vez que hacía desaparecer todas las cuchillas en el suelo, aire y las que estaban perdidas por los alrededores. 

-Lo que tú digas. -susurró mientras Morgana reía por su infantil comportamiento. La chica cogió su báculo y se dirigió hacia sus pertenencias con Cassian detrás.

𝕯𝖆𝖓𝖟𝖆 𝖉𝖊 𝖈𝖚𝖈𝖍𝖎𝖑𝖑𝖆𝖘 [MLBB] ᵃᵃᵐᵒⁿ ᵖᵃˣˡᵉʸWhere stories live. Discover now