cap 28

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—¡Detente! —le rogó Sasuke.
Sakura terminó de aflojar su cinturón de un tirón, desabrochó su pantalón y
bajo su cremallera antes de que él pudiera repetirlo. Se echó hacia atrás, dejando sus pantalones abiertos y revelando la gran protuberancia escondida sólo por sus boxers de color gris.
—Está bien —dijo con dulzura. Sasuke respiró hondo y se relajó visiblemente.
Ella sabía que lo estaba presionando, pero no tenía ninguna opción. Sasuke
estaba siendo tan malditamente terco y no la escuchaba. Mentalmente le chasqueó la lengua mientras se levantaba. Si sólo se hubiera quedado alrededor unas dos semanas atrás, sabría exactamente lo mucho que ella lo quería y cuánto lamentaba
haberle hecho daño.
No había ninguna duda en su mente que lo había lastimado y se odiaba
mucho por eso. Meses atrás, cuando le dio la bienvenida a Sasuke en su vida había sido tan estúpida por pensar que categorizar a las personas en pequeños grupos seguros la protegería. Lo único que logró hacer fue herir a ambos y empujar a
Sasuke lejos.

Cuando se dijo que jamás podría haber algo más con Sasuke había sido tan tonta y había estado tan asustada de permitirse verdaderamente amarlo y esperar un futuro que se dijo a si misma que era imposible. Había sido tan condenadamente egoísta y lastimó al hombre que amaba.
Ahora él estaba sufriendo, y haciendo todo lo posible por cuidarla y
protegerla. Por mucho que calentara su corazón el saber que él haría cualquier cosa por hacerla feliz, incluso sufrir, en realidad estaba muy enojada. Su obstinación simplemente estaba retrasando lo inevitable. Utilizaría la furia de sus puños para meter algún sentido en él, pero no quería hacerle daño.
Así que quedaba sólo una opción...
Reprimiendo una sonrisa, se levantó y se apoyó en la mesa de la cocina.
Nunca había hecho algo tan audaz en su vida, pero esto era por Sasuke. No dolía que estuviera esposado y no pudiera detenerla.
—¿Estás seguro de querer que me detenga? —preguntó tímidamente.
—Sí —susurró él, todavía jadeando.

—Hmmm, entonces quizás ¿deberíamos simplemente hablar? —sugirió ella mientras salía de sus tacones.
Los ojos de Sasuke se entrecerraron ante la acción mientras distraídamente asentía.
—Creo que deberíamos olvidarnos de ser amigos, Sakura, e ir por caminos
separados —dijo levantando la mirada, pero sin encontrarse con sus ojos—.
Una vez que mi casa este vendida voy a irme para siempre.
—Eso realmente no va a funcionar para mí —dijo Sakura, levantando el brazo y lentamente desabotonando su blusa de seda.
—¡Eso es jodidamente malo, Sakura! He avanzado. Necesitas seguir adelante —espetó él, claramente tratando de no observar cuando ella reveló un sujetador de encaje negro.
—¿Has seguido adelante? —preguntó casualmente, quitándose suavemente
su camisa.
—Sí —dijo sin ninguna vacilación.
—Ya veo —dijo Sakura, reprimiendo una sonrisa cuando sus ojos
prácticamente la devoraron.
Extendió la mano de nuevo y soltó los cierres de su falda, y vio como Sasuke
siguió la falda cuando esta chocó contra el suelo, vacilando ante las bragas negras a juego. Sakura salió de la falda y la pateó a un lado antes de reclinarse de nuevo sobre la mesa.

—Entonces —dijo, trazando la parte superior de su sujetador con la punta
de su dedo—, ¿ya me olvidaste?
—Sí.
—Supongo que esto significa que quieres que me vista y me vaya —dijo, sin tener ninguna intención de irse hasta que fuera suyo.
Él dudó, haciéndola sonreír.
—Sí.
—Eso es una maldita lástima —dijo Sakura, llegando hasta entre sus pechos y deshaciendo el cierre frontal. Sostuvo las copas juntas mientras lo estudiaba. Él
parecía no poder dejar de removerse en su silla o quitarle los ojos de encima.
—¿Qué? —preguntó Sasuke distraídamente.
—Bueno, ¿qué pasa si no quiero que se acabe? —preguntó ella, lentamente
despegando cada copa, revelando sus duros y apretados pezones.
Sasuke maldijo suavemente cuando dejó caer el sujetador al suelo.
—¿No te importa… —empezó a preguntar mientras separaba sus piernas para darle una mejor visión de lo que esperaba por él—, si otro hombre me toca?
Mientras observaba un músculo en su mandíbula apretarse y crisparse,
distraídamente pasó las puntas de los dedos de una mano sobre su pecho y
estómago.

EL VECINO INFERNAL (Sasusaku)Where stories live. Discover now