Cap 6

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—Tengo hambre —refunfuñó Sasuke mientras miraba fijamente los platos
vacíos sobre su mesita de café.
Naruto gruñó—: Prácticamente te comiste ambos platos. ¿Cómo demonios
tienes hambre?
Sasuke se encogió de hombros y se recostó en la silla para mirar el partido.
—Simplemente la tengo. ¡Déjame de paz, soy un chico en crecimiento,
maldición!

—Sí, un chico en crecimiento de treinta años —murmuró Naruto.
—¡Sigo creciendo así que cierra la maldita boca y aliméntame!
—¡Pide algo y deja de quejarte! —espetó Naruto.
—Tú ordena algo. Estoy muy débil para moverme.
Naruto puso sus ojos en blanco.
—No sé cómo Sakura te ha soportado las últimas semanas. Yo ya te habría
matado.
—Sakura me adora —dijo él con un resoplido.
—Sí, bien —dijo Naruto, riendo—. Esa es la razón por la que sale con otros
hombres y te molesta, sólo para reírse de ti.

—Exactamente.
Naruto le echo un vistazo.
—Realmente estás jodido, ¿verdad?
—Probablemente —dijo Sasuke despreocupado.
—Eso pensé.
Un golpe suave en la puerta les llamó la atención. Naruto se estremeció.
—No es otra de tus novias viniendo en busca de venganza, ¿verdad?
Sasuke puso los ojos en blanco mientras se ponía de pie de un salto.
—Creo que llamar a cualquiera de ellas “mi novia” es un poco exagerado.
Preferiría que te atuvieras a referirte a ellas como “las mujeres que acordaron pasar un buen momento sin ataduras que realmente me cabrearon cuando me cansé y
las dejé por alguien más ardiente.”

—Vaya, eso es difícil de pronunciar —murmuró Naruto—. Y
sorprendentemente ninguna de ellas te ha matado todavía.
—Cierto, no crees —estuvo de acuerdo Sasuke.
Él abrió la puerta, sabiendo que ninguna de sus enojadas ex-amantes estaría allí. Había pasado ya un tiempo desde que llevó a una mujer a su cama y hasta donde sabía, todas las anteriores mujeres ya lo habían dejado en paz. Así que, al
menos por ahora él era bueno.

Parada en la puerta estaba Sakura en un lindo par de pantalones vaqueros
cortos y una remera sin mangas. Su cabello estaba tirado hacia atrás en un desordenado moño suelto y algunas hebras se escapaban y jugueteaban en su nuca. No molestaba que esas gafas la hicieran parecer como un sexy ratoncito de
biblioteca.
Ella sonrió dulcemente.
—¡Me alegra tanto que estés aquí! —Él no pudo contener la sonrisa ante esa declaración.

Tal vez era el momento de perdonarla. Era bastante divertido después de todo y esas galletas fueron malditamente buenas, por no mencionar que la sonrisa que le estaba dando lo hacía bastante feliz.
—Naruto, ¿crees que podrías echarme una mano? Puedo necesitar la ayuda de un hombre por unos cuantos minutos.

Su mandíbula cayó. Pudo escuchar a Naruto intentando sofocar la risa.
—Si necesitas a un hombre, ¡estoy aquí mismo! —espetó él.
Sakura parpadeó y luego volvió a parpadear.
—Oh, lo siento, no pensé en ti. Necesito a un sujeto con músculos y tú… —
Sus palabras se fueron silenciando a la vez que miraba por encima de él y luego se
encogía de hombros—. Bueno, ya sabes —dijo inocentemente.
—¿Sé qué? —exigió él.
Ella lo ignoró y volvió a enfocarse en Naruto.

—¿Crees que puedas echarme una mano? Voy a tener compañía y no puedo sacar la parrilla. Es pesada.
Naruto se rió entre dientes mientras llegaba a la puerta.
—Seguro. Estaba por irme a casa, pero puedo echarte una mano ya que aquí
no hay nadie lo bastante fuerte como para ayudarte —dijo, sonando divertido con
un brillo en los ojos.
—¡Demonios si lo harás! —dijo Sasuke a la vez que agarraba el brazo de
Sakura y prácticamente la arrastraba hacia su casa.

Ella le lanzó un guiño sobre el
hombro a Naruto, quien se estaba riendo y sacudiendo la cabeza con incredulidad.
Naruto caminó hacia su auto mientras Sasuke le daba a Sakura un sermón sobre su hombría y algo sobre ser una mala saltamontes, fuera lo que demonios fuera que eso significara.

EL VECINO INFERNAL (Sasusaku)Where stories live. Discover now