cap 9

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Lunes por la noche
10:35 P.M.
Sakura rodó hacia su lado, mirando hacia la pared y preguntándose si debería tragarse su orgullo y pedirle a Sasuke que viniera a dormir con ella. ¿Eso la convertía en una puta del sueño? En este momento estaba dispuesta a suplicar.

Tal y como ella temía se había vuelto adicta al cuerpo de Sasuke. Gracias a Dios nunca tuvieron sexo. Ella odiaría pensar lo mal que la adicción sería entonces.
Sintió como la cama se hundía detrás de ella antes de que un fuerte brazo se enroscara alrededor de su cintura, atrayendo su espalda a un cuerpo fuerte y caliente. La atractiva esencia de Sasuke la envolvió tan fuertemente como lo hizo su cuerpo. Su trasero estaba ahuecado por su pelvis. Él estaba duro otra vez, pero
como de costumbre, no hizo ningún movimiento hacia ella. Simplemente era la reacción de su cuerpo al estar presionado contra una mujer, al igual que el de ella porque estaba en manos de un hombre fuerte. Ni le importaba lo suficiente para comentar o actuar. En cuestión de minutos estaban dormidos.

Martes por la noche
11.30 P.M.
—Ese fue un gran partido y una cena realmente genial —dijo Hinata, la esposa de Naruto.
Naruto robó otro brownie del plato y gimió mientras asentía con la cabeza en acuerdo. Alargó la mano hacia otro brownie sólo para encontrar que el plato se había ido y que Sasuke estaba mirándolo.
—Bastardo ladrón de brownies —murmuro él mientras se alejaba hacia la encimera de la cocina de Sakura.
Los tres observaron con humor como Sasuke colocaba los brownies en una
bolsa con cierre grande, que sin duda planeaba llevar con él al trabajo en la
mañana. A medio camino de transferir los brownies se volvió para mirar a Naruto y pronunció las palabras “Bastardo ladrón”, antes de regresar a la tarea en mano.

—De todos modos —dijo Sakura, llamando la atención de Naruto y Hinata lejos del inquietante amor de Sasuke por los productos horneados de ella—. Fue un placer tenerlos aquí chicos.
—Sí, ustedes van a venir la semana que viene, ¿no? —preguntó Hinata mientras fruncía el ceño hacia su esposo, quien levantó el último trozo de brownie, pero no se lo comió. Sus ojos estaban fijos en Sasuke.
Ambas mujeres vieron como Sasuke se daba la vuelta. Naruto hizo un gran
espectáculo poniendo el brownie en su boca. Cerró los ojos como si fuera lo mejor que hubiera comido y gimió.
—Ese fue un brownie malditamente bueno —dijo finalmente Naruto.
—¡Tú bastardo traidor! —exclamó Sasuke.
—Te voy a llevar una bandeja entera llena de brownies la próxima semana,
Naruto —dijo Sakura, sabiendo que eso apartaría su mirada de Naruto.
—Traidora —murmuró Sasuke mientras cariñosamente acariciaba la bolsa de brownies.
—No es justo que él no esté gordo —dijo Hinata. Sakura tuvo que asentir en acuerdo. El hombre consumió tres porciones de lasaña esta noche, una ensalada y una tonelada de pan de ajo sin mencionar una docena de brownies y galletas.

Con su porción de la lasaña y dos brownies ella probablemente iba a ganar cinco libras.
A veces la vida simplemente no era justa.
Dijeron sus buenas noches y acompañaron a Naruto y Hinata a la puerta. Ella apagó la luz de la cocina sabiendo que Sasuke apagaría la luz de la sala. Sin embargo ninguno de los dos habló de los arreglos para dormir y ella no sabía cómo tocar el tema. Así que en su lugar ella en voz baja dio las buenas noches, puso los ojos en blanco cuando Sasuke murmuró “Te amo” a sus brownies y se dirigió a su cuarto de baño.
Después de una ducha rápida ella se puso una pequeña camiseta y bragas.
Bostezando, entró en su habitación y no estaba sorprendida al encontrar a Sasuke sobre su estómago, usando nada más que unos calzoncillos en medio de su cama.
Ella apagó las luces y se arrastró a la cama. Puso su rostro sobre el hombro de él mientras su mano descansaba sobre su otro hombro y su pierna entrelazada con la de él. En cuestión de segundos sintió a Sasuke relajarse y quedarse dormido.

Miércoles por la Noche
10:45 P.M.
Sasuke se sentía cansado hasta los huesos mientras estacionaba en su camino entrada. Esperó hasta que Sakura se detuvo en su camino de entrada antes de salir.
Había sido un día muy largo y a juzgar por el pequeño y adorable gemido que Sakura hizo cuando salió de su coche ella también lo sentía.
—Estoy tan cansada —murmuró ella.
Él bostezó ruidosamente.
—Esa fue una reunión de padres y maestros para los registros —dijo.
—Demasiado drama. ¿Quién hubiera sabido que los padres de los niños
ricos y mimados que estaban fallando podrían llegar a ser tan malditamente
dramáticos? Tuve a una mujer sollozando histéricamente porque su hijo tenía una B en lugar de una A.
Él se rió.
—Me ofrecieron una mamada para convertir una D en un A.
La cara de Sakura se torció graciosamente.

—¿Una mujer se ofreció para hacerte una mamada durante la noche de
padres y maestros?
—No, un hombre. Parece que el tipo está bastante desesperado por
conseguir que su hijo entre a Harvard.
Ella se rió suavemente.
—Obviamente. —Bostezó ruidosamente—. Me voy a la cama. Buenas noches.
—Yo también. Buenas noches —dijo mientras caminaban a lo largo del
pequeño trozo de césped entre sus propiedades. Justo antes de que ella girara a la derecha puso su brazo alrededor de sus hombros y la dirigió hacia su casa.
Durante las últimas tres noches había dormido en la casa de ella. No era que
extrañara su cama. Quería ver si la cama hacia la diferencia o si era Sakura. Además, él la había estado imaginando en su cama todo el día. Cada vez que se volvían
sexuales obligó a su mente a salir de la cuneta.

Se estaba volviendo más y más
difícil a medida que pasaba el tiempo.
Nunca había tenido una amiga antes y este nivel de intimidad era nuevo y
un poco aterrador para él. Él se hizo una promesa hoy. La llevaría a su cama y si no dormía tan bien como lo hacía en la cama de ella o en la cama del hotel, él saldría y compraría una cama a juego y el problema se resolvería. Si todavía dormía como
un bebé con ella, entonces… bueno, realmente no quería pensar en eso todavía.

Estaba bastante seguro de que parte del problema era el sexo.
Tal vez él debería salir y echar un polvo, y luego ver si dormía tan bien con Sakura acurrucada toda la noche. Parte de él estaba asustado de que eso no hiciera una maldita diferencia. Sakura se estaba convirtiendo rápidamente en su mundo y por alguna extraña razón eso estaba bien con él, de ahí la razón por la que él
estaba acojonado.

No dijeron nada mientras caminaban a la casa de él. Se dio cuenta de que
ella estaba nerviosa. Diablos, él estaba nervioso. Nunca había tenido una mujer en su cama. No importaba que no hubiera sexo involucrado. Este era un gran paso para él. Ni siquiera sabía si podría tolerar tener a Sakura en su cama. Cada vez que el pánico comenzaba a emerger lo empujaba hacia abajo. Sabía que si no podía
manejarlo podría inventar alguna excusa y volverían a la cama de ella. Con esto en mente la llevó a su habitación.
Ninguno habló cuando él le pasó una de sus viejas camisetas favoritas. Ella
le dio una tímida sonrisa y desapareció en su cuarto de baño. Se quitó sus zapatos y esperó a que ella saliera. Escuchó su ducha ser encendida y apretó los dientes
cuando una oleada de lujuria se vertió sobre él.
Frunció el ceño a la carpa un poco incómoda en sus pantalones.
—Deja de causar problemas. —Por supuesto, no lo escuchó. Nunca lo hacía en lo que concierne a Sakura. Él mismo se repetía que eventualmente su cuerpo llegaría a aceptar que Sakura era sola una amiga.

—Todo tuyo —dijo Sakura suavemente mientras salía del baño diez minutos más tarde con su camiseta. El dobladillo de la camisa terminaba justo por encima
de la rodilla, dando la ilusión de que ella no lleva nada debajo. Tragó saliva. Duro.
Él asintió con la cabeza inexpresivamente y anduvo más allá de ella hasta el baño donde procedió a tomar una ducha fría. Mientras se secaba vio sus pequeñas gafas dobladas sobre el mostrador del lavabo. Las recogió y sonrió mientras las regresaba a su lugar. Parecía que pertenecían allí.
La luz de la habitación ya estaba apagada cuando salió del cuarto de baño.

El torrente de luz de la calle iluminaba a Sakura. Ella yacía sobre su espalda en el lado derecho de la cama esperándolo. Caminó a su lado de la cama y levantó las sábanas. Sin una palabra trepó a la cama y lentamente se colocó encima de ella de manera que su bajo vientre descansaba entre sus piernas, manteniendo la errante
erección lejos de ella lo mejor que pudo. Ella abrió más las piernas para acunarlo.

Sasuke puso su cabeza entre los pechos de ella y cerró los ojos soltando un suspiro de satisfacción. Se sentía tan bien, tan correcto. Después de dudarlo un momento la sintió moverse. No estaba seguro de si estaba a punto de empujarlo o
golpearlo. Él se estaba tomando libertades en su arreglo para dormir, pero no podía evitarlo. La necesitaba desesperadamente.
En lugar de empujarlo lejos, ella envolvió un brazo alrededor de sus
hombros mientras pasaba suavemente sus dedos por su cabello. Así fue como él se quedó dormido, siendo acunado por la mujer en la que más confiaba y por la que
más se preocupada en todo el mundo. Era absolutamente perfecto.

EL VECINO INFERNAL (Sasusaku)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu