Cap 8

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—¡Vamos, chicos! Volvamos. ¡Esas mujeres eran ardientes! —dijo Hodan por enésima vez desde que habían dejado el club.
—No —dijeron Naruto y Sasuke a la vez.
Hidan dejó escapar un suspiro frustrado a medida que entraban en el vestíbulo del hotel.
—Sé por qué Naruto no quiere, está casado, pero ¿por qué tú no?
Se encogió de hombros.
—Simplemente no quiero. ¿Eso te parece bien?
—Toda la noche rechazaste a las chicas. ¿Qué demonios te pasa? —exigió Hidan.
—Nada —murmuró. No estaba de humor para esta conversación o para
Hidan. Toda la noche resistió la urgencia de pegarle un puñetazo al idiota. Cuando no estaba pensando en pegarle un puñetazo, se estaba pateando a sí mismo por dejar a Sakura. Debería haberse quedado y cuidado de ella. Ella fue lo bastante
genial como llevarlos con ella a ver un gran juego y la abandonaron como un montón de bastardos malagradecidos.

Además, si iba a ser honesto,
probablemente habría pasado un mejor rato con ella solo sentados viendo una película que yendo a un club y tener a un montón de mujeres frotándose sobre él.
—Problemas, chicos —dijo Naruto cuando volvía hacia ellos desde la
recepción.
—¿Qué pasa? —preguntó él.
—Cedieron nuestra habitación porque no nos registramos y ya no hay más
habitaciones disponibles.
—Mierda.
—Síp.
—Oye, ¿a dónde vas? —le preguntó Sasuke a la espalda en retirada de Hidan.
Hidan se detuvo y le dio una mirada de “duh”.
—No tenemos cuarto. Voy a volver al club a encontrar un cuerpo caliente y
una cama por esta noche.
Ese hijo de puta.
Había estado intentando meterse entre las piernas de Sakura por una semana y no se detendría. Ahora estaba intentando echarse un polvo por una cama. Sasuke
no tenía dudas de que mañana volvería a olfatear alrededor de Sakura.

—¿Vienes o qué? —exigió Hidan.
Sacudió la cabeza con disgusto.
—No, ve a divertirte. Me voy a la cama.
—Como quieras —murmuró Hidan a la vez que se dirigía a la salida.
Sasuke empujó a Naruto.
—Vamos a pedir piedad.
Naruto pareció aliviado a la vez que asintió con la cabeza y le hizo un gesto a Sasuke para que liderara el camino.
Subieron a la habitación de Sakura y golpearon. Luego de unos cuantos
minutos volvieron a golpear. Finalmente la puerta se abrió revelando a una Sakura con ojos soñolientos.

—¿Qué pasa? —preguntó ella, intentando sofocar un bostezo.
—Cedieron nuestra habitación —dijo él con un mohín.
Ella puso sus ojos en blanco.
—Bueno, duh, no se registraron esta tarde.
—No tienes que restregarlo en nuestras narices.
—Eso no es restregarlo en sus narices, créeme. Si lo estuviera haciendo te
daría una pequeña risa malvada y cerraría la puerta en tu cara.
—Buen punto —dijo, hacienda una mueca, mientras esperaba que ella no
fuera a hacer justamente eso. Estaba agotado y no tenía ganas de pelear con Narutopor el asiento trasero del auto.
—Entonces, ¿qué quieren?
—¿Piedad?
Ella puso los ojos en blanco.
—¿Quieren dormir acá? No hay suficiente espacio para nosotros cuatro.
Obviamente ella no había notado la ausencia de Hidan.

—Hidan se fue a otra parte por esta noche. Somos sólo Naruto y yo.
Algo en su expresión cambió. ¿Estaba molesta de que Hidan no estuviera
aquí? La idea lo molestó más de lo que quiso admitir.
—Muy bien, muchachos. Vamos, entren —murmuró mientras regresaba a la primera cama. Sasuke por supuesto se tomó su tiempo para notar la linda y pequeña remera sin mangas y los pantaloncitos de algodón a juego que abrazaban su
redondo trasero bastante bien.
Ella se subió a la cama y se dejó caer debajo de las mantas. Obviamente
estaba lista para ir a dormir y no iba a darles a ellos un segundo pensamiento.

—Ah, ¿Sakura? —dijo Naruto vacilante.
—¿Qué? Por favor, díganme que no me necesitan para cepillarse los dientes y que los arrope —murmuró en la almohada.
—Ah, no —dijo Naruto, sonriendo—. ¿Está bien si duermo en calzoncillos? No quiero hacerte sentir incómoda.
Ella ondeó una mano hacia él sin mirar.
—Haz lo que quieras.
—Bien, buenas noches —dijo Naruto, dirigiéndose al baño.
Sasuke miró alrededor de la habitación, notando solo dos camas y ningún otro mueble salvo una silla y se encogió de hombros. Se quitó la remera, los pantalones y los zapatos y empezó a subirse a la cama con Sakura.
La mano de ella se levantó en un movimiento para detenerlo.
—Espera ahí, amigo —dijo, dándose la vuelta para encararlo. Señaló a la otra
cama—. Ten una buena noche.
Sasuke frunció el ceño ante la sugerencia.

EL VECINO INFERNAL (Sasusaku)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin