Epílogo👑

1.3K 118 12
                                    

Cinco años después

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cinco años después...

El sonido de mis tacones era lo único que alertaba la presencia de algo. El resto del lugar permanecía en silencio, uno al cual ya me había acostumbrado.

Por casualidad, o no, esta era la única sala silenciosa. Algo que a fin de cuentas me gustaba, no podía negarlo, la calidez del silencio dejaba a la superficie el poder pensar con claridad.

Arrastré la cola de mi vestido por el suelo, el ruido de la tela comenzó a interponerse entre el de los pasos.

Dos jóvenes me acompañaban, cada una a uno de mis lados y a un paso detrás de mí, ambas llegaban vestidos de las telas más finas, sin embargo, ninguna hacía comparación al mío. Mis doncellas, normalmente, hablaban demasiado pero, se habían callado de inmediato al entrar al lugar. Todos sabían que la regla de oro era el silencio allí.

—¿Ya te he dicho que el blanco te sienta de maravilla? —dijo él una vez que llegué cerca del trono, en donde estaba sentado esperando.

—Según tú, todos los colores me sientan de maravilla —al quedar a su frente, hice una pequeña reverencia la cual correspondió.

Avancé, subiendo los peldaños de la escalera, las jóvenes se retiraron a un lado de la plataforma, simulado una imagen de estatuas.

—Es un hecho —agregó sonriente.

—¿Te enteraste de algo? —cuestioné sentándome en un trono a su lado.

Ambos asientos estaban construidos en cristal, a la misma altura, dejando a la vista el nivel de poder que ambos representaban. Siempre había visto que los reyes contaban con uno más grande que el de las reinas, en este caso, ambos eran exactamente iguales.

—Nada más que lo ya sabes —reposé uno de mis codos en el respaldo derecho, estaba frío.

Agni hizo una seña al guardia más cercano. Este se apresuró a cumplir las órdenes silenciosas del monarca. Sabía porque estábamos allí, nos traerían información acerca de quien había sido la causante de mis pesadillas. Y más les valía traer una buena información, de lo contrario, sería tiempo de pasar la tarea a alguien más competente.

Segundos después, entró el mismo guardia seguido por otro hombre. Según el general del ejército, era uno de los mejores, lo cual averiguaría ahora. Confiaba en encontrar detalles pronto, demasiado tiempo ya había pasado. Esa rata no podría seguir escondiéndose por mucho más de nuestras garras.

—Majestades —hizo una reverencia para ambos— Les he traído noticias nuevas, espero sean de su agrado.

—Te conviene —soltó Agni con un tono serio, que por un momento congeló al hombre.

Se aclaró la garganta y prosiguió:

—Se han dejado ver. —un alivio me recorrió— Al parecer algo sucedió con su magia, ha dejado rastros. Pero, me temo que lo siguiente no será muy agradable —acomodé mi cara sobre mi mano derecha, para luego acariciar mi mentón. Mi atención estaba entera en el hombre—, se los ha visto rondar por las tierras de Idront, en el mundo de los humanos. —Un escalofrío me recorrió— Según lo que pudimos averiguar, la señora Priscila ha de desposar al rey Eber.

—Sal de mi vista —exclamé con un tono hastiado.

El hombre salió tan apurado que parecía correr, esta vez tuvo suerte. Una vez desapareció de mi vista, me giré a ver a Agni, esperando que él decidiera cual sería nuestro próximo movimiento.

—Creo que tendremos que hacer una visita a nuestro querido amigo —sonrió con malicia. Era obvio lo que su mente estaba tejiendo.

Era hora de regresar.

Cristales Rotos Where stories live. Discover now