Capítulo 12👑

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El viaje de regreso fue muy similar al de ida

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El viaje de regreso fue muy similar al de ida. Regresamos en cuanto el amanecer comenzó a hacer acto de presencia, la noche se había pasado entre charlas y comida, una que por supuesto fue producto del hobbie de los hombres.

Al llegar al castillo, tuve que aguantar un acto vergonzoso, para mi desgracia, en el camino de regreso me había quedado dormida, claramente no fue un problema para mi en ese momento pero, luego si fue uno al tener que aguantar los comentarios y burlas de Cavan, quien aseguraba que había conseguido sacarle expresiones incómodas al rey.

Lo que si fue una sorpresa fue ver la diversión en el rostro de Wild cuando había despertado. El rey por su parte se quejó de que dormía de una manera muy extraña, a lo cual no pude rebatir, porque estaba segura de tenía razón.

Una vez que llegamos, el rey aconsejó que lo mejor era ir a descansar. Algo en lo que todos estábamos de acuerdo. 

Al caer el mediodía, Lilih había aparecido en mi habitación a  recordarme que era hora de almorzar. Antes de ir a hacerlo, le cuestioné en donde estaba el rey, ella me había confesado que el estaba encerrado en su despacho trabajando, lo entendía, mi padre también se la pasaba trabajando o fuera de casa, controlando que todo vaya de manera correcta.

Y ahí estaba yo, tocando la puerta del despacho, dispuesta a molestar al rey.

—Adelante —escuché, así que entré.

Se encontraba en el mismo lugar de siempre, quedé en el lugar observándolo, estaba concentrado en unos papeles, era muy probable que ni siquiera supiera aún que era yo.

Se acarició el mentón mientras seguía pasando papeles. Su belleza era exótica para alguien como yo.

En más de una ocasión, mi padre me había presentado a jóvenes nobles de su reino, él tenía la esperanza de que desposara a alguien que “estuviera a mi altura”. La cuestión es que los jóvenes de Ardclik eran diferentes a lo que era el rey, inevitablemente, eso llamaba mi atención.

—¿Vas a quedarte ahí mirándome todo el día? —su voz me sacó de mis pensamientos.

—Solo estaba pensando o bueno, —sonreí, excusándome —recordando.

—¿Y se puede saber qué? —quitó los papeles, dejándolos a un lado.

—Tenía diecisiete —comencé sentándome en la silla frente a él, me acomodé cruzando las piernas y los brazos —mi padre había hecho uno de sus tantos bailes. Me había confesado varias veces de sus intentos frustrados por conseguir a un hombre correcto para desposar, a ambos nos divertía la búsqueda, más a él que a mí, claro está, después de todo él no tenía que aguantar a esos hombres presumir sobre sus cosas, —hice una mueca, consiguiendo una sonrisa del rey— además siempre supe que él no dejaría que me casara con cualquiera. La cuestión es que, en una ocasión, quería presentarme a el hijo de un marqués. Todo iba bien, él estaba un "poco" nervioso —hice las comillas— le temblaban las manos y todo —reí— pero sucedió que le había pedido que trajera unas copas en lo que mi padre y yo hablábamos, las trajo pero no llegaron a destino, unos metros antes, intuyo que los nervios le jugaron una mala pasada. Se tropezó y las copas fueron a parar sobre el primogénito de mi padre. En ese momento, de inmediato nos miramos negando, el pobre se desapareció luego que mi hermano lo corriera sin querer verlo cerca. —Suspiré al terminar de contar.

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