Capítulo 23👑

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Cuando salí de la habitación, mi primer instinto fue buscar a Eber, debía asegurarme de que todos estuvieran enteros, por no decir otra cosa, cuando llegué a la parte superior de las escaleras, escuché voces al fondo del pasillo

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Cuando salí de la habitación, mi primer instinto fue buscar a Eber, debía asegurarme de que todos estuvieran enteros, por no decir otra cosa, cuando llegué a la parte superior de las escaleras, escuché voces al fondo del pasillo.

Hice un vistazo rápido, además de los encargados del lugar, los únicos podían estar allí eran Brais y Agni, me acerqué al lugar, el lugar estaba vacío, las voces provenían de una de las habitaciones.

Caminé esta vez hasta una de las puertas, era la de la habitación de Brais. A menos, claro, de que la hubieran cambiado, cosa que dudaba mucho.

Puse la oreja sobre la puerta, con intención de escuchar.

-¿Cuándo vas a hacer algo entonces? -grito Agni, reconocería su voz en cualquier lado.

Estaban discutiendo.

¿Por qué?

-Cuando sea tiempo de hacerlo. -Exclamó Brais más calmado, tan él.

-¿Y cuándo va a ser tiempo? ¿Cuándo todo se vaya al diablo?-el carácter de Agni siempre había sido explosivo.

-Dije que cuando sea tiempo y punto -exclamó el otro, cansado.

-Tenemos que deshacernos de ellos, ahora -hizo una pausa- cuanto más pasen aquí, más antes lo descubrirán.

-No podemos simplemente asesinarlos, hay que hacer otra cosa -agregó el mayor- Además si se van, ella también. - un escalofrío me recorrió.

¿Qué querían?

-Tenemos que deshacernos de ellos, no me interesa como - sentenció Agni.

Retrocedí unos pasos y salí corriendo de allí, debía hablar con Eber, no podíamos quedarnos mucho tiempo allí o estaríamos en graves problemas.

Una vez atravesé la puerta al salón, seguí caminando de frente hasta atravesar otra puerta, avancé, atravesé la cocina la cual estaba llena de gente.

Me sumergí en un pasillo, hasta llegar a otro en donde se encontraban las habitaciones de los huéspedes, Eber me había mencionado que le dieron la primera a la izquierda, así que a esa me dirigí.

Abrí la puerta, sin importarme nada.

-Carajo -dijo Eber mientras se daba vuelta a ver quién era.

Una sonrisa se formó en mi rostro al ver en qué momento le había interrumpido, se estaba quitando la camisa.

-¿No te enseñaron a tocar? - dijo con diversión.

Cerré la puerta detrás de mí, acercándome a él, le tomé de la mano y lo llevé hasta un costado de la cama.

Empujándolo logré hacer que se sentara en la cama, no pude evitar repasarlo con la mirada, me reprendí, no era momento para pensar en cosas sucias.

-¿Qué te pasa? -dijo cuándo me senté a horcajadas sobre él.

-Nos están vigilando -susurré lo más despacio posible, mientras comenzaba a dejar un camino de besos, desde su mejilla hasta su hombro -Los escuché hablando, Agni quiere deshacerse de nosotros antes de que entremos, Brais dice que aún no es momento pero que lo harán. - Terminé de besarlo, coloqué mis brazos sobre sus hombros- Tenemos que entrar hoy e irnos mañana. Lo más rápido posible.

-Está bien -susurró, esta vez tomando el papel de repartir besos- ¿Qué sugieres?-sonreí. Si tan solo estuviéramos en otro momento.

-¿Conocen bien el mapa? - susurró un "sí"- Entonces entren ustedes por el despacho, allí no hay guardias por fuera, sólo tendrán que evadir los de dentro, yo me encargo de Agni y Brais.

Él se separó frunciendo el ceño.

-Ellos serán el único problema si quieren entrar por ahí - justifiqué- Se cómo tratar con ellos, preocúpate más por ustedes. -volví a acercarme a él, esta vez abrazándolo y recostando mi cabeza en su pecho -Tendrás que hablar con Cavan y Wild, pero has lo mismo que nosotros, finge hacer otra y ahí le dices, recuerda que nos están viendo todo el tiempo.

-¿Con qué estabas fingiendo?- agregó divertido acariciando mi muslo.

-No seas tonto -me reí, separándome para darle un leve golpe en el hombro. -Le prometí a Leila que la llegaría conmigo - susurré volviendo a abrazarlo.- No quiero volver a dejarla aquí.

-La llevaremos -afirmó y sonreí, Leila era la única familia que me quedaba aún- Mañana en la mañana nos iremos de aquí -agregó.

-La llevaremos -afirmó y sonreí, Leila era la única familia que me quedaba aún- Mañana en la mañana nos iremos de aquí -agregó

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-¿Has visto a Leila? -le interrogué a una de las jóvenes que estaban la cocina.

Ella negó, por lo que seguí mi camino hasta el salón, allí había un par de jóvenes limpiando parte del piso.

-Disculpen -ambas me miraron, no parecían reconocerme o ya me habrían mirado mal -¿Han visto a Leila?

-Vi que se fue a la sala del té con un joven hace un rato -no sabía cómo reaccionar ante el comentario, ¿Leila con un chico? Si ese era Cavan, lo mataría.

Fui directamente a ese salón, por suerte quedaba cerca, en concreto, quedaba al final del pasillo que daba a la escalera de las habitaciones.

Llegué tan rápido como mis piernas daban sustento.

Abrí la puerta, casi azotándola, y en efecto, en uno de los sillones estaban Leila y Cavan hablando animadamente. Puse mis manos en mis caderas, los miré con detenimiento.

Parecía una madre a punto de regañar a sus hijos.

-¿Qué se supone qué es esto? - Leila agachó la cabeza avergonzada, Cavan sonrió con inocencia.

-No seas celosa -agregó él castaño- Siempre serás mi princesita -abrió los brazos como si quisiera que lo abrazara.

-Cavan -solté como una amenaza. Me acerqué a ellos, sentándome en medio, y susurré para Cavan -Eber debe de estar buscándote para contarte algo, es de suma importancia, yo tengo que hablar con Leila y por lo que más quieras -pausé- no hagas alborotos al respecto, por favor -casi fue una súplica, pero el susurró un "está bien" y simplemente se marchó sin hacer drama alguno.

Muy raro viniendo de parte de él

Leila me miró extrañaba así que me acerqué y apoyé mi cabeza en su hombro, ella pasó su brazo encerrándome en un abrazo a medias.

-Si todo sale bien, mañana nos vamos -susurré- Prepara tus cosas, irás con nosotros.

-¿Qué? -exclamó estupefacta.

-Lo que escuchaste, no me iré sin ti -agregué.

-Nos iremos -susurró como si aún no se lo creía- saldremos de aquí -dijo con esperanza.

-Exacto -sonreí con alegría.- Pero no puedes mencionar nada al respecto. Brais y Agni aún no pueden enterarse.

Cristales Rotos Where stories live. Discover now