capítulo 18

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Hoy es lunes 21 de noviembre, es el día del baile, no sé cómo empezar a contarles el trajín que fue este día, no se podrían imaginar, y es que uno no sé cómo llegué hasta ahí en primer lugar.

Me desperté como siempre, temprano, desayuné, hice mis quehaceres y me bañé. Soy rápida alistándome, entonces estuve en ropa casual hasta medio día, no iba a asistir a algún salón de belleza o algo así, a este punto me conocen, saben que soy muy práctica con el maquillaje así que nada de eso me importaba demasiado. Había estado escogiendo un labial que fuese acorde con mi vestido, para el resto María José vendría a ayudarme, de hecho, todas las chicas estarían aquí y aquí nos maquillaríamos. La verdad estaba algo nerviosa por recibirlas, era la primera vez que todas subían a mí apartamento.

Lo primero que vi luego de salir del baño fue un mensaje de Victoria:

«Hola guapa, ¿nerviosa por lo de hoy? Recuerdo mi baile de graduación, el año pasado fue el mejor del mundo, ¿vendrás con Gab verdad?»

«¿Vendrás?» pregunté confundida «¿Estás en la escuela?»

Luego me mandó una foto de Sebastian con las mangas por los codos jalando cables en el salón de la escuela.

«Esa es solo porque somos amigas» escribió al pie de la foto.

Después me mandó una selfi sacando la lengua con Seb frunciendo el ceño detrás.

«¿Hasta enojado es lindo verdad?» volvió a escribir «Bueno me voy, si no alguien empezará a hacer pucheros, te escribía para ver si ya estabas despierta porque te quería mandar un regalito, espera en media hora al viejo Camaro, mi hermano te lo llevará, es por tu graduación»

«Siempre me sorprendes, no me dejaste ni responder, muchas gracias, estaré esperando gracias por la foto de ese bombón» escribí junto con un emoji de corazón «Dale un beso a Seb por mí, los quiero a los dos».

En cuanto a papá, me prometió que iría conmigo al baile y que nos llevaría las cuatro en el auto, eso me puso muy feliz aunque no quisiera admitirlo. Mi padre ha cambiado mucho últimamente, lo siento con muchísima más iniciativa, el otro día nos invitó a Gab y a mí a cenar a la que antes fue mi casa, me prometió que mamá no nos molestaría, resulta ser que uno de los postulados del contrato prematrimonial era que papá se quedaba con la casa, por lo que entiendo fue mi abuelo, el que le heredó la casa. Me pidió que volviera con él, pero la verdad es que a pesar de que me sienta sola a veces valoro mucho lo que he logrado por mi cuenta, prefiero quedarme en mi apartamento. Cómo sea, poco a poco hemos ido volviéndonos a conocer, entendí que muchas de las cosas que yo creía de mi padre no eran exactamente como yo lo pensaba, tiene un excelente sentido del humor, más allá del señor amargado que había conocido, o más bien que había pensado que era. A menudo me llama en la mañana para preguntarme cómo estoy.

La primera en llegar fue Jimena, veía muy nerviosa, venía junto a su padre con una maleta que hacía que pareciera que se iba a mudar conmigo, además de un gancho dónde traía su vestido dentro de una porta trajes.

—Mi vida, dime por favor que no vendrás a vivir conmigo, no cabemos aquí las dos —sonreí al verla entrar.

—Discúlpala por favor, no sabía que zapatos ponerse junto con el vestido y no quiso unos nuevos a juego, así que trajo todo esto hasta acá junto con todo ese maquillaje.

—¡Papá! —dijo avergonzada.

Él solo rotó los ojos tratando de ignorar a su hija.

—Estaremos esperándolas en el salón de la escuela, traten de no llegar tarde señoritas —concluyó antes de cerrar la puerta.

Laura(borrador)Where stories live. Discover now