capítulo 9

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«Jazmín estaba tirada en el piso, cubierta de polvo y sangre seca, el aire olía a hierro y a carne quemada. Se levantó con dificultad y se acomodó el hombro que tenía dislocado. Acto seguido tomó un escudo, una espada y un yelmo de uno de los cadáveres junto a ella y marchó hacia donde se había trasladado la batalla. En el camino fue interceptada por un pelotón de soldados enemigos, tomó la gran bastarda que le quedaba grande y de un revés le cortó el cuello al primero, al segundo lo aturdió con su escudo y le atravesó el corazón. El tercero y el cuarto corrieron la misma suerte. Entonces Jazmín se preguntaba en qué momento pasó de ser una niña inocente a una guerrera de sangre fría. Aquella niña que jugaba en el bosque había quedado muy atrás...»

La computadora, volvió a apagarse de nuevo. La primera semana de marzo había sido muy aburrida, había estado trabajando con Gabriel en el trabajo de biología, se supone que debíamos escoger uno de los temas que veíamos en clase y hacer una exposición sobre eso.

Cómo pueden notar estábamos atrasados con eso así que íbamos a terminar todo el fin de semana. Habíamos avanzado bastante así que me tomé un descanso para escribir.

—¡Demonios! Siempre me pasa esto con esta chatarra, no funciona la batería —exclamé tratando de que volver a encenderla—. Y no tengo dinero para otra Laptop.

—Debiste haber traído el cargador, por suerte ya habíamos terminado el trabajo escrito, podemos trabajar en la presentación con mi laptop —respondió Gabriel sin dejar ver la pantalla—. Cómo sea por suerte hicimos el trabajo en Docs. Ya casi está lista la presentación.

—Bien, duramos bastante, pero se hizo —llevábamos ahí desde las ocho de la mañana y ya eran las cinco de la tarde—. Creo que te has portado bien. ¿Qué te parece si vamos al kartódromo?—pregunté después de revisar mi teléfono.

—¿Lo acaban de abrir no? —preguntó pensativo—. ¿Por qué quieres ir?

—¿Eso es un no? —devolví la pregunta algo molesta—. Es divertido, pensé que querrías ir, unas amigas van a estar ahí y me acaban de preguntar por si queríamos ir —terminé cruzando los brazos, había estado tratando de disfrutar mi vida en la escuela y me estaba llevando bien con las niñas.

—Es que... —balbuceó.

—Bien, iré sola entonces, las chicas estarán ahí hasta las ocho o nueve de la noche —repuse algo decepcionada.

—Está bien está bien, iré, iré, es solo que la verdad esas cosas me ponen algo nervioso.

Ahí alcé una ceja y se me salió una sonrisa maliciosa.

—¿Tienes miedo? —pregunté de manera burlona—. Lástima, iré a buscar otro chico que sea valiente.

—Ya te dije que sí iría —dijo molesto—. Pero primero terminemos esto...

—Claro... cambiemos de tema, eres un cobarde —me propasé un poco llamándolo cobarde, pero él siempre me fastidia, tengo que devolverle algo de vez en cuando.

Seguí fastidiando un poco más hasta terminar la presentación, dejamos nuestras cosas en nuestros casilleros y partimos hacia el kartódromo.

El kartódromo estaba a reventar. Todos hacían fila o jugaban en los arcades que Vic y Seb había instalado mientras esperaban sus vueltas, era peculiar porque la pista era una de competición, estos lugares suelen tener pistas pequeñas, esta era enorme para los karts, la noche por suerte estaba cálida, una suave brisa soplaba y apenas empezaba a anochecer.

—¡Laura! —saludó Vic desde el mostrador al verme entrar—. ¿Estás en una cita? —preguntó traviesamente.

—No no, vinimos con unas amigas, ya deben estar aquí —respondí sinceramente.

Laura(borrador)Where stories live. Discover now