capítulo 15

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Hoy es lunes quince de julio, la semana pasada fue una locura, Gab me pidió que posara para él en sus cuadros así que he estado mucho en su casa... Odio admitirlo, pero amo estar en su casa, su madre es muy buena conmigo y suele hablarme con ternura, su padre es encantador y siempre está cocinando, o haciendo bromas y siempre está para ayudar a Gab, le recuerda sus medicamentos y también sabe detectar bien cuando está teniendo alucinaciones auditivas. Estar con ellos me hace recordar lo que es tener una familia, y cuando llego al departamento, triste y sola, no me había dado cuenta lo mucho que en realidad echaba de menos esta vida familiar. Claro, hace mucho tiempo dejó de ser así.

Le he pedido a Gabriel que por favor me diga cuando escucha algo, si ambos lo escuchamos nos quedamos tranquilos, pero últimamente que paso más tiempo con él y estoy enfocada en él, me doy cuenta que es más usual de lo que pensaba, eso me pone algo ansiosa porque quiero que él esté bien, es más difícil guardar la calma de lo que esperaba. Mientras logro acostumbrarme a esta sensación, siempre tengo con quien hablar, sus padres parecen estar más dispuestos a hablar de su condición que él.

Al parecer, cuando estaba en primero de secundaria, y a Gab lo comenzaron a tratar, un grupo de chicos se enteró de que él era esquizofrénico y lo acostaron de manera horrible.

-Le decían que estaba loco, que no querían estar con un loco como él, que era un lunático, lo llegaron a golpear varias veces y el director tuvo que llamar a una reunión con los padres de este grupo de chicos y nosotros. Por supuesto todos los padres defendieron a sus hijos -dijo su madre, aún muy dolida a pesar de los años-. Uno de los padres de estos chicos llegó a amenazar con sacar a su hijo de la academia si Gabri se quedaba, el director decidió entonces con esta amenaza que, para el año siguiente, ninguno de los chicos que había tenido problemas con mi hijo podría renovar matrícula, el director fue muy valiente, a decir verdad. Pero mi hijo nunca superó nada de eso, llegó a ocultarlo fervientemente, me sorprendí cuando supe que lo sabías... más bien cuando supe que te siguió hablando después del incidente del salón.

» Tuviste suerte de que llevará el brazalete ese día, no lo suele usar mucho, gracias al cielo, tal vez él sabía que algo andaba mal ese día.

Así fue como me enteré del por qué Gab siente tanto rechazo por su condición, aunque sinceramente el escuchar cosas así siempre es motivo suficiente para odiarla con fervor. No lo culpo en absoluto.

Me desvié un poco, repito, hoy es lunes quince de julio y pasó algo rarísimo mi padre me escribió, quería verme, yo acepté siempre y cuando estuviésemos solos, él es mi padre después de todo, lo amo con todo mi corazón, no le diría jamás que no a verme con mis padres, por supuesto mi madre no entiende eso. Le pedí que nos viéramos en el King Club a las siete de la noche, habría una presentación de jazz esa noche así que es perfecto. Además, Ash es muy buen barista.

Cuando llegué, papá estaba en la entrada, traía una caja de chocolates y una rosa en la mano, es un dulce, lástima que se deje controlar tanto por mamá.

-Esto es para ti linda.

Me extendió ambos objetos y yo los recibí con mucho gusto.

-Muchas gracias papá -respondí algo avergonzada con que nos pudieran ver, pero que puedo hacer, es mi papá y a mi papá le gustan estos detalles bobos-. Pasemos, hace algo de frío.

Entramos bajando la escalera y cruzando la puerta que iba a dar al sótano de aquel edificio, hacia la encantadora cafetería. Cómo siempre Ash me recibió con las manos abiertas.

—Papá es Ash, atiende aquí y además es guitarrista en una banda bastante conocida en la ciudad, Indra —dije mientras abrazaba a Ash—. Antes de cualquier cosa quiero advertirte que Ash es sordo de nacimiento.

Laura(borrador)Where stories live. Discover now