𝐞𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚

407 58 5
                                    

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐟𝐨𝐮𝐫

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐟𝐨𝐮𝐫

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

La muerte es algo inevitable. No importa cuánto corras de ella, no importa cuánta ventaja tengas, siempre terminas perdiendo. La vida es una carrera en la que todos participamos. Empezamos con la salida: nuestro nacimiento, en el momento en el que lanzamos nuestro primer llanto es cuando la carrera comenzó, corremos rápido, queremos adelantarnos lo más que podamos para llegar al mismo nivel que los demás. En el transcurso de esa carrera vivimos, disfrutamos, pero nada nos convence, seguimos corriendo, porque es lo único que nos queda, no importa que tan mal te sientas, no importa que tan triste te sientas, que tan cansado te sientas, solo sigues corriendo y corriendo, porque tu vida depende de ello. Pero algunos abandonan a la mitad de la carrera, y gritas: ¡No te vayas! ¡Aguanta un rato más! ¡Por favor!, pero nada funciona, ellos creían haber terminado, hasta ahí llegaron, y lloras, pero seguís corriendo, por ellos, por él. Y cuando ves que la meta está cerca, se siente la soledad, y el ambiente se hace pesado, las piernas te pesan, pero seguís corriendo, querés abandonar antes de tiempo, y lo pensas, lo pensas, lo pensas hasta que decidís. Abandono, hasta acá llegue, empezas a bajar la velocidad, no ves nada del otro lado de la meta, no te espera nadie, solo una luz blanca y brillante que te deja ciega al instante.

La venda en mis ojos ya empezaba a molestar, me la quito con cuidado dándome cuenta del frío que hacía en esa oscura cueva. Al parecer ya era de día, lo cual significaba que hoy era ese día, el día en que abandonaría la carrera.

—No te esfuerces mucho en tratar de enfocar la vista.. ten paciencia, todavía te estás acostumbrando.. — hablo Itachi a mis espaldas.

Luego de un rato logré focalizar y ver con claridad todo a mi alrededor, me volteo para ver a mi hermano.

—Tengo frío Aniki — hice puchero a lo que el sonrió débilmente y busco una manta para entregarmela.— Gracias — sonreí ya estando calentita.

Nos quedamos en silencio, ya casi era hora de irse. El sol brillaba cada vez más en el cielo, eso me alegraba un poco, saber que el día estaba lindo y cálido allí afuera aliviaba un poco la presión sobre mi pecho. Me sentía cansada, el tumor debe haber crecido más que la última vez que Tsunade-sama me revisó, ya que sentía como mi corazón latía con más lentitud de lo normal. Estaba triste, estresada, angustiada y preocupada, no sabía que pasaría después de hoy, todo lo que haré va en contra de mis principios, dañar psicológicamente a mi hermano, poner un peso más en Itachi, ilusionar a Naruto con la esperanza de que hoy nos reencontrariamos y muchas otras cosas que no quiero recordar.

—¿Estás lista?— pregunto mi hermano mientras yo terminaba de acomodar unas cosas para cuando Itachi volviera aquí con Sasuke. Deje una carta en la almohada donde dormía y camine a su lado.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋𝐋𝐘  | naruto . naruto shippuden ✅Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz