𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋𝐋𝐘 | naruto . naruto shippuden ✅

𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞𝐧

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐞𝐭𝐞𝐞𝐧

— Gaara — mi tono de voz fué frío y serio al nombrar al pelirrojo, mi ceño estaba tan fruncido que mi entrecejo dolía. La decepción era clara en mi rostro y eso Gaara lo noto, freno de inmediato cualquier acción que estaba haciendo. Me acerqué rápidamente a Lee, el cual estaba gritando adolorido en el piso.

—¡Lee, vas a estar bien! — gritó Guy al lado del chico que estaba siendo levantado por el personal médico.

— Guy...— él volteó a verme al escuchar mi susurro.— En nombre mío y de mi alumno te quiero dar mis más sinceras disculpas desde lo más profundo de mi corazón.. — hice una reverencia perfecta de 90°, la culpa evidente en mi voz. 

Sentí la mano de Guy apoyarse en mi hombro, levanté mi mirada, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

— No tienes porqué disculparte Zulu.. Lee va a estar bien, yo lo sé.. — dijo para luego alejarse rápidamente por la misma dirección en la que se llevaron a Lee.

Camine lentamente hacia donde estaba Gaara. — Levántate. — dije al estar frente a él para irnos del lugar con la mirada intrigante de Kakashi sobre mi, les di una mirada a Temari y Kankuro, dándoles a entender que nos iríamos y que nos encontraríamos en la habitación de hospedaje.

— ¿¡Cómo se te ocurre siquiera hacer algo así Gaara!? — le grite enojada al pelirrojo, sus hermanos estaban parados detrás de mí, en silencio, sabían que cuando me enojaba podría ser una persona totalmente diferente. — ¡Un ninja no asesina sin motivo! ¡Un ninja no ataca sin razón! ¡Casi matas a ese pobre chico!

Gaara no dijo nada, solo se quedó callado y eso fue lo que más me molestó.

— ¡Di algo maldición! — grité, él desvió la mirada. — Estás castigado Gaara. Te mantendré vigilado.

— No puedes castigarme, no eres nada para mí.

Eso me dolió. Sus palabras me dolieron más que mil katanas calientes clavándose en mi espalda. Que él niño al que prácticamente viste crecer dice que no eres nada, duele un montón. Y podré gritarle mil cosas, podré estar enojada un montón de veces, pero lo sigo amando, y sigo queriendo lo mejor para él.

— Bien.. — dije en un murmuró saliendo de la habitación.

«Tus palabras me dolieron tanto como el desprecio de mi propio hermano.. Gaara.»

Al salir del hospedaje fui a dar una vuelta por la aldea, seguía tal y como la recordaba, llena de personas, de viveza, de paz.

Caminando por las calles de Konoha me encontré a cierto niño rubio caminando de forma lenta y con una mano apoyada en su estómago, reconocería ese gesto hasta por telepatía; tiene hambre.

Me acerqué a él posando una de mis manos sobre su cabellera soleada, y al instante esos curiosos ojos azules se fijaron en la oscuridad de los míos.

— ¡Hola pequeño Naru! ¿Cómo has estado? — hablé. Él me miró con sorpresa y a los segundos sentí sus brazos rodear mi cuello gracias al pequeño saltito que había hecho.

— ¡Zulu nee-chan! — saludó eufórico. Ahora que lo recuerdo es la primera vez que lo saludó desde que llegué a la aldea.

— Veo que tienes hambre.. ¿Te sigue gustando el ramen de Ichiraku? ¡Porque a mí sí! — le sonreí abiertamente.

— ¡Si! — Grito aún riendo.

Con esa respuesta tan eufórica nos dirigimos hacía el Ichiraku.

— Hola viejito — saludé a Teuchi apenas entré al local, recibiendo una mirada llena de sorpresa de su parte.

— ¿Zulu? ¿Eres tú? — pregunto aún algo sorprendido.

— Si Teuchi-san ¿Quién más podría ser? — dije riendo un poco, sentándome en una de las sillas con Naruto.

— Hace mucho que no te pasas por aquí.. — se dió la vuelta y cuando volteo otra vez traía dos tazones con el ramen favorito de Naruto y el mío, pues solíamos venir muy seguido aquí con Iruka hace algunos años. — Invita la casa — sonrió mientras posaba los dos tazones de ramen frente a nosotros.

— ¡Itadakimasu! — dijimos al unísono Naruto y yo dándole el primer bocado a nuestra comida.

— ¿Cómo estuvo Suna, Zulu? Fue allí a donde fuiste ¿Cierto? — pregunto Teuchi y yo terminé de tragar para contestarle.

— Si, fui ahí.. estuvo bien, creo — me encogí de hombros. Sinceramente era en algo en lo que no me había puesto a pensar con profundidad, en lo único que pensaba era en el bienestar de Gaara, Temari y Kankuro, en la frialdad de mi hermano mayor y en la gran distancia que me separaba de mi pequeño hermano menor.

— Zulu nee-chan ¿Podemos ir a entrenar después? Kakashi-sensei se fue con Sasuke y me dejó a un bueno para nada como sensei — frunció el ceño por un segundo para después juntar las palmas de sus manos y cerrar sus ojos haciendo que estás parezcan dos media luna.

¿Cómo podría negarme ante tal petición?

— ¡Claro que si pequeño! ¿Cómo podría negarme? — Sonreí apretando sus mejillas entre mis manos.

— ¡Nee-chan! — Se quejó el rubio haciendo que soltará una carcajada.

Ojalá pudiera tener este tipo de momentos con mis hermanos.. yo apretujando las mejillas de Sasuke, él quejándose, Itachi riéndose de nosotros... Y Shisui mirándonos con una gran sonrisa en su rostro.

Hay momentos en mi vida donde lo único que quiero y necesito es tener a mis hermanos y al hombre que amo a mi lado.. Pero se que eso ya no es posible.

Tomé una respiración profunda y alejé todos esos pensamientos de mi cabeza, centrándome solamente en él pequeño rubio con el cielo preso en su mirada que estaba sentado a mi lado comiendo alegremente su comida favorita.

¡Gracias p♡r leer!