𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋𝐋𝐘 | naruto . naruto shippuden ✅

𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚𝐳𝐨 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨: 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐬𝐚𝐜𝐫𝐞

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐞𝐞𝐧

El cielo que hace unos minutos estaba pintado de hermosos colores naranjas y rosados ahora se encontraba de un azul oscuro con pequeños destellos y una hermosa luna que brinda una cálida luz. Sin embargo esa noche no parecía ser tan hermosa como aparentaba. Hoy sucedería. 

La hermosa azabache se encontraba cocinando para los tres pequeños hijos del Kazekage. Hacía poco más de un año que la joven se había instalado en Sunagakure por una misión que fácilmente podía representar parte de la alianza entre ambas aldeas. 

— ¡Taran! Aquí tienen, mi especialidad — les entregó los platos a los niños ya sentados en la mesa, ansiosos por la comida que la azabache les daría.— Sopa de tomate.

— ¿Sopa de tomate? — preguntó el pequeño Kankuro mirando el plato con curiosidad.

— ¡Sip! 

Los niños no esperaron más y probaron la comida que con mucho amor la joven les había hecho. En todo ese tiempo que Zulu había permanecido en la aldea, los tres le habían tomado mucho cariño. 

Pasaron las horas y una vez que ya había lavado lo usado en la cena se dispuso a llevar al pequeño Gaara a la cama, esté últimamente estaba teniendo problemas para dormir, por lo que Zulu se propuso quedarse todas las noches al lado del pelirrojo hasta que se durmiera por completo.

— Descansa pequeño.. — la azabache dejó un cálido beso en la frente del niño para salir silenciosamente de la habitación. Esa acción le traía bastantes recuerdos de Sasuke, su hermano, con el cual hacía lo mismo, solía darle pequeños besos en su frente como muestra de cariño. 

Entro en total silencio a su habitación, soltando un largo suspiro, agradeciendo que aquel día haya terminado. Si bien le agradaba esta aldea y la compañía de los niños, extrañaba su hogar, su familia. 

Un leve golpe en la ventana de su cuarto la hizo salir de todo pensamiento. Giró su cuerpo quedando frente a la ventana. Se sorprendió al ver quien era el que tocaba. Se dirigió rápidamente a abrir la ventana y recibir a su hermano mayor.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto. 

— Lo hice...— Murmuró cabizbajo sin poder mirar a su hermanita, como él solía llamarla desde que nació.

— ¿Hacer que? — lo miro tratando de buscar su mirada sin éxito  algo confundida, aunque en su cabeza se podía imaginar de qué hablaba. — No me digas que..