Tiré abriendo la ventana y saqué la cabeza a través de esta, gritándole

— ¡Hey, Vélez!

Christopher se detuvo y miró a su alrededor, buscando el origen de la voz que acababa de llamarle. Dejó el cigarrillo entre los labios de nuevo y sacó un gran soplo antes de que finalmente levantar la vista a la ventana, viéndome.

— Oh, Murphy. Que lindo de tu parte... ¿asomarte? – dijo Christopher, el humo salía de su boca mientras hablaba. Dio un paso adelante, no parecía que se preocupara por el césped perfectamente cuidado donde estaba parado.

— ¿Qué estás haciendo? – Pregunté, dándole una mirada de perplejidad.

— Sólo salí a dar un paseo. – respondió. Se volvió a un lado y dio otra calada a su cigarrillo, y me dio una oportunidad para admirar el perfil perfecto que tenía.

— ¿Vas a un lugar específico? – cuestioné. Me froté las manos sudorosas en mis jeans, sin darme cuenta, hasta ahora de lo nerviosa que este chico parecía ponerme.

Christopher se encogió de hombros.

— ¿Te importa si voy? – Le grité.

— No estoy seguro de que vaya a ser tan emocionante como piensas que será. – Él se encogió de hombros otra vez, pero finalmente asintió con la cabeza y me dijo que saliera. Tiré mi cabeza hacia atrás dentro de la ventana y pisé fuerte por las escaleras de nuevo, esta vez en la dirección opuesta.

Yo no alerté a mis padres que me iba de la casa, no les importaría de todos modos. Si había algo que sería interesante era que yo estaba tomando ventaja de su hermosa noche de verano yendo a dar un paseo. Sin embargo, rápida y silenciosamente me colé por la puerta principal, asegurándome de no poner ninguna atención a mí misma mientras salía.

Encontré a Christopher en la acera y caminé a su lado mientras él silenciosamente arrastraba los pies y seguía fumando, sin molestarse en hacer ninguna conversación conmigo en absoluto. No me importaba, sin embargo. Al igual que yo había dicho, era una hermosa noche de verano y en realidad se sentía bien estar fuera para conseguir un poco de aire fresco. No me importaba que Christopher no me hablara, me estaba divirtiendo.

— ¿Tienes otro de esos? – Pregunté, señalando el cigarrillo que colgaba de los labios de Christopher. Rebuscó en los bolsillos y sacó el paquete de cigarrillos y un encendedor, donde tomó un cigarrillo y lo puso en mi boca. Dio un paso adelante y tomó su mano alrededor del extremo del cigarrillo, lo encendió para mí.

Tomé una bocanada de humo, esta vez no me sentí como si me estuviera muriendo cuando inhalé. Era más tranquilizador que nada, y lo que necesitaba ahora era un poco de calma.

— Eso va a matarte, ya sabes. – Christopher sonrió.

— ¿Crees que no lo sé, Vélez? – Levanté una ceja hacia él, y soplé una cortina de humo en su dirección, como él lo había hecho conmigo cuando nos conocimos.

— Maldita sea Murphy, ¿qué te ha pasado? ¿Papá se negó a comprarte un nuevo coche deportivo? – Christopher se rió entre dientes. Todavía llevaba gafas de sol, a pesar de que era casi de noche afuera.

— Yo sólo necesito un auto, en realidad, y siguen teniendo capturadas las llaves.– Resoplé.

— Pobre bebe. – Christopher dijo, fingiendo un puchero. Llegamos al final de la calle y me agarró del codo, para pasar al siguiente bloque. — Sabes que es malo cuando estás llorando por no poder conducir un coche deportivo.

— Yo no soy una de esas chicas ricas esnob, ¿podrías dejar de actuar como yo? – Le solté.

— Voy a dejar de actuar como si fueras una niña rica esnob cuando dejes de ser una.– Christopher se encogió de hombros. Él dejó caer su cigarrillo terminado de sus dedos y lo pisoteó, alejándose de él como si no significara nada para él.

7:15  || C.V.&TÚWhere stories live. Discover now