«Jodidas hormonas».

—Solo estoy embarazada, no indispuesta —me crucé de brazos, pero engrandecí los ojos cuando las ganas de hacer pis invadieron mi sistema—. Uf, sé que vas a bañarte, pero espera un segundo —le dije a la vez que corrí hacia el inodoro, sentándome sobre este y orinando en sus narices.

Adrián se tensó y puso los ojos en blanco para sí mismo. Cuando accedió por completo al baño, refunfuñó por lo bajo al desnudarse.

—Ese intruso no te deja en paz ni un rato —se quejó cuando accedió a la bañera y abrió el grifo de la ducha.

Mis esperanzas de intimar volvieron a decaer cuando me percaté de que había preferido tomar un rápido baño en la ducha y no en la bañera de estilo jacuzzi.

—Si quieres, tú tampoco me dejes en paz —volví a mostrarme sugerente al abrir la toalla ante sus ojos, mostrándole mi desnudez.

Se relamió el labio inferior y luego presionó los párpados, negando con la cabeza para sí mismo.

—Andy, ¿qué te sucede conmigo? —volví a cubrir mi cuerpo con la toalla.

—¿Más de lo que ya sucede? —me dio la espalda y comenzó a lavarse—. Intento asimilar todo esto y mantenerme al margen.

—¿Acaso no te sientes atraído hacia mí por estar embarazada? ¿Saberlo te desanima de tener sexo conmigo? —me crucé de brazos y sentí como mis ojos se humedecían.

—¿Qué? —se giró sobre sus pies mientras lavaba su cabello—. ¿De qué estás hablando, Alysha Nerea?

—Hace un rato me rechazaste y ni siquiera te importó una mierda como quizá eso me hizo sentir —le gruñí.

Adrián se quedó ojiplático y paralizado ante mi actitud.

—Aly, creo que estás malinterpretando lo que...

Le di la espalda y salí del baño, dejándolo con las palabras en la boca. Sin embargo, ni siquiera se inmutó ante mi acción y continuó bañándose. Me senté sobre una acojinada y cómoda butaca que se ubicaba cerca de la puerta acristalada que se dirigía hacia el balcón. Un par de lágrimas se escaparon de mis ojos al sentir impotencia, rabia y cierta tristeza. Realmente, me sentía más sensible de lo normal.

—Aly, ¿qué mierda sucede contigo? —me preguntó Adrián cuando salió del baño con una toalla envuelta sobre su cintura, mostrando su trabajado y húmedo abdomen.

«¿A quién quería engañar con mi melodrama? Solo quería tener sexo con el semental que me había embarazado». Fue lo que pensé cuando observé de reojo como se acercaba hacia mí con los brazos cruzados.

—Eso debería preguntártelo yo a ti —me levanté de la butaca al cruzar mis brazos, sintiendo como me consumía la rabia y el deseo de tenerlo—. Sé que no te agrada para nada lo de mi embarazo y también soy consciente y comprendo que necesitas tu espacio.

Enarcó las cejas y luego me puso los ojos en blanco para luego esquivar mi mirada, manteniéndose al margen y escuchando cada berrinche de mi parte sin protestar.

—¿Sabes qué es lo que no puedo entender? —le gruñí.

—Sí —contraatacó—, no puedes entender por qué, supuestamente, te estoy rechazando.

MCP | La Cura ©️ (¡Completa!) ✓Where stories live. Discover now