Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 25: Sacrificio.

Un oscuro camino que los llevó hacia el corazón de la montaña. Cada vez que se acercaba más los llantos de su hijo eran más claros. Shotō corría desesperado por el encuentro de su hijo, su mente era un caos viendo a Bakugō lleno de sangre por el parto.

Llegó entonces a un lugar más abierto, a su alrededor sólo habían paredes de rocas, sobre él la boca de la montaña, y en frente tenía a Tomura sosteniendo a su hijo.

—Si le haces algo, no saldrás vivo— le dijo Shotō mirando al demonio.

En esos momentos llegaban los tres Reyes y las Guardias Reales.

—Vaya, al parecer vienes con compañía— le sonrió Shigaraki. El pequeño seguía llorando.

—Shotō— le dijo Enji a su hijo colocándose frente a él—. Nosotros nos haremos cargo de él, tú ve por tu hijo.

Masaru y Mitsuki se pusieron al lado de Enji y ambos se transformaron en enormes lobos. Shotō miró a la Guardia Real.

—Ellos nos dijeron que te protegiéramos— le dijo Kaminari colocándose a su lado.

Kurono estaba del otro lado, Kirishima y Shinsō estaban con ellos.

—Así que serán los Reyes quiénes peleen la batalla de sus hijos— dijo Shigaraki sonriendo.

Enji se puso en medio de ambos lobos y dejó caer su capa, unas enormes alas salieron de su espalda, sus ojos se volvieron rojo como el infierno. Los tres adultos no dijeron nada, sólo se miraron entre si como sí supieran lo que iba a suceder. Fuyumi les había advertido del poder de aquel demonio, y de todo lo que debían hacer si querían salvar al nuevo líder del clan.

Detrás de Shigaraki aparecía lo que parecía ser una niebla oscura que tomó forma casi humana. Aquello estiró sus brazos tomando al recién nacido.

—El jefe dice que te apures— le dijo aquella niebla negra.

—Tú cuida del sacrificio Kurogiri, yo me haré cargo de acabar con ellos— dijo Shigaraki.

—¡Vayan!— les gritó de pronto Enji a sus hijos.

Ambos vampiros juntos a las Guardias Reales fueron directo a Kurogiri para rescatar al bebé, mientras que los Reyes fueron hacia Shigaraki.

Tomura sonrió y se lanzó al ataque. El demonio era demasiado fuerte para que fuera detenido
sólo por los tres Reyes, sin embargo éstos debían darle todo el tiempo posible al príncipe Shotō para que rescatara al bebé.

Shotō y el resto fueron con Kurogiri, aquella niebla se movía con rapidez y ligereza sosteniendo al pequeño que lloraba cada vez más. El corazón del bicolor se desesperaba al escuchar el llanto desgarrador de su hijo.

—¡Maldito suéltalo!— Shotō le daba golpes pero ninguno de estos lograba hacerle daño.

Mientras que los Reyes continuaban su pelea contra Shigaraki, las heridas que les hacía el demonio eran profundas y críticas. Enji miró a los Bakugō, ambos Lobos entendieron que era el momento de ejecutar el plan que había dicho Fuyumi.

—No podemos continuar así— dijo Mitsuki—. Si seguimos, nos matará antes que nosotros a él.

—Debemos hacerlo ahora, será la única manera de debilitar aquella sombra que carga con el heredero— les dijo Masaru.

—Entonces hagamoslo— dijo Enji colocándose de pie.

Kurono, Kaminari y Shinsō lograron acorralar a Kurogiri. La niebla veía a lo lejos como Shigaraki era rodeado por los tres Reyes.

—¿Creen qué pueden detenerme patéticas almas?— sonrió Tomura con esa sombría cara.

—No creemos— dijo Enji, tomando las manos de ambos lobos que habían regresado a su forma humana—. Nosotros te detendremos.