Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 24: Castigo.

Después del contacto que tuvo Fuyumi con Momo, la albina salió corriendo del salón en busca de su padre. No tenían mucho tiempo antes que Bakugō y Midoriya dieran a luz, ninguno de los dos podría retrasar el parto por mucho tiempo. La princesa encontró a todos reunidos en la sala mayor.

—¡Padre!— gritó Fuyumi llamando la atención de todos, en especial de Shotō y Natsuo—. Debemos irnos ahora.

Salieron del castillo, mientras que los generales de cada Legión les daba órdenes a sus gentes para que se formaran.

—Están no muy lejos de aquí, en unas montañas. Los tienen a ambos encerrados en un tipo de cueva o algo así. Criarán al hijo de Izuku, en cuando a Katsuki— Shotō sintió un nudo en su estómago—. Lo ofrecerán al demonio mayor como ofrenda, con eso les darán el poder para poder aniquilar a ambos clanes.

—No lo permitiremos— dijo Enji—. ¡¡Todos a sus líneas!!. ¡¡Avanzaremos a rescatar a los lobos!!— ordenó.

Las Legiones se armaron en tiempo récord, Ojiro, Shinsō, Natsuo y Hawks eran los encargados de liderar las tropas. Salieron desde Pandora con una gran cantidad de vampiros y lobos, dejando sólo a mujeres, niños y algunos guerreros para que los protegieran. Los Reyes iban a la cabeza de la formación, tanto Enji como los Bakugō habían tenido una charla con la Oráculo. Fuyumi les habría dado una manera de poder salvar a los dos lobos y los clanes, pero debían saber el momento exacto de efectuar el movimiento.

Shotō por su lado se mantenía estoico con su hermana a su lado y la Guardia Real suya y de Bakugō.

—Príncipe— le dijo Kirishima—. ¿Cómo actuaremos?.

—Natsuo y yo los rescataremos en conjunto con Denki, Hari y Kai— le dijo Shotō.

—Yo y Momo rescataremos a los bebés— les dijo Fuyumi—. Ustedes encarguense de los chicos.

—¿Creen que logremos llegar a tiempo?— le preguntó Denki a su amigo.

—Creo que deberías hablar más bajo— lo reprendió Kurono—. Pero si llegamos y ya dieron a luz tendremos que movernos rápido.

—Ya sabemos lo que tenemos que hacer cada uno— les dijo Kai—. Hitoshi y la legión que los acompañan se harán cargo de matar a los demonios. Nosotros sólo nos encargaremos del rescate.

Todos asintieron y apuraron el paso hacia las montañas nevadas.

Mientras en aquellas frías cuevas, Katsuki y Midoriya eran depositados cada uno en lo que parecían ser pieles de oso. Al menos el calor de aquello hizo que se sintieran algo más reconfortados. Izuku estaba con más síntomas de parto, el pecoso tenía miedo de dar a luz y trataba de todos los medios de calmar esas contracciones, pero los dolores eran tan intensos que le era imposible.

—Prín-cipe— le dijo Midoriya llorando—. Tengo-miedo.

—Tranquilo— dijo el cenizo tomando su mano—. No te dejaré solo.

—¡Aaaa!— un fuerte dolor se apoderó de Izuku. Su momento había llegado.

Dabi y Shigaraki se acercaron para verlos.

—Vaya, mira Tomura seremos testigos de algo maravilloso— sonrió el demonio de aspecto quemado.

Midoriya lo miró con ojos de odio y a la vez de súplica, no quería que a su hijo lo mataran.

—Oh no me mires así— le sonrió Dabi—. Tú hijo lo criaremos como uno de nosotros, y ustedes se quedarán a nuestro lado como las esposas que son.

Katsuki miró a Dabi con ojos de ira..

—Para ti no habrá tanta suerte príncipe— le dijo Shigaraki con ese rostro de aspecto seco—. El híbrido que llevas dentro será entregado a nuestro jefe para que nos dote de paderes y así poder matar a ambos clanes. ¿Qué te parece?.