Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 10: Plan en Marcha.

Al fin llegaban al reino de los Licántropos. Bakugō pasó por la gran puerta junto a sus dos leales Guardias. Rápidamente dieron el aviso que el príncipe había llegado.

El cenizo continuó caminando hasta el Salón Real, a su lado Kirishima y Midoriya. En el pasillo se encontraron con Kai. Los ojos del Capitán fueron a dar directamente sobre Midoriya, el pecoso bajó la mirada con algo de temor, Kasuki levantó una ceja.

—¿Algún maldito problema?— preguntó Bakugō bastante irritado. Venían cansados después del viaje, además su celo se estaba activando, al igual que el de Midoriya.

—Hay un extraño aroma sobre Izuku— dijo Kai con voz acusatoria—. ¿Por qué viene con esa maldita pestilencia?.

Katsuki y Kirishima se quedaron mirando, ninguno había sentido el extraño aroma, debió ser por las yerbas que usaron. Aunque para Kai sería fácil reconocer el olor, pues él siempre cogía con Izuku.

—Fui yo— dijo Kirishima mintiendo al Capitán—. Es mi aroma confundido con algo de yerbas, por eso se siente así.

—¿Y quién te dio permiso para poner tus malditas garras sobre Izuku?— preguntó molesto Kai.

—Por órden mía— le dijo Katsuki colocándose frente a él—. ¿Tienes algo que decir?.

—No deberían haber salido si sabían que les daría el celo— dijo Chisaki mirando a Bakugō. Había notado el fuerte aroma—. Eso fue un acto de imprudencia.

El cenizo se puso rojo de ira.

—Saca tu maldita cara de mi vista antes que te mate— le gruñó Katsuki, pasó por su lado  seguido de Midoriya y Kirishima.

Antes de llegar al Salón Real, Eijiro habló.

—Izuku— dijo el pelirrojo deteniendo a ambos— ¿Por qué tienes ese aroma?. ¿De quién es?.

El peliverde se quedó en blanco, realmente no sabía como decirles que había sido tomado por el príncipe de los vampiros.

—Yo— pero no alcanzó a decir nada pues apareció un guardia.

—Mí príncipe, sus padres lo esperan— dijo Sero.

Los otros dos miraron a Midoriya, aquella conversación quedaría pendiente para después. Entraron al salón, ahí estaban Masaru y Mitsuki.

—¡¿Se puede saber en qué estabas pensando?!— le gritó Mitsuki apenas los vio entrar.

—Maldita sea— dijo Katsuki por lo bajo—. Lo lamento— les habló a sus padres—. Pero debía recuperar la joya y ya la tengo.

—Se metieron en territorio de vampiros, ¿cómo es qué no fueron descubiertos?— les preguntó Masaru.

—No somos idiotas— le dijo Bakugō—. Quiero que se queden tranquilos. Ya no volveremos a saber de esos vampiros. Y sí nos disculpan estamos bastante cansados.

Los tres hicieron una reverencia y luego salieron del lugar. Caminaron hacia sus habitaciones, un baño, y algo de comer antes de ir a dormir.

—Por ahora no hablaremos nada de lo ocurrido, mañana arreglaremos ciertos asuntos— les dijo Bakugō mirando a Midoriya—. Por hoy ha sido suficiente.

No muy convencido con aquello, Kirishima se dirigió a su habitación. Algo había sucedido en aquellas lejanas tierras y realmente debía averiguar que fue.

Mientras en el castillo de Hielo, Shotō buscaba a su Guardia Real. Por la hora supo que estarían en el patio de entrenamientos. Dirigió sus pasos hacia allá.
Por su lado, Kaminari y Kurono caminaban hacia los entrenamientos. Natsuo les había dicho que aprenderían a matar a los lobos.