Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 21: Situaciones.

Mientras los demás continuaban con los quehaceres del lugar, Aizawa y Enji habían caminado hasta una de las cuevas. Ambos se encontraban abrazados mientras sus labios se besaban con pasión. Shota por alguna razón sentía que Fuyumi los estaba viendo o algo, era como si la Oráculo lo animara a seguir más allá. Después de todo se supone que él sería el que calmara a la bestia.

—Enji— susurró Aizawa alejándose sutilmente de los labios del pelirrojo—. No soy de la realeza.

—Eres mío— le dijo el Rey de los vampiros dejando las cosas claras.

Llevó entonces sus labios al cuello del pelinegro pasando su lengua, y mordiendo suavemente.

—Ahh— Shota cerró sus ojos disfrutando de las suaves caricias.

Las ávidas manos del pelirrojo comenzaron poco a poco a despojar de las ropas a ambos vampiros. Las prendas quedaron olvidadas en el pasto mientras sus cuerpos se posaban sobre ellas, y sus labios volvían a unirse en un profundo y húmedo beso. Sus cuerpos desnudos comenzaban a frotarse haciendo que los miembros endurecieran.

Los labios de Enji se separaron de aquella boca y se dirigieron al cuello de éste, enterró suavemente sus colmillos en la suave piel de Shota. Un ligero gemido salió de los labios del pelinegro que apretó suavemente los brazos del mayor. El pelirrojo continuó bajando besando ahora las tetillas de Aizawa, el cuerpo de éste se removía bajo la ardiente piel del Rey vampiro.

—Ahh— gimió por lo bajo Shota sintiendo los dientes de Enji—. ¡Ha!.

El pelirrojo continuó bajando dejando pequeñas marcas en la piel, un recuerdo que duraría un par de días.

—¡Ahh!— Aizawa elevó sus caderas sintiendo la cálida lengua de su rey acariciarle el miembro. No se esperaba aquella felación, pero le había gustado de sobremanera esa sorpresa—. ¡Hah!.

Enji subía y bajaba desde el glande hasta la base acariciando suavemente, pasaba su lengua por cada rincón de piel provocando corrientes en el cuerpo de Shota. El pelinegro movía levemente sus caderas simulando suaves embestidas, de pronto sintió una rica sensación en su parte baja.

—Es-pera— suplicó Aizawa, Enji hizo caso y liberó la felación.

El pelirrojo se puso de rodillas mientras Shota se incorporaba acomodándose frente a él, abrió la boca y se llevó el falo del mayor hasta el fondo de su garganta.

—Ahh, si— susurró Enji disfrutando de la cálida boca de su amado vampiro.

El Rey de los vampiros había perdido a su esposa hace siglos, y luego de eso se negó a abrir su corazón. El único enfoque que tuvo fue cuidar y criar a sus tres hijos, fruto de aquel profundo amor. Luego de eso, un par de siglos después Aizawa llegaba al reino de Hielo para convertirse en el Capitán de las legiones de vampiros. Y fue ahí que durante esos largos años Enji cultivó un amor en completo silencio. Un amor que su hija ya había visto.

El pelirrojo tomó entonces sutilmente el rostro de Aizawa para verlo a los ojos, éste dejó de darle sexo oral y se recostó sobre las ropas. Enji se acomodó sobre él mientras el pelinegro abría las piernas para recibirlo. Poco a poco el mayor comenzó a meter su falo por el húmedo interior.

—¡¡AHH!!.

Shota enterró sus dedos en la espalda del pelirrojo sintiendo el enorme falo entrar. Enji comenzó a mover lentamente sus caderas sintiendo las suaves paredes cerrarse sobre su falo.

—¡¡Ahh!!. ¡¡Hah!!.

El mayor comenzó a moverse más rápido mientras Aizawa gemía una y otra vez. Aquellos labios buscaron con desesperación un beso que calmara sus deseos de grito. Shota se cobijó en aquella dulce boca que se derretía en esas duras embestidas.