Los nuevos Merodeadores y el Dios embaucador[terminada]

Capítulo 29: El pasado, el presente y el futuro

N/A: Heyho, desafortunadamente mi versión beta no logró corregir este capítulo a tiempo, por lo que aún podría haber algún error extraño... lo siento por eso... Lo reemplazaré con la versión corregida tan pronto como sea posible. Tampoco tuve la intención de dividir este capítulo en dos, pero sí, bueno... qué puedo decir, las cosas tienden a suceder.

3.535 palabras

Capítulo 29: El pasado, el presente y el futuro

Dean se despertó con un terrible dolor de cabeza en lo que aparentemente era un banco en la calle. Un oficial se inclinó sobre él con el bastón en la mano.

"¡Vamos, levantate!" ordenó el hombre, pero Dean solo logró mirarlo confundido. "¡No puedes dormir aquí!"

Ahora Dean parecía aún más confundido y después de una rápida mirada a su alrededor vio que no tenía idea de dónde estaba aquí de todos modos. Lo último que recordó fue que Alastair se había ido después de una noche muy hermosa, lo que instantáneamente hizo que una amplia sonrisa apareciera en su rostro, para ir a buscar algo para el desayuno y ese tres veces maldito ángel Castiel había aparecido para decirle que tenía que parar. eso , sea lo que sea . Cuando el ángel le dio unos golpecitos en la frente, todo se volvió negro. Lo siguiente que Dean supo fue que se estaba despertando en el banco del parque sintiéndose como si tuviera la peor resaca de su vida. Riendo para sí mismo, estaba agradecido de no haberse despertado en una habitación de hotel de veinte mil dólares la noche con un tigre en el baño.

"Lo siento oficial, pero parece que me perdí un poco... ¿dónde es aquí?" preguntó frotándose las sienes con la esperanza de aliviar su dolor de cabeza.

El oficial levantó una ceja hacia él. "Debe haber sido una noche increíble si no puedes recordar dónde estás. Estamos en Lawrence, Kansas", respondió finalmente.

"No tienes idea", dijo Dean con una sonrisa.

El oficial sonrió pero negó con la cabeza. "Aunque no puedes dormir aquí".

Dean lo saludó con desdén. "Sí, sí, volveré a mi motel", le dijo al hombre mientras se ponía de pie y se estiraba perezosamente. "Pero primero necesito un café, ¿hay algún restaurante en alguna parte?"

No parecía que el hombre confiara demasiado en la capacidad de Dean para moverse por sí mismo, pero obedientemente señaló calle arriba.

"Tres cuadras en esa dirección", explicó antes de irse. "Que tengas un lindo día."

Dean observó al oficial continuar con su patrulla antes de girar en la dirección que el oficial le había señalado. Muy pronto Dean encontró dicho restaurante. Después de sentarse pidió una gran taza de café y unas tortitas, estaba hambriento lo cual no era de extrañar ya que lo habían tirado aquí sin haber podido disfrutar de un desayuno con Alastair.

Este pensamiento lo hizo preguntarse qué pensaría Alastair sobre el hecho de que repentinamente había desaparecido, sin mencionar que hoy era el día en que se suponía que Sam regresaría de Hogwarts. Probablemente se preocuparían muchísimo por eso. Así que, sin duda, lo mejor sería volver lo más rápido posible, pero primero… el desayuno. Teletransportarse a largas distancias con un enorme dolor de cabeza y el estómago vacío nunca fue una buena idea. Con suerte, su dolor de cabeza desaparecería después de desayunar.

Fue entonces cuando vio un periódico sobre el mostrador obviamente abandonado por el dueño anterior. Dean se inclinó y tiró de él hacia él para ver si se había informado algo inusual. Le sorprendió que el titular dijera algo sobre Nixon aceptando la renuncia de alguien, por lo que su mirada se posó en la fecha. Inhaló profundamente cuando lo vio; ya no estaba en su tiempo, no, ahora era el 30 de abril de 1973. Un gruñido bajo salió de su garganta. ¿Qué hizo el ángel estúpido esta vez? El hecho de que ya no estuviera en su propio tiempo haría que regresar fuera un poco complicado. Suspirando profundamente se giró hacia el café y las tortitas que el mesero acababa de colocar frente a él, primero comería su desayuno y luego pensaría en cómo volver a su tiempo.