12

1.5K 240 33
                                    

⚠El miércoles dije que hoy habría dos capítulos, peeeeero el 13 es muy cortito así que hoy tendréis TRES CAPÍTULOS💖

1/3

Damien

Estaban siendo unos días algo complicados. No pensé que me fuera a costar tanto estar en la misma casa que Olimpia durante tantas horas al día. Me era tremendamente difícil estar en la mesa del salón trabajando mientras ella lo hacía sentada en el sofá con una taza de café humeante o en su despacho escuchando música flojita para no molestarme; era un suplicio no girarme a mirarla cada dos por tres o levantarme a preguntarle si necesitaba algo, solo para hablar con ella.

Eso no estaba nada bien.

Ni para mí, ni para ella.

El jueves, solo dos días antes de que me fuera a casa de mi padre durante una semana, Connor y Peter me llamaron por videollamada, así que subí a mi dormitorio para no molestar a Olimpia que estaba en su despacho con la puerta abierta.

Hablamos un rato sobre banalidades y algunos cotilleos que Peter era incapaz de callarse.

―¿Quedamos esta noche y vemos el estro de Bone en televisión? Ciertos tíos no quisieron ir al cine porque decían que habría mucha gente. Los veinte días que estuvo en cartelera. Y no lo digo por nadie de esta llamada.

―Buena ahí la ironía, Connor ―lo apremió Peter―. Podríamos quedar para verla, sí.

―¿Dónde? ―pregunté.

―En mi casa imposible.

―Aquí tampoco, que Olimpia está trabajando y tampoco quiero que nos metamos aquí los cuatro. Además, me ha parecido escuchar que ha quedado con sus amigas aquí en casa y...

La puerta de mi habitación sonó y se abrió poco a poco. Olimpia asomó la cabeza y yo no pude evitar sonreír. Bajé un poco la pantalla de mi ordenador y bajé el volumen para que a esos dos no se les ocurriera decir ninguna barbaridad de las suyas.

―Podéis quedar aquí, si queréis. Nosotras también vamos a ver Bone. Os podéis unir sin problema.

―Oh... Joder, sí que debo estar hablando fuerte para que me hayas escuchado desde abajo ―murmuré avergonzado.

―No, no, no ―se rio―. Estaba subiendo a decirte que en un rato vendrían las chicas y justo he escuchado a tu amigo decir lo de Bone.

―Perfecto, entonces... Si no es molestia, vendremos aquí. Consúltalo a tus amigas, tampoco queremos entrometernos en vuestros planes.

―No es problema, tranquilo. Ellas han comprado pizza para las tres, así que diles que traigan comida para vosotros también y listo.

―Genial, muchas gracias, Olimpia.

―¡Gracias, Olimpia! ―se escuchó gritar a Connor.

―De nada, chicos ―dijo ella un poco más alto.

Sonreí y ella se despidió con la mano para volver a dejar la puerta entornada. Subí la pantalla de nuevo y lo mismo con el volumen, y me encontré con mis amigos con unas caras de gilipollas que no podían con ellas.

―No pienses que no hemos visto esa sonrisa de estúpido cuando la has visto, amigo mío.

―Que os follen. Ya la habéis escuchado, podemos venir aquí. Estaremos con ella, Poppy y Mei, así que portaros bien.

―Siempre nos portamos bien ―exclamó Peter con esa falsa indignación que tanto iba con él.

Puse fin a la charla diez minutos después para poder irme a la ducha y ellos a hacer sus cosas y a comprar la cena para los tres. Me duché sin mucha prisa, tomándome mi tiempo bajo el agua calentita, y me vestí con un pantalón de chándal y una sudadera sencilla que mi hermana me había regalado la Navidad pasada.

Lo bueno de lo prohibido ©Where stories live. Discover now