Capítulo 11

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Harry no pudo evitar mirar con asombro el vestíbulo de la mansión de Tony en Malibú. Habían acordado reunirse unos fines de semana después de la gala, para ver si una fusión parcial entre MI y SI podría estar en su futuro.

Al fin y al cabo, ambos eran empresarios en su campo, sin olvidar que ninguno lo hacía para ganar mucho dinero, como demostraban los precios que ponían a sus productos, que se seguían vendiendo como pan caliente. No sólo eso, sino que tanto Harry como Tony hicieron mucho de lo que hicieron como filántropos, para ayudar realmente al mundo con sus progresos.

Tony también le había dicho en algún momento que quería cerrar su división de armas, aunque fuera la más grande, porque no sentía que ayudara al mundo como él quería hacerlo. En todo caso, la guerra sólo se volvió más brutal, y los productos de Stark sólo se volvieron más eficaces, alimentando el círculo sin fin.

Habían estado en contacto bastante después del evento de beneficencia, habiendo intercambiado números y manteniéndose al tanto de las cosas que sucedían en sus vidas privadas también.

Harry, por ejemplo, había compartido la historia de cómo había ido la visita de Remus y Dora al instado de Xavier, y lo emocionados que habían estado al volver. Habiendo conocido a la mayoría de los profesores, así como a algunos alumnos residentes a tiempo completo, para ver qué tan bien encajaría Teddy en la escuela. La respuesta fue muy buena.

Las cuotas estaban pagadas, y Teddy estaba listo para empezar a estudiar en el instituto de Xavier dentro de unos meses, lo que les daría a Remus y a Dora tiempo suficiente para buscar una casa más cerca de Salem del Norte.

A su vez, Tony le había contado a Harry sobre la presentación de armas que tendría que realizar en poco menos de 6 meses en Afganistán, esperando que fuera la última que tuviera que hacer, ya que no piensa renovar sus contratos con el ejército. Esperaba que el hecho de venir con planes de una fusión parcial, o con ideas concretas de productos en los que trabajasen tanto MI como SI, haría que su consejo de administración no viese la pérdida de la división de armas como una gran derrota para SI.

De hecho, esos planes habían sido la razón por la que Harry estaba aquí, de pie en este magnífico vestíbulo en primer lugar. Había accedido a hacerlo, en parte porque una cooperación entre SI y MI le daría más reconocimiento, y porque le gustaba trabajar con Tony, o le gustaría hacerlo, su instinto le decía que ambos podrían estar a la cabeza de bastantes cambios en un futuro próximo.

JARVIS ya había dado la bienvenida a Harry a la mansión y le había dicho que el "señor" estaría allí mismo. Lo que para Harry había sido todo un shock, Tony le había hablado de sus IAs, pero escuchar e interactuar realmente con una era magnífico.

Cuando Tony aparecio, estaba en un par de jeans manchados de grasa, y una vieja camisa de AC/DC, con una sonrisa en su cara.

-Perdona la espera, Harry, estaba arreglando uno de mis viejos relojes y me olvidé de mirar la hora-.

Harry lo descartó con un gesto de la mano, -Realmente no me importa, Tony, sé que yo también puedo distraerme a veces. ¿En qué tipo de coche estás trabajando?-

Tony se detuvo un momento, -¿no te importa?-

Harry sacudió la cabeza con una sonrisa, -¿por qué habría de hacerlo? Ya sé que eres un genio, así que tu cerebro debe ir a 100 millas por hora, cada hora del día. Si puedes conseguir que se calme mientras trabajas en tu colección de coches, ¿quién soy yo para tener un problema con eso?-.

Tony se limitó a sonreír, como si no pudiera creer que tuviera a alguien en su vida, como amigo, a quien no le importara que se olvidara o llegara tarde a una cita, por la razón exacta que Harry había descrito. Pepper y Rhodey eran las únicas personas que entendían que no llegaba tarde para hacer una declaración, sino porque su cerebro tenía algo que quería resolver, y la única forma de hacer que dejara de molestarle era resolverlo.

BETWEEN TECHNOLOGY, MAGIC AND DEATHWhere stories live. Discover now