Fuera de la casa, junto a las decoraciones y con su disfraz puesto, Dustin posaba para las fotos que Tessa le tomaba.
— ¡Muestra el arma de protones! —dijo, tomando otra— ¡Así es! ¡Dame más, rey, MÁS!
— ¡Eso es, cariño, muestra las perlas! —exclamó Claudia, con mews en brazos, maullando como queja de los apretones.
Dustin sonrió ancho, mostrando sus dientes.
— ¿A quién llamarás? —preguntó Tessa, tarareando la canción.
— ¡Ghostbusters! —gritaron los tres al unísono mientras Dustin seguía posando contento para las fotos que tomaba su hermana, que al contrario suyo, no estaba disfrazada sino que llevaba el uniforme de las animadoras de la secundaria Hawkins.
— Tessa, te quedó increíble —dijo su madre, dándole un beso en la cabeza, emocionada. Ella asintió, orgullosa. Tessa había cosido el logo y la etiqueta con el nombre en el disfraz de Dustin, también lo había ayudado a armar la mochila y el arma.
Antes de partir a la escuela, Tessa agarró y besó a Mews hasta que este le clavó sus garras y escapó, mientras algo parecido pasaba entre Claudia y Dustin, hasta que él huyó en su bicicleta. Como todos los días, o casi todos los días, Jason y Chrissy pasaron por ella, discutían otra vez, aunque el tema era distinto esa mañana. Jason quería que fueran Archie y Verónica, pero ella quería ser Josie; que junto a Anna como Valerie y Tessa como Melody, las tres serían las Pussycats.
•llɐqɹoɹɹıW•
Jonathan Byers tiró de su brazo, alejándola de sus amigas. Él no sonreía, pero ella sí. Bufó, fastidiado. Rendido. Tessa lo miraba con intriga y algo de gracia.
— Iré. A la fiesta. Solo... Solo dime qué debo ponerme.
Tessa se rio, asintiendo.
— Bien. Mis amigas y yo seremos las Pussycats, así que puedes ser un personaje de sus comics, quizás Alan M.
— Tess, no tengo idea de esos comics.
— Es una especie de Freddy de Scooby Doo. Tu cabello está bien así, péinalo un poco... mmm, una remera azul o celeste y jeans. ¡Oh! Y si tienes un pañuelo rojo para el cuello —Jonathan asentía, pensativo, también sin muchas ganas—. Yo tengo uno si necesitas.
Pasaban junto al coche del chico nuevo, Billy Hargrove. Él estaba allí fumando y discutiendo con la pequeña de cabellos colorados, su hermana. Cada vez que estaban juntos, discutían. Incluso, Tessa presenció en la puerta del Arcade como Billy la amenazaba horriblemente por si se tardaba al regresar. Muy bonito, pero vaya carácter.
— A las siete pasaré por ustedes. Quizás un poco antes —Tessa asintió— ¿Quieres que te lleve ahora? A tu casa...
— No, gracias —respondió encogiéndose de hombros, un poco colorada—. Tengo entrenamiento. Gracias.
— Nos vemos.
— Adiós —canturreó mientras giraba, y luego chilló, apartándose del camino. Billy Hargrove conducía como un loco, acelerando sin importancia alguna a los que caminaban por allí.
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