Ejército de Dumbledore

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Hermione.              

Por alguna razón Adán me había llamado para que vaya a Hogsmeade. No sabía porque pero tampoco necesitaba preguntar.

Cuando llegue a donde Adán me había dicho que vaya, una de las habitaciones de la cabeza del jabalí, encontré a Harriet que estaba sentada enfrente de unos 6 bancos largos, a su lado había otro asiento.

- ¿Y Adán? - Pregunté a la niña que estaba ansiosa.

- No lo sé - Dijo respirando profundamente - Adán quiere que yo enseñe los alumnos - Anuncio sorprendiéndome.

Sin decir nada me senté a su lado.

- ¿Y el quiere que te ayude? - Pregunté con una leve sonrisa.

- Exacto - Su voz pareció un poco sorprendida pero le di más atención.

- Bien, lo haré - Cedi aunque luego le reclamaría a Adán - ¿Y cuando viene la gente? - Pregunté tranquila.

- En unos minutos - Dijo felizmente.

- Que molestia - Me queje cruzando las piernas - Por los asientos que veo deben de venir unas 12 personas - Deduje a lo que la niña de pelo azabache asintió.

- Más o menos.

Toque mi frente molesta por la poca formalidad de Adán al citarme.

- Como sea tú tienes que hacerlo - Dije matando toda esperanza de la niña.

- Pero ya que viniste... - Trato de decir recibiendo una mirada sería mía.

Mis ojos destellaron un color carmesí.

- Si Adán dijo que tú debes hacerlo entonces el debe tener sus razones - Dije cortante a lo que la niña suspiro.

- Pero tu eres la intelectual del grupo, serías mejor maestra que yo - Dijo con una actitud inmadura pero que no me llegó a molestar incluso diría que es un poco... encantadora.

Oh, tiene un lindo rostro... entiendo porque Adán me sería infiel con ella.

- Pero tu sabes más a la hora de la Defensa contra las Artes Oscuras - Le replique tranquila.

La niña sonrió y en ese momento la gente comenzó a entrar en la sala.

La gente se fue acomodando en los bancos hasta que estuvieron totalmente ocupados.

Respirando profundamente Harriet se levanto de su asinto y comenzo un discurso que siendo sincera, me sorprendio lo convincente que sonaba.

- ¿Y por que deberiamos confiar en ti para enseñarnos? - Pregunto una voz desde el fondo.

Harriet sonrio y los miro uno por uno.

- Aqui nadie pone en discucion el que Voldemort haya vuelto - Dijo a lo que todos estuvieron de acuerdo - Y no veo a nadie más que quiera enseñarles a defenderse - Dijo con calma - Yo… no quisiera que tengamos que aprender a defendernos por nuestra cuenta pero, si no lo hacemos… quién sabe si tendremos que llorar a alguno de ustedes - Su voz era ronca y su dolor al hablar era como un mar que nos rodeaba.

Pero no, no había sinceridad alguna en sus palabras, puede que los demás no lo notarán pero yo veía sus colores. Se regocijaba al hablar y al notar que sus palabras eran fácilmente creíbles para los demás.

Luego de unos minutos todos firmaron la hoja con el título, el ejército de Dumbledore.

La hoja era bastante rara de por sí ya que tenía un encantamiento. Si alguien por alguna razón daba la información del grupo a un externo, se le marcaría el rostro con llagas que dejarían marcas permanentes.

Harry Potter resurrección Where stories live. Discover now