Lo Que Quieras

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Habiendo llegado ya la navidad fuimos a la casa de Sirius, claro que había ido por pedido de Harriet, además de que Hermione había decidido ir conmigo.

Realmente la pasé bien durante la navidad, el unico problema fue las discusiones aquí y allá con algunas personas, pero no me importaba ya que había recibido varios regalos.

El primero que abrí fue el de Harriet.

Era un libro muggle que me sorprendió bastante ver, pero mi sorpresa fue demostrada con una sonrisa en dirección a la ojiverde.

Abrí un par de regalos más a los que le di poca y nada de importancia, eso hasta que note un regalo que llevaba consigo una etiqueta impregnada de magia.

La mire con atención y la tome, evidentemente era el regalo de Hermione.

Con una superficie calmada abrí la caja sin dejar ver mis ansias.

Recibí la mirada de Hermione posesiva pero el regalo dentro de la caja me dejó con una sensación de bendición.

Sonreí con una cálida sensación en mi pecho.

Mire suavemente a mi novia y note como ella sonreía enterneciendo mi ser.

***

Tal como era costumbre Hermione estaba en mis brazos.

- Solo fue un regalo - Murmuró la chica un poco avergonzada.

- Pero me lo diste tu... por eso vale tanto - Murmuré abrazándola.

- Adán - Me llamó la atención como a un niño - Enserio, no es nada - Sonrió suavemente con madurez - Tu me diste muchas cosas e hiciste mucho por mi - Murmuró como si no quisiera ser oída.

- Herms - La corte - Mi amor no es desinteresado, si no fuera mi prometida segundamente no te ayudaría en lo absoluto - Admiti sin culpa.

Ella me miro confundida y asintió.

- Lo se, por eso somos pareja, ¿No? - Pregunto - Si yo no te tuviera enloqueceria, no sabría que hacer sin ti y además me ayudas, yo gano totalmente - Ella me miro como si fuera obvio y yo asentí.

- Claro que es por beneficio - No temi decir eso ya que ella no lo malinterpretaria.

Ella sonrió suavemente.

***

No tardamos mucho en marcharnos hacia el colegio de vuelta, en realidad, apenas unas dos horas después tuvimos que volver ya que Mione no se sentía tan cómoda en un lugar que no fuera propio.

- ¿Enserio no te gusto ese lugar? - Pregunte a lo que ella asintió.

- Claro que no, era territorio de Harriet - Dijo sin más ciencia.

Ella me miro con esa mirada sería y fría.

- ¿Y a ti? ¿Que fue lo que más te gustó? - Pregunto la niña acercándose y dejando apenas unos centímetros de distancia.

- Tu - Dije sin dudar pero ella sonrió.

- ¿Y mi regalo? - Pregunto señalando mi mano derecha donde tenía mi obsequio.

Apreté suavemente mi mano.

- Es lo mejor que podría haber recibido... bueno, lo segundo mejor - Murmuré mirándola a los ojos y recibiendo una mirada cálida.

Ella sonrió y se pegó a mi.

- Y esto es lo primero - Entendió sonriendo y besando suavemente mi cuello.

- Claro - Murmuré sin poder contener los sonidos de placer por sus besos.

Mis manos rodearon su cuerpo y lo pegaron a mi, ya no podía aguantar más.

***

Hermione.

Adán siempre fue así, pedía lo que quería sin temer que reacción causara en mi.

Claro que había algunas cosas que le costaba expresar (como sus fetiches) pero la comunicación entre los dos siempre fue buena cuando menos.

Lo mire con cierta estupidez, claro que entendía que Adán no era beneficioso para ella, es más, Adán fue perjudicial desde el primer momento que se encontraron

Pero por alguna razón no podía dejarlo, no podía alejarme de el sin sentir una gran desesperación y agonía... aún no lo entendía pero Adán ya era parte de mi y yo parte de el.

Sonreí y me pegue a el.

***

Delphin.

Me sentía inquieta por el plan de Adán, era muy posible que fallara o aún peor, que funcionara.

Estaba en medio del bosque prohibido viendo los papeles que Adán me había confiado, eran unas 20 páginas.

Finalmente oí como una rama se partía y crujía en la silencioso noche.

Me gire rápidamente y mire al chico de pelo plateado caminar hacia mi.

- Hola - Murmuré sintiéndome sumisa a su presencia.

El se acercó y me beso en la mejilla.

- Te extrañe - murmuró mientras comenzaba a besarme hasta llegar a mis labios.

Aunque no me disgusto no estábamos aquí para estas cosas.

Me aleje medio metro y le mire con calma.

- Bien bien - dije con la cara caliente - Ya conseguí los ingredientes que me habías pedido - hablé mirando a la oscuridad del bosque que parecía absorbernos en un silencio sepulcral.

Pero de pronto algo me tocó la nuca con suavidad.

- Muchas gracias - En su voz por primera vez sentí calidez.

Su mano subió a la parte de atrás de mi cuello y me acerco a el.

- ¿Realmente crees que esto está bien? - Pregunté dudosa.

- ¿Te refieres a lo de Dumbledore o a esto? - Pregunto pegándose a mi.

Mi rostro se sonrojo y apoye mi frente en su hombro fácilmente debido a la diferencia de altura.

- No me molesta si esto está mal, me gusta demasiado como para pensarlo fríamente - Dije a lo que el me empujó contra un árbol y metió su mano debajo de mi falda.

- Opino lo mismo - Murmuró mordiendo mi cuello y sentí su aliento en mi cuello humedeciendome.

Pero antes de que continuará lo tome de los hombros y lo aleje un poco.

- Matar a Dumbledore… - Murmuré - ¿Estas seguro de eso? - Pregunté preocupada por el.

- ¿Yo? Me da igual si Dumbledore vive o muere - Dijo ladeando la cabeza - Lo único que me importa… - Pero guardo silencio.

Aún así entendí de quién estaba por hablar.

"Granger…" pensé con cierto rencor.

- Cierto, es ella - No dudo en decir con un ambiente diferente - El hecho de que Dumbledore muera no es más que una consecuencia de que Hermione este a salvo - Sus ojos rojos parecían fríos al hablar.

Le mire y asentí.

- Bien - Dije dejando que el hiciera lo que quisiera, en cuanto a Dumbledore, y conmigo.

Harry Potter resurrección Where stories live. Discover now