𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | 𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟

𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚: 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐠𝐥𝐨𝐬 𝐲 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬

Lo siento, Lo siento. A lo que vinimos.

Ahora si, toqué el timbre y supe que no había vuelta atrás cuando escuché pasos acercarse.

—¿Alicia? —su voz somnolienta llega a mis oídos.

—Buen día, pequeña patética cazadora —sonreí con altanería.

—Son las 2:48 de la madrugada, ¿qué haces aquí? —lleva sus manos a su rostro y se masajea los ojos para poder verme con claridad.

—Bueno, paseaba por el edificio por donde vivo y dije; "¿porqué no visitar a mi vecina que coincidentemente es la chica que odio? —contesté—. Ahora, linda y patética cazadora, ¿me dejas pasar?

Ella me mira, de pies a cabeza sin disimulo alguno y luego asiente para hacerse a un lado.

—Puedes pasar —y ahí desapareció la barrera y pude dar un paso dentro de su departamento.

Estaba todo silencioso y no podía oír ningún otro latido, pero aún así pregunté...

—¿Está tu papá?

—Sabes perfectamente la respuesta —giré en mi eje y pude verla recostada por la pared.

Hasta ahora pude fijarme bien en cómo estaba. Su cabello un tanto despeinado, su piel sin ninguna gota de maquillaje, llevaba una camiseta grande de color blanca y unos shorts deportivos bastantes cortos, tantos que si no hubiera levantado un poco los brazos no los hubiera notado.

—Correcto —chasqueo la lengua y doy unos pasos hacia donde estaba ella, pero seguía sin acercarme más de lo debido.

Ella entrecierra los ojos. Sabe que algo más sucedía.

—¿Porqué viniste?

—Ya te dije —ladeo los brazos—. Paseaba por aquí y...

—La verdad —sentencia.

Podría decirle que estaba jugando con mis amigos al UNO y que perdí y por eso estaba aquí. Por un estúpido reto. O... podía decirle la otra verdad, que desde que me besó en la veterinaria de Deaton cada vez que la veo o pienso en ella siento un deseo que necesitaba calmar.

Ella pega un salto cuando en milésimos de segundos me encontraba enfrente suyo.

—¿Porqué me besaste? —pregunté ahora yo.

Entreabre la boca, sin decir nada y eso hace que yo arqueé una ceja.

—¿Vas a responder? —un paso más—. O... ¿quieres volver a repetirlo para poder acordarte del motivo?

Iba a burlarme nuevamente, pero esta vez si responde.—¿Quieres besarme de nuevo? Hazlo.

Podía sentir su respiración cerca de mi boca, sus ojos por ninguna razón se despegaba de los míos y la tensión claramente estaba muy fuerte.

—Yo nunca volveré a besarte. Nunca.

—Yo si. Una y mil veces —responde sin un toque de vergüenza y eso hace que mi cuerpo se mueva de forma automática.

*reproduzcan la música*

La agarro por la cintura con cierta aspereza y acerco nuestros cuerpos aún más. Ella jadea sorprendida cuando la alzo y la llevo hasta el enorme sofá que se encontraba ahí. Mis manos comenzaron a recorrer los muslos de la castaña.

Ella colocó sus manos sobre mi abdomen, quitándome la chaqueta de cuero y comenzando a desabotonar los botones de mi camisa con manos temblorosas debido a la adrenalina del momento.