—¿Por quiénes?

—Scott, Alicia y Stiles. Van a decirte cosas —Alicia evitó soltar un gruñido. La maldita se oía muy convincente—. Cosas que no puedes creer. Debes confiar en mi, ¿sí? Confía en mi.

—¿Qué pasa? —fingió demencia.

—Prométeme que me escucharás.

—Lo prometo.

Alicia cerró los ojos cuando escuchó el sonido de un beso y no pudo evitar soltar un leve gruñido esta vez.

—Ellos ya están aquí, ¿no? —y esa fue la señal.

Jennifer vió como una ráfaga de viento chocó contra ellos y en segundos la figura de Alicia estaba detrás de Derek.

—Hola, maldita mentirosa —sonrió cuando vió como sus dos mejores amigos salían de un cuarto y se ponían detrás de Jennifer a algunos metros de ellos.

—Entonces, ¿te dijeron que era yo? —miró con recelo a los adolescentes—. ¿Qué me llevo a las personas?

—Le dijimos que eres la que mata a las personas. —dijo Scott.

Ella abrió la boca con un deje de ironía.—Oh, claro. Así es. ¿Que hago sacrificios humanos? ¿Que las degollo? Si, probablemente lo hago en mi hora de almuerzo antes de ir a dar clase de inglés. Es totalmente lógico.

—Deja el teatrito. Sabemos que eres la perra psicópata que asesina gente. Y por primera vez no soy yo —Alicia se apoya por el cuerpo de Derek, divertida ante la situación de Jennifer.

—No hay ningún teatrito —ataca.

—¿Dónde está mi papá? —el corazón de Alicia da un vuelco al ver los ojos llorosos de su mejor amigo y oír su voz al borde de quebrarse.

—¿Cómo puedo saberlo? —habló con calma y luego miró a Derek—. Derek, dime que no crees esto.

El Alfa giró su cabeza mirando un poco hacia abajo para poder conectar miradas con Alicia. La chica lo miró con intensidad, escuchando como el corazón de él latía con fuerza al verse, ella sonrió levemente.

Él asintió.

—¿Sabes qué le pasó al padre de Stiles? —dice, girando nuevamente hacia Jennifer.

—No.

—Me estas hartando —gruñó la trihibrida—. Pregúntale por qué casi mata a Lydia.

—¿A Lydia Martín? —miró a Alicia como si estuviera indignada—. No sé nada sobre eso.

—¿Qué sabes? —preguntó Derek, en un tono más alto.

—Sé que estos chicos, por alguna razón equivocada, están contándote una historia absurda —no hacía caer su mentira por ningún motivo—. Que no pueden probar.

—¿Quien dijo que no? —la sonrisa de Alicia creció.

Vió como Scott levantaba un frasco que le había entregado Deaton.

—¿Qué es eso? —preguntó la mujer.

—Mi jefe me dijo que es un veneno y una cura, lo que significa que puedes usarlo —abrió el frasco—. Y pueden usarlo en ti.

𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | 𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟Where stories live. Discover now