C A P Í T U L O 2

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La niebla se hizo más espesa.

De nuevo mi estómago se sacudió y sentí la acidez ascender por mi garganta.

Aquel ser parecía comprender lo que estaba pasando por lo que extendió su brazo y de algún lugar sacó un cubo que luego plantó frente a mí, al borde de la cama.

No me retuve y simplemente me volqué para dejar todo salir. La bilis quemó mi garganta y las lágrimas se escaparon de mis ojos, aún así mantuve la visión sobre él, quien me observaba manteniendo una distancia.

Para cuando nada más logró salir de mi simplemente me dejé caer de nuevo sobre el colchón, no me importó caer sobre mi costado, tampoco dejarle escuchar el aullido de dolor que eso me hizo dar.
Estaba cansada, jodidamente cansada.
Apenas era consciente de mis extremidades, simplemente no era capaz de sentir nada más allá de la nube de dolor y cansancio en la que estaba hundida.
La niebla comenzó a cubrir todo, cada centímetro de la habitación.

—Mierda, no puedes simplemente caer así. Tu espalda, no debes estar sobre tu espalda todavía —Quise gritar de horror cuando las manos de aquel macho me tomaron y me sostuvieron, obligándome a girar.

Quería pelear y gritar para liberarme pero no tenía fuerzas.

Siquiera sabía si aquella mujer, Feyre, estaba cerca para ayudarme.

—Mierda no te duermas, no puedes dormirte —El reflejo dorado de sus ojos viajó de un lado a otro. Un brillo cálido —Mierda estás sangrando mucho otra vez, necesito detener la hemorragia.

Fui depositada de nuevo en el colchón y al segundo volví a sentir sus manos en mi espalda, trabajando de manera precisa y apresurada.
Más oscuridad, fría y horrible.

Mis ojos se entrecerraron, mis párpados se sentían tan pesados que me era difícil mantenerlos abiertos.

—Si mueres mientras trato de ayudarte juro por dios que iré al infierno a buscarte, ¿me oyes? —Su voz trató de sonar como una broma, pude distinguir la diversión entre mezclarse con el miedo y nerviosismo y eso de alguna manera me calmó —Así que mantente despierta, mantente con los jodidos ojos abiertos.

Lo que esperaba que fuera un esbozo de sonrisa se dibujó en mis labios mientras trataba de obedecer, mientras luchaba por mantener mis ojos abiertos pero realmente resultaba imposible.
Pero para cuando quise darme cuenta la niebla lo había cubierto todo, incluso el reflejo destelleante de las piedras rojas en sus hombros.

Era realmente imposible.

Yo no quería dormir, quería obedecer y mantenerme despierta pero era simplemente demasiado.

—Oye, mantente despierta —Mis ojos se cerraron por completo —¡Oye! —Su voz comenzó a alejarse, su toque a desaparecer.

Y para cuando finalmente quise darme cuenta había vuelto a ser arrastrada por los sueños.





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El hecho de que lo primero que percibí cuando regrese a ser consciente de donde y como estaba fuera una voz preguntando:

—¿Alguna vez en tu vida has visto a una mujer ilyria con su aspecto? Obviamente no, ella no es normal —No fue de gran ayuda para el insoportable dolor en todo mi cuerpo.

Abrí los ojos y me recibió el rostro de Morrigan, sus labios rojos fruncidos en una línea recta, una de sus manos en su barbilla y su ceño ligeramente fruncido mientras me miraba.

Sus ojos se entrecerraron aún más cuando su mirada conectó con la mía.

—Sus ojos son rojos, Az. ¿Eso te dice algo? —Miré confundida hacia la derecha donde ahora la rubia había desviado su mirada.

Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Where stories live. Discover now