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«P E Q U E Ñ O S P R O B L E M A S»

1194 palabras.

Narra un narrador•

Una densa oscuridad rodeaba a aquella, aparentemente joven, chica de amarillentos ojos.
Se encontraba flotando en aquel anti-void, del cual no tenía derecho a salir, tampoco podía salir si quisiera, el código de dicho void estaba totalmente cifrado, hecho por los grandes creadores, imposible de descifrar.
Sus ojos de color dorado apenas tenían brillo, y no, no era porque estuviera aburrida, era porque se le había quitado el derecho de la libertad, por el simple hecho de ser una creación... ¡Y a saber porqué más!.
No sabía los planes de esos maniáticos a los cuales alguna vez había respetado, jugaron con ella, la usaron como un medio, un objeto, parecía que creían que no tenía sentimientos, claro que los tenía.
Puede que no tuviera necesidad de alimentarse, puede que tampoco tuviera necesidad de ir al baño, como los humanos, pero aún así, ella sentía, y lo que sentía en ese momento era tristeza, porque la habían dejado como un viejo libro de esos que nadie lee, abandonado.

Pensó en los amigos que hizo, Nightmare y Dream, ellos claramente seguían vivos, ¿pero estarían preocupados por ella?. Ella jamás pudo despedirse, se la llevaron de repente y sin elección.

Pero esa era la realidad, ahora vivía en ese oscuro anti-void, ya ni siquiera su creadora iba a visitarla, ¿tan inservible había sido?, ¿tan mal había hecho su trabajo?, ¿tan mal había protegido los universos?.

Pero todos esos pensamientos fueron interrumpidos por un portal de un tamaño considerable que se había abierto a pocos metros de ella, se levantó anonadada y miró hacía los lados, esperando que fuera su imaginación la cual deseaba salir fuera como fuera de aquel sitio, o tal vez era una broma de los creadores, muy poco probable.

Se levantó, tambaleó un poco por estar tanto tiempo vagueando.
Su pelo cayó como si fuera una cortina recién desplegada, llegaba hasta casi por el suelo, y en todo ese tiempo no pudo cortarlo, no tenía su pincel, se lo quitaron en cuanto la metieron en el anti-void.

Caminó lentamente hasta llegar al portal, miró de nuevo hacía los lados confusa y indecisa, ya no sabía qué hacer o no sin la supervisión de los creadores.
Tras comprobar que realmente no había nadie a su alrededor y qué no era un broma, fue acercando lentamente su mano hacía el portal, con el fin de comprobar si era real, y en efecto.
Pudo comprobar que era real cuando su mano traspasó aquel nítido agujero de vívidos colores, pudo sentir esas cosquillas que sentía cada vez que atravesaba un portal.

Una sonrisa de emoción se formó en su rostro, y sus ojos volvieron a recobrar su habitual color y brillo.
No lo dudó ni un minuto y dejó que todo su cuerpo traspasará el portal.

Un brillo la cegó, ¿hacía cuánto tiempo no veía siquiera un rayo de luz?... No lo recordaba, pero podía asegurar que mucho tiempo.
Miró su alrededor, recordaba ese lugar a la perfección, ese espacio en blanco, su anti-void, no tenía ningún tipo de cifrado, por lo que podía salir si quisiera.
Extrañó mucho ver aquel sitio, era como su casa, su hogar, donde se sentía segura, miró a su alrededor con felicidad, aunque fuera solo un espacio completamente blanco, realmente adoraba estar devuelta en casa.

-Todavía pienso que estoy soñando... -murmuró para sí misma.

De repente recibió un susto, un portal se abrió justo encima de ella y de este cayó un objeto.
Al caer en el suelo, la pelinegra miró dicho objeto, se puso de cuclillas para verlo mejor, no era otro que su querido y amado pincel.

Describiendo dicho objeto, era pequeño, un pincel de un tamaño normal, de un color púrpura con diferentes bordados color oro.
Lo agarró y miró confusa al portal, de inmediato, sonó una voz a través de este.

🍂𝑹𝒆𝒆𝒎𝒑𝒍𝒂𝒛𝒂𝒅𝒂🍂 (Au Sans x lectora)Where stories live. Discover now