Noveno Capitulo❣

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Las cosas no mejoraron al día siguiente cuando fueron enviados juntos a hacer las compras, ni en el entrenamiento de esa tarde.

Cierto era que Deidara no estaba alejandose mucho de ellos como le volvió a señalar Rin, pero Obito sabía que había retrocedido con él.

El chico no volvió a contarle de los diseños que planeaba realizar una vez dominara los grandes jutsu de Iwagakure, como solía presumirle de camino al mercado, y ni siquiera se mostró bastante comunicativo con Rin.

Lo único que obtenía del artista eran miradas esquivas, un rostro disgustado y más coloreado de lo normal, un aura de confusión que amenazaba con hacerse cada vez más evidente.

Supo que algo malo le pasaba cuando como parte de un plan para acercarse más a él, Rin les invitó a la vuelta del entreno ir a merendar a su casa y el rubio declinó enseguida, diciendo que adelantaría el camino de regreso solo.

El no saber qué había sucedido le hacía perder la cabeza.

–Lo ves Rin, le desagrado– le susurró desesperado a su amiga, mientras miraban la silueta turquesa y gris cálido alejarse de ellos en un silencio atípico –. Deidara ya no quiere hablarme. Y yo pensé que podíamos ser amigos– se desanimó por completo, contrayendo una postura sin gracia.

–No te desanimes tan rápido Obito– le respondió apurada en el mismo tono, tomándolo del codo con fuerza.

Obito apenas reaccionó al contacto.

–Síguelo y averigua qué le pasa– dictó con los ojos afilados.

–No va a decirme nada. Ya no va a hablarme más– se deprimió por completo.

–¡No! ¡Síguelo y averígualo! ¡Eres un shinobi, Obito! ¿O acaso quieres que lo haga yo?

Obito se olvidó de su tristeza.

–¿Y si averiguas tú?– sonrió de oreja a oreja, esperando el sí de su compañera.

Rin lo soltó.

–A Deidara-kun no le gusta hablar de sus sentimientos con las mujeres. Además, tienes que hacer las cosas del amor solo.

–¡N-no es a-amor!– se alteró, mirando asustado hacia delante con miedo de haber sido descubierto. Pero Deidara ya estaba muy lejos como para escucharles, y eso volvió a golpearle el ánimo.

–Obito– Rin intentó sonar comprensiva una vez más –. ¿No recuerdas lo que hablamos? Creo que debes intentarlo. Ve a casa, síguelo, recuerda lo que hablamos– se despidió de él, dejándole la decisión en sus manos.

Obito suspiró e inició el lento camino de vuelta. Una parte de su ser quería correr para ponerse a la altura de Deidara, pero otra sabía que debía repensar las cosas.

Finalmente decidió pasar por la librería y volver por el camino largo, ya que tenía muchas cosas que pensar.




(...)




Deidara no era descortés con él en la mesa y ya hablaba normalmente con su abuela, pero a Obito le seguía pareciendo demasiado frío y cuando se fueron a acostar, no le respondió cuando le preguntó si se encontraba bien.

Deidara escuchó la pregunta algo preocupada de Obito y algo se entristeció un poco en su interior, pero sabía que no quería saber nada acerca de la nueva manera en que se estaban llevando Obito y Rin.

Y la única manera de sobrellevar algo así cuando ya no podía largarse a hacer arte por allí o comer cosas deliciosas, era abrazar muy fuerte una almohada y cerrar los ojos.

Fue sin querer queriendo... (Obidei/Tobidei)❤Where stories live. Discover now