Me alejo a pasos lentos de ellos, creo que he cumplido lo que me ha pedido. Y espero que donde quiera que este, se encuentre feliz de ello.

Me alejo de la zona sintiendo como voy dejando parte de mí en el. Caleb me recibe desde el pie de un árbol. Sus dedos tiran del porro para apagarlo en la acera que forma el camino central del Cementerio Nacional Hills.

Mi cabeza va directamente a refugiarse a su pecho, de esos brazos que siempre me han ocultado de los ojos de otros cuando lo necesitaba. Ahora lo necesito.

—¿Estás lista para irnos?

Niego. —Primero quiero visitar a mi padre.

Caleb me toma de la mano y me ayuda a continuar el camino hasta su lápida. La lápida que acaricio antes de colocarme al frente de ella. Joseph Stokes.

—Papá... por favor cuida a Nate— le pido soltando una nueva lágrima.

Caleb me abraza por la cintura y dejo que su calor me tranquilice. Un beso en mi cabeza hace que crea que ambos se cuidaran desde el cielo.

—Déjame limpiar tus lágrimas— me dice Caleb antes de pasar sus pulgares por mi piel.

Si la tristeza no fuera tan fuerte, nuestros frágiles cuerpos humanos aguantarían cualquier pena. Si nuestras emociones no gobernaran nuestro ánimo, entonces nuestra estabilidad emocional estaría intacta.

—En el más allá, nuestros seres queridos se reencontrarán. Aguardando el día que nosotros nos unamos a ellos.

—Ella estará con ellos— digo con tristeza y solo un poco de felicidad.

Caleb no tarda un minuto en entenderlo.

—Claro que lo estará— sonríe. —Tienes a tres ángeles cuidando de ti, loca.

Ángeles, mi padre me decía ángel. No creo poder con esto.

(...)

—Tienes que comer un poco— la bandeja de fruta picada y un poco de yogur no tiene nada bueno para mí. Giro mi cuerpo hacia el otro lado de la cama. Puedo escuchar a Sky bufar y salir de la misma manera que entro.

Solo quiero volver a dormir, pasar este día como el anterior.

—Si no come pronto, su salud correrá riesgo— escucho a mi amiga.

—Ya lo he intentado todo— es Caleb.

El silencio de mi departamento se ha hecho tan característico que ahora logro oír hasta las cosas mínimas que pueden suceder cerca de mí, como en el pasillo.

—Tiene que volver a la Universidad, es su último final— acomodo mi cabeza contra la almohada.

No me interesa. Lo último que quiero es agarrar un cuaderno. Prefiero oscuridad y el sueño.

—Lo sé.

—¿Cómo vas con los trabajos que le dejaron? ¿Necesitas ayuda?

—No. Los he terminado y entregado. Sus profesores fueron compresivos al dejar eso en vez de una prueba.

—La Srta.Morgan no puede aceptarle otro trabajo, ya lo hizo por abandonar el curso de pasantía antes de tiempo.

—La llevaré mañana. ¿Justin tiene todo bajo control en el juzgado?

—Sí. Sus padres y el de los Archer tienen buenos abogados— no quiero oír eso. —Mañana darán el veredicto. Tendrá largos años en prisión.

Cierro los ojos al mismo tiempo que escucho a alguien ingresando a mi habitación.

CUANDO TE VUELVA A VER [AMORES #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora