CAPÍTULO 15

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Aprieto lo dientes recordando como son las batas de los hospitales, no entiendo su diseño, es decir, parece que fue hecho para que vean tu trasero. En películas resultan ser cómicas, pero en la vida real no es más que una vergüenza.

Es muy tarde pero llevo un brazo hacia atrás y hago puño para cubrir mi trasero de Caleb, debo pegarme al módulo para que no exhiba nada mas frente a sus ojos.

—¿Qué haces aquí?— pregunto viéndolo completamente intacto.  

Extrañamente no esta del todo de negro, tiene un suéter de lana de color plomo, el único color diferente que le había visto hasta hoy. Encima un saco negro largo lo cubre casi por completo. 

Caleb camina hacia mi y se inclina sobre el mostrador para coger unas llaves del escritorio de la enfermera.

—Vine por esto— dice agitándolas frente a mis ojos. 

¿Qué tan pesado puede ser el sueño de esa mujer?

—¿Piensas robar?— es muy tarde cuando noto lo que dije.

Caleb se reincorpora e inhala.

—Se que sabes mi pasado— dijo con honestidad. —pero la última vez fue a los doce.

Asiento con empacho.

—¿Necesitas que te lo quite?— señalo la aguja en mi brazo.

Asiento de nuevo.

—¿Crees que pueda despertarla?

—Susan es madre de cuatro niños, y lleva turno aquí y en una gasolinera. ¿Aun quieres despertarla?

Si pero no.

Que haría con una aguja en mi brazo.

—¿Hay otra enfermera aquí?

—No.

—Buscaré— dije segura de recorrerme los pasillos necesarios.

—Yo puedo quitártelo.

Sonreí con burla provocando que el tubo metálico vibrara conmigo, hasta que note que lo decía en serio.

—En realidad es cómoda dejémosla así.

—Eres una cobarde.

—No lo soy.

—Extiende el brazo— me indica.

Lo desafío con la mirada y su ceja se alza sin ánimos. Ahora que lo veo directamente parece cansado, con ojeras bajos sus ojos mas abultadas de lo usual y sus parpados caídos.

Bueno, no tengo muchas opciones o si.

Tome aire antes de hacer lo que dijo.

El dio un paso cortando nuestra distancia y sentí como sus dedos iban envolviendo mi delgado brazo mandando extrañas corrientes eléctricas en mi, estoy segura que mis vellos se erizaron pero no dijo nada. Observo como va sacando la cinta que se a adherido a mi piel, siento que jala algunos vellitos pequeños pero aun así lo hace con cuidado y concentrado.

Por un minuto, dejo de ver lo que hace y me fijo en sus pestañas, son tan largas que me dan envidia, su cabello negro esta alborotado pero solo le da el toque de chico malo, tenerlo a menos de un metro de mi me hace detectar algo mas insual a él, colonia. Entonces arrugo la nariz. Es una fragancia suave, nada mal a decir verdad.

—Listo— dice de pronto.

Bajo a ver mi brazo mientras el se encarga de dejar a un lado el tubo que me había acompañado durante horas.

CUANDO TE VUELVA A VER [AMORES #1]Where stories live. Discover now