SUBMISSIVE [ LIBRO 2 ]

✦𝙲 𝙰 𝙿 𝙸 𝚃 𝚄 𝙻 𝙾 𝚇𝚅𝙸𝙸 ✦

CRISTHIAM DAIV

Sumiso.

Sus uñas comienzan a danzar por mi clavícula, todo mi cuerpo se estremece y siente su ardiente tacto, todo en ella me induce a un éxtasis de deseo.

Respiro con intranquilidad, siento como mi cuerpo esta tembloroso, ella me pone así, siempre lo ha hecho, desde el primer día en aquel ascensor, o en aquel bar, o incluso en aquella playa. Todo en ella me atrae, es como si yo fuera una polilla y ella esa luz que puede quemarme y matarme, pero estoy tan absorto en ella, y tan enamorado que maldigo por lo alto.

¿es normal sentirme así? Es como si el destino nos trajera siempre a la misma parte, como si nuestras almas estuvieran destinadas a verse una vez más, a besarse, a tocarse, a sentirse, a tenerse.

Ella es mala, solo quiere dañarte, escapa de ahí.

Escucho de nuevo esas voces en mi interior y mis alarmas se prenden, siento como mi respiración se hace intranquila, sé que va volver a pasar, así que pretendo detener todo cuando siento que mi respiración falla, abro los ojos para escapar cuando me encuentro con el verde jade de su mirada

—No es mala, ella es perfecta—Digo en voz alta.

—¿Por qué dices eso? —La voz de Jhoanna parece confundida, me ve extrañada y pone su mano en mi rostro y me hace verla directamente a los ojos.

—Las voces en mi cabeza regresan, me dicen que eres mala, que me quieres dañar—Digo con una sonrisa—Solo les respondo.

—¿Quieres que paremos?

—No, no puedo, y tú tampoco quieres—Digo sonriendo.

—¿Como sabes? —Dice está alzando su ceja.

—Por esto.

Me acerco lentamente a su intimidad, inclinándome hacia adelante para poder llegar a estar cerca de ella, le doy un pequeño beso en el pubis y siento como ella toma mi cabello ansiosa y se echa para atrás un poco y luego vuelve a su posición.

—Cristhiam, estoy muy sensible, tu solo aliento me hace estragos—Ella suelta mi cabello y yo comienzo a darle besos húmedos por su pubis, bajo lentamente hasta llegar al inicio de sus labios, con la punta de mi lengua rozo la parte superior de su intimidad, justo donde sé que esta su clítoris, ella jadea y se retuerce, siento su cabello en mi espalda y como su voz se agudiza.

Vuelvo a lamer con la punta de mi lengua detallando su larga línea, está húmeda, tan mojada, tan lista para consumar nuestro amor, y yo no estoy atrás, tanto que me aterroriza dejarme llevar por las ganas acumuladas y terminar rápido, pero este juego previo me encanta.

Safo mis manos de mi espalda, y lentamente comienzo a tocar sus piernas, estas tienen la piel erizada y no es para más, sus agudos sonidos involuntarios no dejan de escucharse, noto como poco a poco al subir por sus piernas ella comienza a temblar, es normal en ella cuando tiene muchas ganas, su cuerpo tiembla como si estuviera a punto de venirse.

—Por favor, mete tu lengua, te lo suplico—Habla esta casi en un susurro, su respiración es pesada y torpe.

—No puedo obedecerte en todo, y lo sabes, siempre ha sido así—Sonrió estando justo sobre su vulva, y comienzo a besarla y a introducir mi lengua en forma brusca, siento de inmediato su sabor salado y delicioso, tomo con fuerzas sus glúteos y ella deja de callar sus gemidos que ahora ahogan el cuarto en el que estamos.

—Más rápido, no te detengas.

Intensifico mi ataque y ahora agrego chupetones y movimientos de cabeza que hacen que dilaten más su vagina, y mi pene parece estar sufriendo ya que siento como este comienza a levantarse y a moverse, y esta duro. Duele mucho.