CAPÍTULO XIX: BUENAS NOCHES.

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Camila estaba apoyada contra el marco de la puerta con una sonrisa boba mientras observaba a Lauren dormir. Ellas habían tenido un buen maratón de películas antes de que Lauren dijera que estaba cansada y quería dormir. Ella escuchó pasos y se giró rápidamente, pero no era nadie. Daniel aún no había llegado, lo que significaba que aún no se iría a dormir. Siguió observando a Lauren mientras esperaba al chico. Mientras observaba a Lauren se preguntó, ¿Qué se sentiría dormir con ella? Fue una pregunta que estuvo en su mente por unos momentos antes de que ella decidiera no respondérsela, simplemente no podía respondérsela por una cosa: 1. A Lauren Jauregui le gustaba su privacidad. Y por solamente esa cosa, ocurrían dos: 1. Ella debía dormir con Daniel y 2. Debía soportar las quejas de Lauren por lo mismo.

Mientras sus ojos estaban fijos en la chica de ojos verdes, sus pensamientos comenzaron a repetir cada momento de aquel día en su cabeza. Camila había llegado a la conclusión de que nunca lograría entender a Lauren. Ella podía ser dura y poco habladora un momento y luego, repentinamente, se convertía en una persona sensible que hablaba sin parar, hasta que nuevamente presentaba otro cambio de humor. Ella sonrió casi inmediatamente, los cambios de humor de Lauren siempre eran graciosos... hasta el más horrible, lo era.

Y cuando Camila apreciaba cada extraño cambio de humor de Lauren, ella sólo reía sin parar. Ese día Lauren la había hecho reír muchas veces, pero también la había hecho llorar unas pocas veces.

Sonrió tristemente.

Era increíble que en unos días todo llegaría a su fin, pero eso no le afectaba de sobremanera porque Camila sabía muy bien que nada duraba para siempre. Lauren ya no estaría con ella en unos días y ella simplemente seguiría con su vida, no podía vivir aferrada a Lauren Jauregui.

Un jadeo ahogado sacó a Camila de todos sus pensamientos. Nuevamente escuchó el jadeo antes de que este se transformara en un fuerte sollozo, en ese momento Camila se adentró en la habitación con sus ojos aún puestos sobre Lauren. Pronto se dio cuenta de que el rostro de la chica estaba lleno de lágrimas y sudor. Camila se alarmó.

Hey. —Dijo suavemente. —Hey, Lauren, tranquila. —Camila agitó a la chica por el hombro con cuidado. —Oye, Laur. —Ella susurró. —Estoy aquí.

Lauren abrió los ojos de golpe y vio inmediatamente a Camila frente a ella. Sin pensarlo, ella se abalanzó sobre Camila y se permitió llorar desenfrenadamente en el cuello de la chica. Camila envolvió sus brazos alrededor de Lauren fuertemente.

Hey, está bien. —Susurró. — ¿Por qué lloras, Lauren? —Preguntó cautelosamente.

Lauren no le respondió.

Camila acarició la espalda de la chica de ojos verdes de arriba abajo y Lauren dejó que sus ojos se cerraran cuando comenzó a calmarse.

Está bien Lauren, está bien. Estoy aquí, no me iré a ningún lugar.

Lauren se apartó de Camila lentamente.

¿Por qué llorabas, Lauren? —Preguntó Camila, otra vez.

Con el dorso de su mano, Lauren apartó las lágrimas de sus mejillas. Le sonrió a Camila tristemente y dejó que su cabeza reposara contra el hombro de Camila otra vez.

T-tuve una pesadilla. —Dijo. —Y-yo no quiero que termine. Tengo miedo. No quiero que suceda.

Está bien, Lauren. —Acarició la mejilla de la chica con un dedo. —Todo está destinado a terminar, ¿Sabes? Incluso los juegos esos de la feria tienen que terminar. —Ella bromeó. —No sigas pensando en eso.

Lo intentaré. —Respondió Lauren casi inmediatamente.

Camila suspiró.

Iré a esperar a Daniel. —Susurró. —Él llegará pronto y... ya sabes. —Se levantó de la cama. —Lo siento, no quise invadir tu privacidad.

Lauren tomó la mano de Camila cuando la chica iba a comenzar a caminar. Camila se giró y la miró con una ceja alzada.

¿Podrías dejar de esperar a Daniel? —Preguntó con dureza. —Él está bastante mayor como para hacerse un café e ir a la cama solo, ¿O no? —Preguntó enojada. —Además, ¿Por qué tienes que esperarlo además de eso? ¿Y por qué dices eso de mi privacidad?

Bueno... —Camila jadeó. —No puedo dejar de esperar a Daniel, él es grande pero no sabe hacer un buen café. —Río. —Y porque es parte de mi rutina, Lauren. Y sobre tu privacidad, yo no quiero invadirla, eso es todo.

¿Por qué no? —Preguntó Lauren.

Dijiste que te gustaba tu privacidad.

Pero tú puedes invadirla. —Contestó Lauren causando una sonrisa en los labios de Camila. —Hazme un favor.

¿Qué clase de favor?

Lauren jaló el brazo de Camila.

Duerme conmigo. —Susurró. —No quiero tener más pesadillas.

¿Crees que durmiendo conmigo lograrás eso? —Camila preguntó.

No. —Constó Lauren. —Pero no quiero que esperes a Daniel y mucho menos que duermas con él, ¿Está bien? —Lauren dijo. —Y quiero que duermas conmigo, además.

¿Por qué?

Somos amigas, ¿No? —Lauren alzó una ceja. —Es normal que duermas conmigo, no hay ningún significado especial.

Camila asintió sin decir nada y se acostó junto a la chica de ojos verdes. Lauren sonrió, era bastante decepcionante para ambas, pero eran tan tercas que ninguna decía nada.

¿Me puedes abrazar? —Lauren preguntó.

Y Camila no lo dudo.

Buenas noches, pequeña.

Buenas noches, Laur.

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Cigars and tattoos ➳ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora