-¡Vamos! ¡Arriba todas! Hoy es un gran día.
Así despertamos Ali y yo, con Rea gritando y corriendo por toda la casa.
-¿Puedes dejar de gritar, por favor?- suplicó Ali mientras bostezaba.
-Ali, ¿no lo entiendes? Hoy es el día. Hoy pintamos la casa.
-Ya sé que pintamos la casa, y lo sabría igual de bien si hablases con un tono de voz normal.- respondió caminando hacia la cocina con pesadumbre.
-Necesito un té.- murmuré yo siguiéndola.
-Chicas, ánimos arriba. Vuestra pobre amiga por fin va dormir y descansar bien. Llevamos un mes y pico aquí y necesito un sueño reparador.
-Pues nadie diría que no descansas... anoche roncabas de lo lindo.- contestó Ali sonriendo ligeramente.
-¡Eh! Yo no ronco. Respiro fuerte.
Solté una carcajada ante su respuesta, comenzando a despejarme algo más.
-¿A qué hora llegan los chicos?- pregunté.
-Alexis me dijo que sobre las once. Teniendo en cuenta que seguramente lleguen tarde, calculo que once y media.
-¿Vienen todos al final?- volví a preguntar, pensando en el chico de los ojos verdes.
-Creo que sí. Hasta Marcos...- comentó Ali con una media sonrisa.
-¿En serio? No lo esperaba para nada.- dijo Rea dando un sorbo a su taza de café.
-¡Veis! Le caigo mal. Fatal.
-Puede ser... La verdad es que contigo es muchísimo más seco que con nosotras.
-Mira, no sé qué es. Pero lo he notado desde el minuto uno, y me pone nerviosísima.
-Igual quiere compensártelo ayudando a pintar la casa.- sugirió Rea.
-¿Quieres que hablemos con él o que le pregunte a Lucas o algo?- le consulté. Hasta el momento este tema había sido tratado de broma, pero me preocupaba que Ali pudiese sentirse incómoda, y ninguna de las tres había tenido nunca ningún problema en intervenir por las otras.
-No, no, no. Esto lo quiero manejar yo. Marcos no sabe lo que es la ironía todavía, pero estoy encantada de enseñárselo.- contestó con una sonrisa maliciosa.
Su respuesta me tranquilizó, disfrutaba de la situación.
-Vale, pero no te pases tampoco, cuando te pones así das miedo.- suspiró Rea.
Ali y yo nos echamos a reír.
-No voy a hacer nada que os incomode, lo prometo. Tampoco a él. Solo voy a jugar un poco.
-¿Por qué no vamos cubriendo los muebles?- preguntó Rea.
Al rato nos encontrábamos en el salón con cinco chicos y muchos botes de pintura.
-Este color grisáceo es perfecto para el salón.- explicaba Rea.- Es muy suave y sutil. Perfecto para acompañarnos cuando estemos aquí.
-No me puedo creer que vayamos a hacer esto.- suspiró Lucas con una risita.
-Venga, ¿quién se encarga del salón?- preguntó Ali divertida sosteniendo dos brochas de pintura.
-Trae, anda. Yo me ocupo.- dijo Marcos mirándola a los ojos. ¿Tregua?
-Venga, yo te ayudo.- se unió Lucas.
-Solo quedan habitaciones. Cocina y baño no hace falta pintarlos, claro.- dije pensativa
YOU ARE READING
Las miradas fugaces
Teen FictionTres mejores amigas empiezan su aventura universitaria en Madrid, donde conocerán a un grupo de chicos que lo cambiarán todo. Una historia de amor, pero también de muchas otras cosas. Extracto: "-¿Querías que te siguiera?- preguntó él, con cierta...