Capítulo 4

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Al llegar al grupo los tres se pusieron en pie. Se fueron presentando uno a uno, y por lo poco que pude ver en las primeras interacciones con nosotras, los ubiqué con bastante facilidad. Lucas seguía siendo divertido y encantador. También estaba Alexis, un chico que tenía las facciones más llamativas que había visto en mi vida, parecía algo reservado, pero desprendía una confianza que resultaba ligeramente intimidante. El dueño de los ojos verdes que parecían atravesarme, Leo, me resultó molestamente atractivo. Tenía una manera de hablar concisa, como si supiera qué decir exactamente en cada momento, y una picardía en la mirada que no me pasó desapercibida.

Curiosamente, la conversación comenzó a fluir desde el principio, comentando el viaje en metro y después hablando sobre la relevancia de los baños en las casas. Especialmente cuando había solo uno. Nos sentimos cómodas, y las risas eran frecuentes.

-¿Entonces cómo ha sido la llegada?- preguntó Lucas.

-La verdad que genial. Nuestro piso es genial, Madrid es genial...- comentó Rea sonriente.

-Mi hermano te ha descrito muy bien Rea.- sonrió ladeando la cabeza mientras la miraba.

Mi extravagante amiga dejó de sonreír al instante, ruborizándose rabiosamente. Ali entró al rescate.

-¿Por dónde vivís?

-Leo y Lucas viven juntos con otro colega, Víctor. Yo vivo con Marcos.- respondió Alexis mirándola. Tenía una manera de hacerlo muy intensa, casi como retadora, y reparé en que en ese sentido, se parecían.

-¿Y quién es ese tal Marcos?- respondió Ali. Estaba en ese estado de ánimo que oscilaba entre lo divertido y lo seductor. Rea y yo nos miramos, ambas percibiéndolo y sonriendo.

-Amigo de la infancia. Algo así como vosotras.- sonrió, bajando la mirada casi de manera imperceptible. ¿Ali le ponía nervioso?

-Lo dudo, lo que tenemos nosotras es único.- respondió, aun mirándole a los ojos, pero con una sonrisa divertida en los labios.

-Espera a conocer a Marcos, vas a ver lo que es único.- replicó él, imitando su gesto.

Aquella conversación me estaba resultando tremendamente entretenida, sin embargo reparé en Leo, sus ojos estaban posados en mí. En cuanto le devolví la mirada, los apartó con tranquilidad, sonriendo para sí. Parecía estar disfrutando de una broma privada que yo no podía entender.

-¿Y vosotros? ¿De qué os conocéis?- pregunté mirando a Leo y Lucas, tratando de desviar la atención de lo que fuera que estuviera pensando.

-Marco y yo nos conocemos del instituto. Luego vinimos a Madrid y conocimos al resto.- respondió Leo, aún sonriente.

-En la residencia de estudiantes.- añadió Lucas.- Buenos tiempos.

-¿Por qué no habéis entrado a una resi?- preguntó Alexis.

-Hemos oído de todo sobre las residencias. Sabiendo que queríamos estar juntas y habiendo pisos... nos apetecía más.- dijo Ali.

-Eso de las novatadas nos ha asustado...- comentó Rea, bajando la voz como si estuviera contando un secreto.

Los tres se empezaron a reír.

-Es una parte imprescindible de la vida universitaria.- intervino Lucas.- A veces es molesto, pero casi siempre divertido, se conoce mucha gente.

-De hecho, mañana se hace fiesta de bienvenida en nuestra antigua residencia. La gente nueva se presenta a la veterana. Se baila, se bebe... ¿por qué no os venís?- preguntó Alexis.

Leo y Lucas le miraron a la vez, como si estuvieran sorprendidos por su invitación, pero parecían satisfechos con la idea.

-¡Sí!- contestó Rea entusiasmada antes de que le diera tiempo a procesar lo que estaba haciendo.- Es que tengo muchas ganas de conocer gente...- añadió excusándose.

Ali y yo nos echamos a reír.

-Suena bien, además hay que aprovechar antes de que empiece la universidad...- dije yo.

-Y yo tengo que conocer a Marcos.- dijo Ali mirando a Alexis.

-No defrauda, lo prometo.- asintió él con una amplia sonrisa.

El resto de la tarde la pasamos al sol, disfrutando de los últimos días de verano. En un momento dado, Lucas sacó un balón.

-Tengo un juego: dos equipos, el objetivo es tener el balón en tu equipo el máximo tiempo posible.

-Hecho.- dijo Ali. Le encantaban los juegos competitivos, pero era una terrible perdedora.

-Ya empezamos...- la miré mientras reía.

-¡Me pido con Ali y Gala!- gritó Rea.

Eso fue suficiente. Los chicos se miraron entre ellos, reparando en que era Lucas quien tenía el balón, lo que hizo que se pusieran en pie y empezaran a pasárselo, rápidamente seguidos por nosotras.

Aquello se convirtió en una batalla campal. Gritos, risas y persecuciones se empezaron a dar por todo el parque. Lo estábamos haciendo realmente bien y yo me sentía especialmente hábil, pero siempre que se me acercaba Leo mis nervios se disparaban y acababa perdiendo la bola todas y cada una de las veces. Cuando eso pasaba él solo se reía, satisfecho, aunque dudo que supiera que no tenía nada que ver con sus habilidades sino con lo atractivo que me resultaba.

No sé cuánto tiempo estuvimos jugando, pero en algún momento reparé en Lucas, que estaba sentado, descansando y disfrutando del espectáculo. Aproveché para sentarme a su lado y recomponerme de la cercanía física con Leo.

-¡Ey!- le saludé mientras me tendía a su lado.- ¿Cansado?

-Sí, estoy desacostumbrado.- sonrió.- ¿Lo pasas bien?

-¡Mucho! Me caen bien tus amigos... son interesantes.- dije después de pensar un par de segundos.

-Interesantes, ¿eh?- soltó una carcajada.

-Sí, son divertidos, pero por otro lado tienen un aire misterioso que me cuesta descifrar.

Esto le hizo reír aún más fuerte.

-Eso te pasa porque no has vivido con ellos. Con la convivencia se pierde todo el misterio.

-¿Y Ali y Rea?

-Rea es adorable. De Ali igual diría lo mismo que tú de Leo y Alexis.- sonrió.- Aunque entre tú y yo, creo que ella y Alexis se están entendiendo especialmente bien.

-¡Yo también lo he notado! Me parece que tienen una química brutal.

-¡Sí! Se conocen desde hace unas horas y parece que hablan el mismo idioma. Es interesante, porque pocas cosas despiertan el interés de Alexis, o por lo menos para que lo muestre abiertamente.

Me sentí tentada a preguntarle por Leo, pero preferí no hacerlo.

-Vibran en frecuencias similares...- comenté.

-Leo es más...- me tensé, deseando escuchar el resto, pero tuve que aguantarme un suspiro de frustración cuando Lucas cogió el balón en el aire y cortó a mitad de la frase.

-¡Ganamos!- gritó con alegría.

Los chicos se le unieron y se tiraron sobre él en el césped. Sonreí.

-¿Y se puede saber por qué ganáis? ¿Quién decide que el juego ha terminado ahora?- preguntó Ali molesta.

Rea comenzó a reír mientras la abrazaba.

-Eres la peor perdedora del mundo. 

Las miradas fugacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora