Las miradas fugaces

Capítulo 15

Rea caminaba decididamente hacia su facultad. Ese día tenía un examen, pero por suerte compartía la clase con Vic. "No te preocupes, lo tengo todo controlado" le había dicho el chico. ¿Se suponía que eso debía dejarla tranquila? No era exactamente el caso. Estaba nerviosa, pero confiaba en que no sería tan difícil como imaginaba.

Había estado estudiando con Vic toda la semana, y había logrado entender muchas más cosas de las que habría podido sin él. Comenzaba a conocer respuestas que el resto de su clase no sabía contestar, y eso le gustaba, pero seguía sin sentirse preparada para un examen, no se había aprendido ni la mitad del temario.

Al llegar a la puerta se encontró con él, que sonreía descaradamente.

-¿Por qué parece que vas a entrar a una fiesta en vez de a un examen?- preguntó ella.

-¿Por qué parece que has pisado una mierda?- respondió divertido.

-Estoy nerviosa, ojalá hubiera pisado una mierda en vez de tener que hacer un examen. Me parece demasiado pronto.

-Bueno Rea, ya ha pasado tiempo desde que empezamos las clases.- respondió él pasando su brazo por el hombro de la chica y llevándola a un lado más apartado.- Mira lo que he hecho para ti.

Vic metió la mano en su mochila para sacar una botella de agua y ofrecérsela a Rea. La chica lo miró desconcertada.

-¿Qué has hecho tú exactamente? ¿El agua?

Vic soltó una carcajada sonora.

-No, boba. Mira la etiqueta de los ingredientes.

Rea estudió en detalle aquel papel, para de pronto cambiar completamente su expresión.

-¡Eres un genio!- gritó lanzándose a sus brazos.- ¿Cómo se te ha ocurrido?

-Tengo varias estrategias clásicas para los exámenes...- respondió él orgulloso.- Esta asignatura me está costando sacarla, requiere medidas desesperadas.

-Es una chuleta perfecta... están todas las cosas importantes. En cuanto salgamos de aquí voy a invitarte a comer en la cafetería. ¡Puedes hasta pedir el extra de ketchup si quieres!

-¡Rea! ¡Qué generosa estás!- rió Vic mientras caminaban para entrar en la clase.

***

Ali salió del baño de la mano de Sara. Las clases del día acababan de finalizar y estaban listas para volver a casa.

-¿Oye, tienes planes? Podríamos hacer algo.- preguntó la chica.

-Mmm... vale. ¿Qué te apetece hacer? Podemos avisar a más gente de clase si quieres.- respondió Ali soltando su mano para hacerse una coleta.

Sara la observó hipnotizada. Ali era la chica más atractiva y preciosa que había visto en su vida. Por eso se decepcionó ligeramente cuando propuso que se uniera más gente al plan.

-Ah... sí, claro. Cuantas más mejor.- respondió Sara con un tono que no sonó del todo convincente.

Desde el suave beso que se habían dado aquel día al salir a tomar algo con el resto de gente de clase, no había dejado de pensar en ella. Sabía que había sido un juego, pero juraría que Ali también había sentido la misma química por la forma en la que su respiración se había acelerado.

-¡Genial!- contestó Ali, completamente ajena a los pensamientos de la que empezaba a considerar su amiga.

Sacó su móvil y escribió por el grupo de clase para avisar del plan. Decidieron ir a su zona, donde vivía la mayoría de LA clase, a un bar que empezaban a frecuentar cada vez más.